¿Cuándo se escribe con B y cuándo con V?, y otras dudas comunes del idioma español

El Instituto Cervantes acaba de publicar el libro, editado por Grupo Planeta, titulado “Las 100 dudas más frecuentes del español” de Florentino Paredes García, Salvador Álvaro García y Luna Paredes Zurdo. ¿En qué casos se debe cambiar la o por u? ¿Es lo mismo acento que tilde? ¿Hay algún lugar donde nuestro idioma se hable mejor español? En esta nota, algunas de las preguntas (con sus respuestas) que se establecen en el libro

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¿Cuál es el nombre de la lengua: castellano o español?

Ambos nombres son sinónimos y los dos son igual de válidos y correctos. Con el nombre de castellano, o con la expresión lengua castellana, se alude a la región española en la que nace la variedad lingüística. Con el nombre de español, igual que con lengua española, se enfatiza el país en el que esta lengua se generaliza y desde el que se extiende después por el resto del mundo. El español es la lengua materna de 400 millones de personas.

El castellano es la lengua materna de 400 millones de personas. En España, en los territorios bilingües se prefiere castellano, término que se contrapone mejor al nombre de la lengua cooficial respectiva. En Castilla se usan indistintamente ambos términos y en el resto de regiones también es más usada la denominación de español. En líneas generales, en América está equilibrado el número de países que se inclinan por una u otra denominación. En todo el continente sur, excepto Colombia, y en El Salvador, la preferencia es castellano, término que recogen muchas constituciones de estos países para designar la variedad respectiva. En el norte, en México, Centroamérica y el Caribe, además de la citada Colombia, la denominación preferida es la de español.

Las razones de la predilección por una u otra opción son diversas. En España, como se ha dicho, la elección de castellano se hace especialmente por razones de contraste con las otras lenguas oficiales. Los hispanoamericanos que optan por castellano lo argumentan en razonamientos como este: «español es lo que se habla en España; por tanto, yo, que no soy español, no hablo "español", sino "castellano"». Frente a ellos, quienes prefieren el término español se basan en la percepción de que su modo de hablar difiere de cómo se habla en la región de Castilla y, además, consideran que con ese término se refleja mejor la importancia que han tenido los distintos territorios hispanohablantes en la configuración de la lengua. Entre los especialistas, se emplea el término castellano cuando se alude al modo de hablar de las primeras etapas de la creación del idioma o para referirse expresamente al dialecto hablado actualmente en la zona central de España. Por otra parte, el término español es el más general cuando se contrapone a otros idiomas, como el francés, el inglés o el chino, y así suele figurar en los títulos de diccionarios o gramáticas.

Castellano y español son, pues, dos sinónimos en igualdad de condiciones. El «problema» del nombre de la lengua es en realidad una falsa polémica, que debe considerarse ya superada y que, en cualquier caso, habría que dejar fuera de la controversia política o el enfrentamiento social.

¿Dónde se habla el mejor español o castellano?

No existe un país, región o ciudad en donde se hable «el mejor español»; ni siquiera se puede decir que en una zona se habla mejor o peor que en otra. Al menos desde un planteamiento riguroso o científico. De hecho, para poder responder adecuadamente a esa pregunta habría que comenzar estableciendo qué se entiende por «el mejor español». Si el lenguaje es básicamente un instrumento para la comunicación, en cada lugar la lengua sirve adecuadamente para que los individuos de ese sitio se comuniquen entre sí, de modo que los usos que han ido creándose en cada comunidad son los que mejor sirven para los propósitos comunicativos de sus individuos.

Diferente es la perspectiva si atendemos a cómo usan las personas el idioma. En este caso, es evidente que no todos se comportan de la misma manera, ni son igualmente conscientes de la importancia de esta herramienta de comunicación, ni tienen la misma sensibilidad ante ella ni sobre los efectos que su uso puede tener sobre los demás. Por ello, sí es posible decir que un hablante se comunica mejor que otro, que se expresa mejor que otro, que emplea el lenguaje mejor que otro, en definitiva.

