A casi 300 km/h y en Indianápolis: cómo será la primera carrera de autos sin pilotos y con un equipo argentino que supervisa el proyecto

Está prevista para octubre en el mítico óvalo estadounidense y habrá USD 1,3 millones en premios. Los coches tendrán un software de inteligencia artificial desarrollado por universidades. Se usarán monopostos de la Indy Lights, la categoría previa a la IndyCar

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El auto en la recta principal del legendario óvalo de Indianápolis (Indy Autonomous Challenge)
El auto en la recta principal del legendario óvalo de Indianápolis (Indy Autonomous Challenge)

A principios de los años ochenta hubo una serie estadounidense que fue furor llamada “Knight Rider”, conocida en estas latitudes como “El auto fantástico”, donde el protagonista, Michael Knight (David Hasselhoff), desde su reloj llamaba a su coche que se manejaba solo y hasta hablaba. Cuatro décadas más tarde el automovilismo abordó un desafío superior en la vida real que será la primera carrera de autos autónomos donde habrá USD 1,3 millones en premios y está pautada para el sábado 23 de octubre en el legendario óvalo de Indianápolis, el mismo donde se corren las 500 Millas. El proyecto es supervisado por un equipo de competición argentino a cargo de Ricardo Juncos. Infobae habló con él para conocer todos los detalles.

Juncos llegó en 2002 a los Estados Unidos con 400 dólares y empezó trabajando en una carpintería, luego pasó a trabajar en un equipo de karting, armó su escudería que llegó a competir en las 500 Millas de Indianápolis entre 2017 y 2019, y en la actualidad tiene autos en la categoría antesala, la Indy Lights y en la Indy Pro 2000, la primera promocional. También compitió en las 200 Horas de Daytona con Agustín Canapino (múltiple campeón argentino) en 2019.

“Esto nace por medio de la IndyCar que creó su programa Indy Autonomous Challenge y se juntaron con la Universidad de Clemson (Carolina del Sur), que todos los años desarrollan proyectos autónomos. Lograron el apoyo del Gobierno y participarán diez universidades donde cada una tendrá su auto y deberán desarrollar un software de inteligencia artificial, es decir, cada coche se manejará solo y no habrá nadie que lo maneje de forma remota”, explica.

“Se usará el auto de la Indy Lights con un motor Honda que se usa en la Fórmula Regional (Fórmula 3) de unas 180 millas por hora (288 km/h) y de 380/400 caballos de potencia. La fecha está pautada para octubre (el 23), pero habrá que ver si todas llegan para ese fin de semana. Si se llega a posponer, de todas formas la carrera se hará este año con la cantidad de autos que puedan estar presentes”, agrega. El monoposto de la Indy Lights es el Dallara IL-15, pero para la carrera de autos autónomos el modelo del coche se llamará Dallara AV-21.

Al la izquierda Paul Mitchell el encargado de IAC (Indy Autonomous Challenge) y a la derecha Ricardo Juncos. Ambos sobre el primer auto construido (Gentileza Gustavo Rosso)
Al la izquierda Paul Mitchell el encargado de IAC (Indy Autonomous Challenge) y a la derecha Ricardo Juncos. Ambos sobre el primer auto construido (Gentileza Gustavo Rosso)

El taller del Juncos Racing está cerca del Autódromo de Indianápolis y por su experiencia en el automovilismo estadounidense y en especial las categorías de la IndyCar, fue seleccionado para supervisar las tareas. En principio ellos están armando los autos y luego las universidades deberán equiparlos con el software correspondiente.

El auto pensará por sí mismo y no va a estar controlado por nadie. Cuando se larga la carrera, las máquinas decidirán en qué momento definir una maniobra de superación. No va haber cambios de gomas ni carga de combustible. Lo único que tendrán es un dispositivo de ‘Race Control’ (control de carrera) en caso de que sea necesario que entren a los boxes por alguna falla o que haya un accidente para que bajen la velocidad si hay que limpiar la pista”.

El desafío enfrentará a más de 500 estudiantes universitarios, graduados y docentes que formarán un total de 10 equipos (la idea original eran 30) de distintas universidades de 14 estados, donde cada escudería demostrará su talento desarrollando sus propias ideas. El objetivo es que compitan diez autos.

Como un anticipo de lo que será la carrera real, los participantes ya llevaron a cabo una carrera en simuladores el pasado 30 de junio donde corrieron siete equipos. En dicha competencia el ganador se llevó USD 100 mil y el segundo, USD 50 mil.

Los trabajos en el taller del Juncos Racing y el primer auto que salió a pista (Ricardo Juncos)
Los trabajos en el taller del Juncos Racing y el primer auto que salió a pista (Ricardo Juncos)

Sobre las funciones que tendrá su escudería, Juncos explica que “nuestra tarea es armar los diez autos desde cero: los reglajes, los portamazas, las cajas de cambios, carrocerías, el peso del auto, se va poner un set up (puesta a punto) igual para todos en pos de que nadie se vea beneficiado y así garantizar que la competición sea solo con los software de las universidades”.

“También nos ocupamos de hacer los traslados de los autos a las pistas cuando se hacen las pruebas, con la gente, mecánicos, un ingeniero, un director de equipo, que vamos a tomar cuenta de esos diez autos al mismo tiempo. Somos los encargados de ponerles el combustible, la presión de gomas, arrancarlos, de calentar los motores y vamos a actuar como si fuésemos el director de la pista o director de la carrera”, agrega.

