‘Entre putas... una voz’, una polifonía sobre la prostitución

Infobae Colombia habló con Adela Donadío, una de las codirectoras, para ahondar sobre el proceso de creación de esta obra, que estará en temporada desde el 21 hasta el 30 de julio, de jueves a sábado

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Foto: Prensa L'Expose Danza.
Foto: Prensa L'Expose Danza.

Entre putas... una voz es una pieza experimental que va de lo performativo a lo teatral en la que, a partir de fragmentos de testimonios, confesiones, conversaciones y vivencias, tres mujeres trabajadoras sexuales de Bogotá narran sus vidas para interpelar al público sobre el trabajo de la prostitución en la capital colombiana.

La obra llega, en temporada de estreno del 21 al 30 de julio, a la Factoría Tino Fernández en el marco del Ciclo “Cuerpo territorio Sexual” y es el resultado de la Beca Experiencias sobre actividades sexuales pagadas en Bogotá, otorgada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, con el apoyo de L´Explose Danza.

En esta puesta en escena no hay una única historia, ni un argumento que se desarrolle y llegue a un final claro. Entre putas... una voz está en el límite entre un hecho artístico y la vida real, que surge de un encuentro íntimo y creativo entre los directores Leonardo Petro y Adela Donadío con tres trabajadoras sexuales: Carolina Calle, nombre identitario de Emperatriz Oliveros, representante de Calle 7 Colombia, una organización de base comunitaria, promotora y defensora de derechos humanos bajo el enfoque diferencial; Luisa Suárez, una transgénero de posturas claras a nivel ideológico, ético y político e Inés Durán, que cuenta con la sabiduría inigualable de la universidad de la vida, quienes se suben al escenario para hablar desde sus presencias, sus cuerpos, y sus relatos.

Infobae Colombia habló con Adela Donadío, codirectora de la obra, para explorar el proceso de creación de la misma y cómo fue abordar un tema tan controversial como la prostitución.

¿Cómo fue construir esta obra en la que se mezcla lo performático y lo testimonial?

Bueno, el proceso de creación empezó hace creo que siete semanas o sea, no completamos los dos meses. Bueno, esto es una beca. A mí me parece importante anotar que es una beca en la Secretaría de Cultura de Bogotá, lo que ellos llaman las becas poblacionales para visibilizar trabajo sexual pagado en Bogotá.

Y yo por qué resultó metida en esto, que es la primera vez que hago un proceso así como directora de un proyecto que no es con actores profesionales, que no tienen un texto, digamos precedente. Yo casi siempre escojo obras que están escritas. A mí me gusta mucho el texto, me gusta mucho la literatura teatral.

Pero todo comenzó hace dos años con Juliana Reyes de la Factoria L’Explose, que hicimos un proyecto que se llamó Antes del contacto, en plena pandemia, y yo hice como la relatoría de ese proceso artístico que era con bailarines después de entrevistar a 10 personas, cuyos oficios tienen que ver, en la vida cotidiana, con el contacto, con el cuerpo del otro, los bailarines. De esas entrevistas, que fueron muy largas, yo hice los perfiles y ahí conocí a Carolina Calle. Una de las mujeres que va a estar en escena de esta creación.

Carolina es activista, y tiene una organización que se llama Calle 7 Colombia, entonces ahí la conocí y cuando salió la beca, Juliana me dijo que bueno que le des una mano a Carolina para que presenten un proyecto, y yo le había dicho a ell, que buscara a otras dos compañeras que pasaran el proyecto y que si se lo ganaba, pues yo se los dirigía, sin que tuvieran que pagar nada.

A veces me gusta poner mi trabajo al servicio de otras causas, no hacer las obras, pues también me gustaba pensar que podíamos hacer juntas entonces el punto del partido fue el diálogo, pues siempre fue una creación colaborativa

Y ¿por qué decimos utilizar lo performático? Junto a Leonardo Petro, el otro codirector decidimos por lo performático es algo como más inmediato no es tan elaborado como una obra de teatro. Porque justamente lo que se va a ver en escena, con un concepto estético que hemos buscado y que es muy sencillo, pero interesante, parte de una conversación entre ellas, que simplemente se sientan en una silla de hablar y dicen hablemos de nosotras, hablemos de nuestro trabajo y de nuestros clientes.

Pero estas conversaciones no están escritas, ellas sabe que temas van a tocar y a veces nos tocan en distinto, orden. Y por su puesto que la repasamos pero a veces se les olvida decir una cosa o se van por cosas más interesantes, pero siempre hay como un derrotero para hablar y para crear la conversación. Pero es algo, que no es preparado. En ese sentido es que nosotros hablamos de lo performático.

Yo hablo mucho, en esta obra, de la creación escénica-testimonial, más que una creación teatral. Hasta ahora no hemos escrito las escenas. La mayoría de las escenas son relatos que hicimos encontrando en las conversaciones con ellas, pues de su infancia de cosas que les han pasado, por supuesto, muy diferentes cada una. Pero quisimos conservar el tono en el que ellas elaboran sus vidas, que son muy distintas cada una, pues ellas no son iguales.