La pregunta, por tanto, no es «dónde» se habla mejor sino «quién» habla mejor. El mejor empleo del lenguaje suele ir asociado con el interés personal y también con la formación individual. Y, en este sentido, el modelo de habla considerado culto se sitúa por lo general entre las personas mejor formadas, las que mejor conocen los recursos idiomáticos y las que mejor se sirven de ellos: escritores, periodistas, profesores, etc.

¿Cuáles son los nombres de las letras?

Los nombres de las letras en español son, en su mayoría, fonéticos, esto es, se forman a partir del sonido de la letra a la que designan. Esto se cumple con las vocales (la a se lee [á]; la e, [é], etc.), mientras que las consonantes se apoyan en la vocal e para pronunciarse, o bien presentan una forma propia que las diferencia de otras letras con las que tienen puntos en común, o toman su nombre de otra lengua. Así, tenemos tres categorías con respecto a la pronunciación de las consonantes:

¿Cuáles son los nombres de las letras?
¿Cuáles son los nombres de las letras?

¿Se pronuncian de forma distinta la b y la v?

Las letras b y v representan en español el mismo fonema, /b/, y por tanto no existe diferencia en la pronunciación de ambas letras. El sonido correspondiente a la v y a la b de la palabra víbora, por ejemplo, es el mismo [bíbora], con las ligeras variaciones motivadas por la posición relativa del fonema dentro de la cadena hablada (posición inicial, intervocálica, combinación con otros fonemas, etc.):

Es una persona muy [sábia] (= sabia).
Aún es pronto para que circule la [sábia] (= savia) de las plantas.
Acércame ese [báso] (= vaso), por favor.
¿Quieres saber cuáles son los argumentos en los que me [báso] (= baso)?

La pronunciación de la letra v como labiodental fricativa (apoyando los dientes superiores sobre el labio inferior y dejando salir el aire a través de ambos elementos) solo se da de forma natural en algunos hablantes españoles (valencianos, mallorquines y catalanes) por influencia de su lengua regional o en algunas zonas de América por influjo de lenguas amerindias o de otras lenguas. Para el resto de los hispanohablantes este tipo de pronunciación se considera afectada.

¿Cómo podemos saber si una palabra se escribe con b o con v?

No hay una norma fija. La causa de las dudas entre estas dos letras y otros casos similares, como saber si una palabra se escribe con g o con j, con h o sin ella, es que en español no existe una correspondencia biunívoca entre los fonemas y las letras que los representan. Esta falta de correspondencia se manifiesta de varias formas:

– Fonemas que pueden ser representados por varias letras:

¿Se pronuncian de forma distinta la b y la v?
¿Se pronuncian de forma distinta la b y la v?

– Letras que no representan ningún fonema: la letra h no tiene correspondencia sonora: horno [órno], ahuecar [auekár].

– Letras que representan fonemas agrupados: la letra x representa la agrupación de dos fonemas [ks]: examinar [eksaminár].

– Los dígrafos, agrupamientos de dos letras para representar un solo fonema: ch, ll, rr, qu, gu.

Para evitar errores lo principal es adoptar una actitud vigilante sobre nuestra ortografía, preguntarnos si aquello que escribimos tiene la forma correcta y, ante la duda, utilizar las siguientes herramientas y estrategias:

El diccionario. Si podemos consultarlo, el diccionario nos dará la forma correcta y, en muchos casos, la explicación correspondiente:
aun. ORTOGR. Escr. con acento cuando pueda sustituirse por todavía. En los demás casos, se escribirá sin tilde.

Las reglas de ortografía. La Ortografía de la RAE nos proporciona orientaciones sobre el uso de las letras para representar los diferentes fonemas:
Se escriben con g ante -i las palabras que empiezan por legi- (legible, legión, legítimo) excepto lejía, lejísimos, lejitos.