Si un auto tiene un problemas mediante el “Race Control” le podrán indicar que ingrese a los boxes para ver qué le pasa: “Lo atenderemos y analizaremos qué problema tiene, si se repara o no, avisarle a la universidad que esté a cargo qué le ocurre al coche, pero como son estudiantes del último año de ingeniería todavía no tienen conocimientos de mecánica sobre el auto y esa responsabilidad es nuestra. Después de cada entrenamiento veremos qué service se usa en cada coche. Lo mismo si no se puede reparar, habrá que hacer una orden de servicio para llevar el auto al taller para arreglarlo y que esté listo para el próximo evento”.

Ricardo revela cómo se darán cuenta que el coche presenta un inconveniente: “Nosotros también estamos desarrollando un software para poder tener la información en vivo de cada auto para que podamos tener los datos en el momento de cada coche en particular. En el momento que veamos que hay alguna falla, ese auto puede ser llamado a los boxes para su revisión”.

El auto el día de su primera prueba en el óvalo de Lucas Oil Speedway (Ricardo Juncos)
El auto el día de su primera prueba en el óvalo de Lucas Oil Speedway (Ricardo Juncos)

“El primer auto terminado salió a pista y se probó el 1 y 2 de julio en el óvalo de Clermont llamado Lucas Oil Raceway. El ensayo fue positivo y ya hay otros cuatro coches que estamos armando. Hay mucho interés en el evento porque se trata de un salto tecnológico y habrá un millón de dólares al ganador. Además la idea es que se genere un campeonato”, comenta.

El equipo vencedor será quien logre desarrollar el mejor software en el auto, algo que se verá plasmado en la pista. Según la página oficial de este programa indica que la carrera será a 20 vueltas o un máximo de 25 minutos en el legendario óvalo de Indianápolis de 4.023 metros. Como indicó Juncos, los responsables del coche vencedor obtendrán un millón de dólares. El segundo ganará UDS 250 mil y el tercero, USD 50 mil.

Como referencia de presupuestos, en la actualidad la construcción de cada auto de Indy Lights oscila el millón de dólares, que es el premio que hay para el ganador. El costo operativo total de una fecha de la categoría es de USD 300 mil y si un piloto quiere correr las 500 Millas de Indianápolis debe desembolsar un millón de dólares. Cabe recordar que previo a la histórica competencia todos los participantes deben efectuar una serie de pruebas previas y la clasificación, con el riesgo de no conseguir un tiempo que les permita largar la carrera, como pasó con Fernando Alonso en 2019, bicampeón de Fórmula 1 en 2005/2006. El español quedó afuera por el tiempo logrado por un piloto del Juncos Racing, Kyle Kaiser.

Aunque lo interesante del proyecto de los autos autónomos es que se les permitirá a cada universidad poder contar con libertades para su desarrollo en el software de inteligencia artificial. De esta forma los técnicos podrán echar volar su imaginación. “Es algo inédito y que crecerá de forma agigantada”, destaca Juncos.

Video: anticipo de la carrera de autos autónomos organizada por la IndyCar (Indy Autonomous Challenge)

Cabe recordar que hay un antecedente trunco que es el proyecto Roborace, un prototipo que fue probado en el Autódromo de Thruxton en Inglaterra en octubre de 2020, pero que en las primeras vueltas se quedó parado en la línea de llegada y luego chocó contra el muro de los boxes. No obstante su desarrollo continúa y el objetivo es tener su primer campeonato en 2022 con impulsores eléctricos y que sea complemento de la Fórmula E, categoría que utiliza y promueve esa motorización.

Sin embargo, ¿qué pasará con el automovilismo tradicional y con los autos manejados por los pilotos? Juncos afirma que no afectará al deporte: “Esto es el futuro, pero no reemplazará al automovilismo. No se puede comparar. Es como el E-Sport (deportes electrónicos), es puro y exclusivamente para el desarrollo tecnológico. Es una base para que las fábricas puedan desarrollar sus vehículos autónomos a la máxima exigencia como lo es en una competición. Los coches que correrán generan 3 terabytes (3.000 GB). Esta es una tecnología que luego se puede traducir a los autos y colectivos”.

“Si bien hay autos en la calle que son autónomos, esta es la primera carrera que se hará. Es un buen banco de prueba para poder controlar mejor un auto de calle el día de mañana”, aclara.

En tanto que el reglamento del evento apunta a “desarrollar nuevas generaciones de software que puedan garantizar un control preciso de los vehículos a altas velocidades durante la competencia y después reducir las muertes y la contaminación en la vía pública”. Estos serán los autos autónomos más veloces del planeta.

A lo largo de la historia el automovilismo fue el laboratorio para las fábricas. Es el mejor banco de pruebas debido a la exigencia de las carreras. La competencia de coches autónomos promovida por la IndyCar será un salto tecnológico. La incógnita será ver qué aceptación tendrá entre los fierreros al carecer de romanticismo, ya que no será un piloto el que esté al volante, ni siquiera de forma remota. Tampoco habrá un “Michael Knight” que llame a su auto porque la realidad superó a la ficción.

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El auto y la clásica torre de control de Indianápolis (Indy Autonomous Challenge)
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Sobre franja de ladrillos que se conserva de la pista original de Indianápolis y que es la línea de llegada (Indy Autonomous Challenge)
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Nótese como está cubierto el lugar donde va el piloto (Ricardo Juncos)
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El frente del auto sobre la recta principal de Indianápolis (Indy Autonomous Challenge)
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