“Nadie conoce mejor el territorio que nosotras mismas”: los relatos de mujeres víctimas del conflicto que hacen parte del Modelo Territorial de Garantías

En diálogo con Infobae Colombia, varias mujeres que han hecho parte de esta iniciativa de ONU Mujeres señala los aciertos del Modelo, así como los aspectos a mejorar a nivel interno y externo y el machismo que impide el empoderamiento pleno de la mujer en Vista Hermosa Meta

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Luego de la firma del Acuerdo de Paz -el cual, entre otras cosas, tiene un enfoque de género de tal manera que las primeras en ser reparadas sean las mujeres-, han surgido varios proyectos enmarcados en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Uno de ellos es el Modelo territorial de Garantías de No Repetición, el cual se centra en el empoderamiento de mujeres víctimas del conflicto armado y su posterior acceso a la justicia transicional para su plena reparación.

Dicho modelo está instalado en el municipio de Vista Hermosa, departamento del Meta. Y es que, precisamente esta zona fue una de las más afectadas por los enfrentamientos entre grupos armados legales e ilegales, siendo el desplazamiento y la desaparición, forzada, los delitos cometidos en mayor medida. En total, y de acuerdo con el Sistema Mujer en alianza con la Asociación de Mujeres Desplazadas del Meta, han sido registradas 10.195 víctimas en dicho sector.

Cinco años después de la firma, y en el marco del día de la eliminación de la violencia contra la mujer, conmemorado el pasado 25 de noviembre, los casos de agresión por temas de género han disminuido, así lo afirma en diálogo con Infobae Colombia, Rubeidy Martínez, vocera de la escuela de formación política ‘Yo puedo’ y que hizo parte del Modelo territorial de garantías.

“Acá en el Meta, han disminuido bastante los casos de violencia contra la mujer, en parte gracias a los diálogos que ha habido en municipios como Vista Hermosa; aunque claro, en el departamento se siguen presentando casos de desplazamiento”.

Asimismo, señala que las ayudas han llegado desde diferentes sectores; no solo en materia de emprendimientos y creación de empresa, sino también psicológica. Empero, persiste un gran problema que no ha desaparecido tras la firma del Acuerdo: el machismo.

Acá principalmente se les está auxiliando con vivienda y arriendo; y desde hace poco se ha venido manejando, en conjunto con la alcaldía municipal y la gobernación, varios procesos que fomentan el emprendimiento en ellas. Por ejemplo, a algunas muchachas les dieron peluquerías, restaurantes, tiendas, heladerías y todo esto a víctimas de desplazamiento y que además, fueron abusadas.

El nivel de prioridad no es el que queremos, porque en términos psicológicos y económicos se ven muy poco las ayudas, aparte porque acá hay mucho machismo. En el municipio hay mucho machismo y hasta disputas entre mujeres y eso se ve mucho en la Mesa de la Mujer.

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Luz Dary Chávez, otra de las mujeres que participaron en el Modelo Territorial de Garantías de No Repetición, explica para este mismo medio cómo fue la participación femenina y coincide con Rubeidy en que la iniciativa, dentro del SIVJRNR, empodera a las mujeres participantes, más allá del machismo persistente en el municipio.

Todo fue por medio de capacitaciones, fueron convocadas muchas mujeres de diferentes comunidades. Al principio nos preguntaban qué nos gustaría y nos pedían que fuéramos claras con lo que queríamos y cómo lo queríamos.

Eso inspiró a muchas mujeres que venían con ese temor de que podían encontrarse con un proyecto normal, como por <calentar el puesto>, pero cuando se dieron cuenta que la cosa iba en serio, asistían puntualmente y había mucha alegría y compromiso. Además, cuando nos entregaron los proyectos, quedamos sorprendidas porque nos dimos cuenta que son muy completos.

En ese orden, señala que a pesar de los avances, se deben mejorar muchas cosas no solo a nivel interno, pues considera que la participación en política de las mujeres víctimas del conflicto es un pilar para el seguimiento y la consolidación de lo hecho en el territorio.

Que no haya intermediarios, que seamos nosotras mismas las que tengamos representación política. Que desde el Congreso haya un representante de las víctimas quien esté acompañando y que estemos todas trabajando para nosotras mismas y no esperar a que alguien más lo haga.

Ahora, ya con la curul que nos den allá -en el Congreso- será muy diferente para todas, porque por lo menos en la Mesa de víctimas que se organizó en Vista Hermosa, me parece bueno que exijan que la mayoría sean mujeres o que al menos la mitad de integrantes, lo sean. Sería bueno que eso se diera a nivel político y que fueran víctimas, porque solo las víctimas sabemos las cosas que hemos vivido (…) nadie conoce mejor el territorio que nosotras mismas.

Finalmente, y siguiendo esa misma línea, Rubeidy Martínez expresa que además de la representación política, necesitan acciones dentro del municipio y que involucre tanto a mujeres como a hombres víctimas.

Yo digo que falta mucha sensibilización; por lo menos acá en el municipio hay muchas mujeres que hay mesas que las acogen y ellas no conocen. Tampoco saben de sus derechos como víctimas y falta mucho diálogo no solo para ellas, también para hombres.

Vale recordar que las jóvenes y mujeres del municipio de Vista Hermosa entregaron en 2020 dos informes a la JEP; uno sobre desaparición forzada y el segundo, sobre violencia sexual. Ambos con casos reales de personas del sexo femenino que aportaron sus testimonios que dan cuenta de la barbarie vivida en el marco del conflicto en ese municipio y que fue replicada en muchas otras partes del país.

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