Es recomendable conocer y recordar algunas reglas que abarquen muchas palabras y tengan pocas o ninguna excepción (las reglas generales de acentuación cumplen estos requisitos).

El principio de analogía. Las palabras derivadas de otra conservan, por regla general, la ortografía de la palabra de la que provienen. Así, sabremos que abría se escribe sin h cuando es una forma del verbo abrir, pero se escribe con h inicial cuando es forma del verbo haber:
Si hubiera estado allí, lo habría visto cuando abría la puerta.

Sustituir por un sinónimo. Si no podemos utilizar las herramientas o estrategias anteriores, podemos evitar caer en el error sustituyendo el término que nos plantea dudas por un sinónimo o una expresión equivalente:
Tenía el (¿ábito?, ¿hábito?, ¿habito?) de saludar a todo el mundo.
Tenía la costumbre de saludar a todo el mundo.

¿En qué casos se debe cambiar la o por u?

Cuando la palabra que sigue a esta conjunción disyuntiva comienza también por el sonido [o]. Si la conjunción precede a una cifra que comienza por este sonido, también debe cambiarse.

Mal: Uno o otro tendréis que resolver este conflicto.
Bien: Uno u otro tendréis que resolver este conflicto.
Mal: Había allí por lo menos 800 o 850 personas.
Bien: Había allí por lo menos 800 u 850 personas.

¿Es lo mismo acento que tilde?

No. Con frecuencia empleamos la palabra acento para referirnos a dos conceptos al mismo tiempo: el acento prosódico (acento) y el acento ortográfico (tilde). Así, cuando decimos que la palabra ortografía lleva acento en la i, estamos señalando que sobre la i de esa palabra debe escribirse una tilde para ajustarse a las normas ortográficas del español. Esto es debido a que tilde y acento son parecidos en parte: la tilde siempre señala la sílaba en la que va el acento (difícil, entregó), aunque el acento no siempre va señalado con una tilde (tarjeta, calefactor).

El acento (acento prosódico) es un modo de emitir los sonidos, se refiere a la mayor intensidad con que se pronuncia y se percibe una determinada sílaba dentro de una palabra (sílaba tónica). Según la posición que ocupa la sílaba tónica dentro de una palabra, estas se clasifican en cuatro grupos:

¿Es lo mismo acento que tilde?
¿Es lo mismo acento que tilde?

La tilde (acento ortográfico) es el signo que se coloca sobre la vocal de la sílaba tónica en determinados casos para identificarla como tal. Consiste en una línea oblicua descendente de derecha a izquierda (´).

En español, la mayor parte de las palabras no necesitan tilde, porque se ajustan a la terminación prototípica correspondiente a su acentuación. Se señalan con tilde precisamente aquellas cuya terminación no corresponde con la prototípica:

– Las palabras agudas que terminan en vocal, en -n o en -s: persiguió, glotón, Tomás.

– Las palabras llanas que no acaban en vocal, en -n, o en -s: huésped, mártir, cráter. Son excepción a esta regla las palabras llanas que acaban en consonante doble, que sí llevan tilde: bíceps, wéstern, cómics.

– Todas las palabras esdrújulas y sobresdrújulas: Copérnico, inútiles, entrégueselo

¿En qué casos lleva tilde el pronombre ti?

Nunca. La palabra ti se escribe siempre sin tilde, porque es un monosílabo y los monosílabos solo llevan tilde diacrítica cuando tienen una forma átona y otra tónica y queremos distinguir ambas. En este caso el pronombre ti es la única forma en español de esta palabra y es siempre tónico.

Mal: ¿A tí qué te importa?
Bien: ¿A ti qué te importa?

La causa más probable de este error es que los dos pronombres correspondientes a la primera y tercera persona del singular: mí y sí llevan tilde diacrítica para distinguirse de las formas mi (nombre de la nota musical o determinante posesivo) y si (nombre de la nota musical o conjunción condicional).

 

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