Rompió el silencio la mujer que denunció al presidente de la Confederación brasileña y dio detalles del acoso que sufrió: “Mi vida es un desastre”

La empleada relató algunas de las violentas situaciones que debió atravesar y pidió que al dirigente, corrido de su cargo por un año, se le aplique una pena aún más fuerte

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Rogério Caboclo fue acusado de acoso sexual por tres mujeres (EFE/Nathalia Aguilar)
Rogério Caboclo fue acusado de acoso sexual por tres mujeres (EFE/Nathalia Aguilar)

En junio de este año, una mujer denunció al por entonces presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Rogério Caboclo, por acoso sexual. A partir de esta demanda, surgieron otros dos casos de empleadas de la entidad que aseguraron haber sido víctimas del poderoso dirigente. Estas acusaciones derivaron en un proceso que terminó con el apartamiento del cargo del hombre de 48 años por un plazo de 12 meses.

“Mi vida es un desastre”, aseguró la mujer cuya identidad no fue revelada y que rompió el silencio este fin de semana en una entrevista que fue publicada por el sitio de la cadena O Globo. En el extenso artículo, esta empleada de la CBF relata algunas de las violentas situaciones que debió vivir en su entorno laboral y da detalles de los acosos que sufrió de parte de Caboclo, quien era su jefe directo. Con su testimonio y su denuncia, ella fue la primera en sacar a la luz este caso.

“Haber vivido estas situaciones es un dolor que no tiene comparación, ninguna mujer debería pasar por esto en ningún momento de su vista. Es un dolor que no tiene fin”, aseguró la denunciante, que tiene nueve años de antigüedad en la Federación y que recién hace unos días regresó a su puesto de trabajo luego de haber pedido una licencia por las crisis de ansiedad y los ataques de pánico que la obligaron a sobrellevar un tratamiento psiquiátrico.

La mujer sostuvo, además, que recibió numerosas amenazas de parte de Caboclo tras hacer público el caso: “Mandó un auto a la puerta de mi casa y tuve la sensación de estar siendo perseguida. También mandó a meterse en mi computadora y en mi cuenta bancaria. Me dio pánico, miedo. No me sentía segura en ningún lugar a ninguna hora del día y no conseguía dormir sin tomar medicamentos”.

A la hora de relatar los acosos que sufrió de parte del dirigente, la empleada de la CBF afirmó que estos “fueron escalando” con el tiempo y que le fueron causando crisis de nervios y llanto en su lugar de trabajo, algo que la obligaba a encerrarse en el baño a vomitar de los nervios. “En algún momento pensé: me voy a morir. Tenía una sensación de no poder respirar, de no poder vivir mi vida”, agregó.

La mujer que habló ante la prensa trabaja hace nueve años para la Confederación Brasileña de Fútbol (REUTERS/Sergio Moraes/File Photo)
La mujer que habló ante la prensa trabaja hace nueve años para la Confederación Brasileña de Fútbol (REUTERS/Sergio Moraes/File Photo)

“Rogério desde el primer momento traspasó los límites conmigo. Desde el primer viaje a Luque, Paraguay. En ese viaje hizo comentarios respecto de mi cuerpo y yo pensé que eso no correspondía a una relación de patrón-empleada. En ese mismo viaje se pasó la madrugada llamando a mi habitación y no atendí. Eran comentarios sobre mi vida personal, mi vida amorosa. Todo fue aumentando con el correr del tiempo, cuando me convertí en su asesora y con el aumento del consumo de bebidas alcohólicas también. Hacía comentarios sobre mi vida sexual y me preguntaba con quién había tenido sexo. Era absurdo y fue empeorando”, relató.

Los comentarios y las preguntas fuera de lugar no fueron la única forma de violencia que debió atravesar la denunciante. Un día, Caboclo se enteró que ella estaba alojando a otro compañero de trabajo en una de las habitaciones de su casa por motivos relacionados a la pandemia de coronavirus. En ese momento, el presidente llamó a otros dirigentes a la sala de reuniones y les dijo que “la querida empleada ahora está de novia con fulano”. “Me humilló y me ridiculizó frente a todo el mundo con una situación inventada”, denunció la mujer, que señaló que le pidió en varias ocasiones a su jefe que dejara de hacerle preguntas sobre su vida personal porque eso la incomodaba.