Quisimos precisamente mantener eso, esos testimonios como muy frescos como si se estuvieran oyendo por primera vez.

Hablando de eso, ¿cómo fue ese trabajo de dirigirlas y entrenarlas actoralmente para que buena parte de los temas que querían abordar se materialicen en la obra?

Bueno, primero tuvimos muchas conversaciones para tener mucho material. Conversaciones que se dieron, obviamente, en un ambiente de mucha confianza, que uno siempre tiene que generar cuando hace teatro. Profesionales o no profesionales, sin confianza, es imposible desarrollar un trabajo artístico de verse todos los días.

Luego llegamos a una especie de acuerdos de cosas que ella sí quería contar y cosas que no querían tratar.

Ellas tienen unas posturas muy claras frente al trabajo y la prostitución y por qué lo hacen, por qué lo ejercen, qué les ha dado en la vida, y a ellas les gusta mucho hablar de eso, pues les parece importante.

Esto es lo primero: tener material, luego pues una cosa que hacen todos directores y es que una escena no es igual a la anterior, entonces era ver cómo encontrábamos, digamos, los relatos de infancia de cada una. Entonces, qué pequeñas acciones podían hacer. Pero eran cosas que nosotros veíamos como: ¡Ah!, es que aquí ella se levantó, entonces le decíamos, haz conciencia de que cuando tú estás hablando desde esa emoción pasa esto en tu cuerpo, consérvalo, enfatízalo, intensifícalo.

Entonces hicimos entrenamiento como se hace con los actores, trabajo corporal, relajarse, de soltarse, de correr, de tener energía corporal. Pues ellas trabajan con el cuerpo, pero de una manera muy diferente. Pues decir y moverse en un escenario, caminar, mirar, direccionar, es decir, el cuerpo hacia adelante camino, pero hasta dónde voy... Todos los ejercicios como los que harías tú como director en un taller de dos meses con gente que se está iniciando en el teatro que quieren ser actores.

Pero todo esto sin pretender cambiarles una cierta naturalidad de espontaneidad que tienen ellas al relatar su imaginario, justamente por el tema que atraviesa la obra, si bien es un tema, es es una situación de vida. Son unas vidas que viven en eso y viven de eso.

La prostitución, si bien es un tema tabú en la discusión pública, también en los círculos feministas es un tema muy controversial, pues están abolicionistas y las reguladoras, por ponerlo en esos términos, ¿cómo se aborda esto en la obra, sin caer en una apología a la prostitución ni tampoco satanizarla?

Nuestro enfoque y nuestro punto de partida nunca fue hacer un foro alrededor de esto, sino visibilizar, y qué quiere decir visibilizar, pensar la palabra. Nosotros arrancamos desde ellas tres y cuál es la voz de ellas.

Ellas, las tres, Inés un poco menos, pues ella quisiera hacer otra cosa, pues ella sueña con tener un negocio y ella lo va a decir claramente en la obra. Mientras que Carolina, al ser defensora de derechos humanos, desde su organización, ven el trabajo sexual con más protección estatal, con mejores condiciones, pues ella es anti audicionista.

Eso no quiere decir que ellos no vayan a hablar del patriarcado, a su manera, pues todo es muy patriarcal. Por ejemplo, ella se hablan de la putofobia, de la homofobia, que son temas que ellas quisieron traer, pero que digamos, nosotros como directores artísticos, lo que hacemos es servir de enlace entre las voces de ellas, sus testimonios y darles una forma artística y que el público sea quien tome posiciones, pero por supuesto que tú tienes razón.

Por ejemplo, ellas trabajan en el 7 de Agosto y más o menos tienen una vida, pueden vivir dignamente de eso, entonces pagarle el colegio al hijo o un arriendo, pero hay otras que que trabajan en unas condiciones de precariedad, así como hay una prostitución, digamos, estrato 6, escondida que nadie ve.

Y yo le decía a Leonardo, ayúdame a conseguir alguien, una chica prepago que nos dé testimonios, pero ellas no hablan, porque se les daña el parche, pues los clientes que ellas tienen son top y son exitosos y muy secretos. Pero así mismo hay algunas que nos hablaron de las fiestas privadas, pero pues no nosotros no quisimos hablar de quiénes van a estas fiestas privadas, pues obviamente la lista es prometedora, no pasa del genérico de quiénes van a esas fiestas privadas.

Hay una chica que que entrevistamos para la obra, pues hay como un juego de voces en algún momento, en el que se escuchan voces de otras personas, de otras mujeres y de otros hombres. Solamente pudimos conseguir dos hombres que son clientes de ellas que que fueron y grabaron algo.

Y esos testimonios se van a escuchar como en la oscuridad en algún momento, pero como fragmenticos, como destellos de esos testimonios, pero, o sea, es mucho. A mí me parece correcto muy interesante si uno puede continuar este trabajo y entonces escucharon la voz masculina, pues muchos hombres me dijeron que conocen personas jóvenes que van donde las putas y es parte de su vida.