En otra ocasión, Caboclo le hizo comentarios sobre otro directivo de la CBF y luego la acusó de que iba a ir a contarle a ese hombre todos los detalles de la conversación. “Lo vas a hacer porque sos su pequeña perra”, le dijo. Unos segundos después, el presidente del organismo apareció con una bolsa de comida para mascotas y le arrojo un bizcocho a la mujer para que se lo comiera. Ella se negó, agarró sus cosas y dejó la sala: “Estaba destruida, nunca en la vida me había sentido tan humillada, nunca me habían faltado el respeto así”.

Al día siguiente, cuando la mujer lo confrontó por lo ocurrido y le reiteró que no quería que le hiciera preguntas sobre su vida personal, Caboclo fue más allá: le dijo que ya no hablaría con nadie de su vida personal, que no tendría amigos dentro de la institución, que no podría sonreírle a nadie y que tenía que cambiar su forma de vestirse. Tampoco podría teñirse el cabello ni usar pestañas postizas. “Le tenía miedo, mucho miedo”, reconoció la denunciante, que llegó a temer por su integridad física ante el poder de un hombre “que tiene 100 millones de reales”.

Ante el agravamiento de la situación, la empleada de la CBF decidió grabar a Caboclo y este audio es una parte fundamental en la causa que se ha iniciado contra él por acoso sexual. En el material se lo escucha al hombre hablar de la vida sexual y de los genitales de su esposa, como así también se oye la pregunta que le hizo a su asistente sobre si se masturbaba.

El hombre de 48 años fue apartado de su cargo por el plazo de 12 meses (EFE/Antonio Lacerda)
El hombre de 48 años fue apartado de su cargo por el plazo de 12 meses (EFE/Antonio Lacerda)

“Ese fue el límite. Continué trabajando un tiempo más, pero todo empeoró. Tenía miedo de quedarme sola con él, llegaba a mi casa con dolor de cuerpo de la tensión que sentía en el trabajo. Me iba al baño a vomitar de los nervios o a llorar. Fue horrible”, continuó.

Después de esas circunstancias, la mujer pidió una licencia y se hizo de las fuerzas para enfrentar a su jefe. En primer término, le pidió que dejara la presidencia de la Confederación. Él se negó y a cambio le ofreció una indemnización para comprar un departamento, un curso pago en Europa y un ascenso dentro de la CBF para ocupar un cargo de gerencia. Ella no aceptó y el caso siguió con abogados de por medio. En esa instancia, Caboclo le solicitó que declara ante la prensa que nunca había sido acosada y que su licencia se debía a “problemas familiares”.

“Mi dignidad no tiene precio. Me quedé pensando en las mujeres que vendrían después de mí, era inaceptable proteger a un acosador”, recalcó. En ese sentido, se preguntó: “Pienso en los patrocinadores, ¿será que ellos tienen el coraje de continuar con el patrocinio de una entidad liderada por un acosador? ¿Los jugadores y jugadoras van a querer jugar para una entidad liderada por un acosador?”.

La mujer, que desmintió haber tenido una relación de amistad con Caboclo -uno de los argumentos del acusado para tirar abajo la denuncia-, comentó que su ex jefe nunca le pidió disculpas por lo ocurrido y alentó a otras mujeres a alzar su voz ante casos similares. También recordó que muchas de las situaciones que debió atravesar fueron atestiguadas por otras personas y cargó contra la Comisión de Ética de la CBF, que sancionó al dirigente con un año de suspensión por “conducta inapropiada” y no por acoso sexual.

“Tengo la esperanza de que van a rever esto y que le van a aplicar una pena más dura”, dijo sobre la situación de Caboclo, que podría volver a la presidencia de la entidad en septiembre de 2022 y que hace tan solo unos días llegó a un acuerdo con el Ministerio Público de Río de Janeiro para no ser denunciado por acoso sexual y moral: pagará 100 mil reales que serán donados a una entidad que combate la violencia contras las mujeres y a otra organización que rescata animales abandonados.

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