Hablando de esa polifonía, tengo entendido que se seleccionaron fragmentos del texto ¡Ay!... días, Chiqui de José Manuel Freidel y otros textos, cómo fue seleccionarlo?

Yo seleccioné el texto de Freidel, porque siempre me ha parecido que es un monólogo muy elocuente, muy fuerte, muy contundente, muy lindo de un travesti en Medellín en el año 1985, cuando empiezan las llamadas limpiezas sociales.

Eso lo hablamos con ellas también, tener unas dos escenas sobre la violencia, o sea, la violencia social que se ejerce, o como limpieza social, que le decían batidas, muchas de esas en Medellín aparecían de de proyectos de una entidad que se llamaba amor a Medellín, que mataban prostitutas, indigentes... tenían el objetivo muy claro de lo que se llama la limpieza social.

Eso se ha seguido repitiendo y no solo sucede en Medellín, eso sucede por por oleadas. El monólogo no se hace completo, se escogieron unos fragmentos para Luisa, que es la mujer transgénero que hay en el grupo, y ella se leyó todo el monólogo y le gustó mucho. A ella le gusta mucho la palabra y ella no se lo cuenta, ella lo entre lo lee y lo interpreta.

El otro texto es un texto que yo escribí para Carolina, sobre el feminicidio, y de dónde lo saqué, leyendo un montón de historias, y hay cosas que Carolina me contó del barrio, en el que a veces se llevaban la compañeras y las devolvían las tiraban por ahí golpeadas.

Me inventé una escena en la que quise que apareciera como si a Carolina la entrevistara una psicóloga y ella responde unas preguntas sobre una mujer que la tiran de un carro, porque ella me cuenta que hay muchas compañeras que llegan golpeadas o llegan y las tiran de un carro golpeadas, las devuelven a las calles golpeadas. Es una historia que yo inventé pero que no es inventada, y a la que di cierto tono para que ella pudiera trabajarla.

Esta es una escena que sí es aprendida, pero para la escena Carolina tiene en la mano los papeles, yo no quise esconder en ningún momento que ellas no son actrices. Entonces ella se lo aprende, pero a veces lo lee, a veces lo interpreta.

Esas dos escenas muestran lo que es la violencia contra los travestis, contra todos los diferentes, la misoginia, la homofobia, la putofobia, pues hay muchas fobias contra ellas, entonces quería yo quería que apareciera el tema violento.

En una de esas voces grabadas, se va a medio escuchar porque no quisimos que fueran fragmentos reales como los de ellas, sino eso como una polifonía. Se va a escuchar la historia de una mujer mayor transgénero de trabajó en el barrio Santa Fe y nos mostraron el testimonio cuando a ella la apuñalaron en Santa Fe en la época de los apagones del 86 al 95. A ella le decían la coqueta, a ella le pegan 11 puñaladas luego de que se bajaron de un taxi unos tipos desconocidos. Ellas, que estaban acostumbradas a correr, sin embargo, ella se cae y la apuñalan y es un taxista el que la recoge y la salva.

Ella es muy interesante y no pudimos poner todo lo que nos alcanzó a contar en la obra, porque el teatro tiene su limitaciones. Si no se hubiera vuelto una obra de tres horas, per ese tema, violencia y las cosas que ellas tienen que padecer, en general.

Para terminar, me dice que se dejaron muchas cosas por fuera de la obra, una vez superada esta esta primera temporada, que va hasta el 30 de julio, ¿han pensado en ampliar el trabajo, hacer una una revisión para una segunda temporada?

Yo sí quisiera revisar algunas cosas. Me gustaría encontrar la manera de que esas voces que dejamos en una polifonía medio entrecortada, que también es muy interesante porque artísticamente tú oyes, no sé, “me apuñalaron 11 veces”, “me apuñalaron 11 veces” ,”me apuñalaron 11 veces”. O el juego de la voz, porque esas personas que entrevistamos dijeron tantas cosas interesantes que nos tocó dejar por fuera, pues la obra ya dura una hora y veinte y ya más largo, pues no porque la gente no está acostumbrada a ver obras muy largas.

No sé a mí me gustaría revisar y también seguir indagando en el tema de los hombres aunque también hay mucha información escrita, por ejemplo en España hay un montón de testimonios, que si uno se pone a buscar pues hay libros enteros también sobre por qué los hombres deciden ir a donde las prostitutas, y no es ningún misterio.

Porque si te pones a ver lo que se va a decir no es algo muy novedoso, sino que me interesa el testimonio vivo, cómo lo dice alguien, cómo un hombre recurre a la prostitución.

Pero yo creo que no es no es revisar mucho, porque este trabajo fue muy exhaustivo y ya tiene una forma. Entonces, de pronto revisar cómo podemos meter con esos otros testimonios, ampliar un poquito esa parte. Un poquito. Unos cinco minutos más del testimonio de otros. Otras voces. Otras posturas.

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