El esposo y padre de las migrantes colombianas que murieron en el desierto de Arizona relató detalles de la tragedia

El hombre, que reside en los Estados Unidos, deberá demostrar su paternidad sobre Cristian, el único sobreviviente, con una prueba de ADN. Implora a las autoridades que le entreguen la custodia del menor

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Hugo Pinzón
Hugo Pinzón

Una llamada a la líneas de emergencia del 911 estremeció, recientemente, los noticieros nacionales. Una mujer, identificada como Claudia Marcela Pineda, se comunicó con las autoridades para pedir ayuda pues, se encontraba en peligro, de la mano de sus dos pequeños hijos. A punto de desmayarse, y con la batería de su celular en 3%, Claudia perdió la comunicación con el asesor que trataba de auxiliarla. Tiempo después, Claudia y su pequeña hija fueron encontradas muertas en el desierto de Arizona, luego de atravesar difíciles condiciones al ser abandonadas por las personas que estaban tratando de ingresarlas a los Estados Unidos, de manera ilegal. El otro hijo de Pineda, milagrosamente, fue hallado con vida y, Hugo Pinzón, papá del menor, pide ayuda gubernamental para recuperarlo y llevarlo a casa.

Ante los micrófonos de diferentes medios de comunicación, nacionales e internacionales, Hugo ha implorado por tener a su hijo, Cristian, de vuelta, luego de perder a su esposa y a su hija, María José. “Eso fue un milagro de Dios, de vida, porque mi esposa dio la vida para traerme al pequeño, a mi hijo, para que me conociera. No lo conozco aún en persona”, reveló el hombre a Noticias Caracol. La llamada de Claudia Marcela fue contestada por funcionarios del Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo, Coordinación e Inteligencia (C5i) en Sonora. De acuerdo con Telemundo, medio que también habló con Hugo, por estas épocas, las temperaturas en el desierto superan los 100°F.

“Por favor, ayúdenme”

“¿Cuántas personas están con usted?”

“Dos niños, por favor ayúdenme que me voy a desmayar”

“Mami, tengo hambre”

“Ya mi amor”

“¿Tiene WhatsApp?”

“Sí, señor”

“Le acabo de enviar un mensaje”, se escucha en la llamada.

Hugo no conoce al menor debido a que Marcela quedó embarazada del pequeño en enero del 2019, mes en el que el hombre vio por última vez a su pareja. Pinzón, que solo ha visto a Cristian a través de videollamadas, le contó a Telemundo que una trabajadora social le había dicho que el niño, por el momento, se encontraba en California, sin embargo, otras fuentes, le comentaron que se encuentra en Yuma, una ciudad de Arizona, versión que no ha podido ser confirmada por su parte.

La estremecedora llamada de colombiana que murió en el desierto de Arizona, “ayúdenme, me voy a desmayar”.
La estremecedora llamada de colombiana que murió en el desierto de Arizona, “ayúdenme, me voy a desmayar”.

”Lo que estoy buscando es que al niño lo trasladen para la Florida para estar más cerca de él, y que la trabajadora me diga que lo puedo visitar, ir a verlo, estar pendiente de él (...) los colombianos en Estados Unidos han estado muy pendientes de mi hijo porque es un milagro de Dios, era la persona más frágil, la personita con menos oportunidades de vida y el único sobreviviente de esta tragedia”, relató a ese medio de comunicación Hugo, quien también confirmó que, según lo que sabe del menor, está en buen estado de salud.

Sobre Claudia Marcela y María José reveló que ya se dio la autorización para que los cuerpos fueran sometidos a un proceso de cremación. Los restos serán entregados, según le explicó el personal de la funeraria, en cuatro o seis días, sin embargo, asegura que no puede quedarse tanto tiempo esperando en Arizona, pues su situación económica no es la mejor, y no tiene como sostenerse allí. “Anhelaría darles una ceremonia en la Florida, mi hija quería conocer el mar por primera vez (...) quisiera llevarla y enviarlos a Colombia”, manifestó el padre y esposo de las dos víctimas de los llamados ‘coyotes’.

Ricardo Sarabia, trabajador del centro de control 911 de Sonora, entidad a la que entró la llamada de la colombiana, explicó que este tipo de situaciones son, desafortunadamente, muy comunes. “Vienen ilusionados con mentiras. Les dicen ‘caminen una hora derecho’ y tristemente caen en las mentiras. No es cierto. Las personas creen que caminando llegan en una hora y no es cierto, el desierto es inmenso”, relató en testimonios rescatados por Noticias Caracol.

A Sanabria se unió Guadalupe Lares Núñez, también del centro de comando y control en Sonora, quien concordó con lo dicho por su colega. “El abandono en el desierto es más común, sobre todo cuando llevas menores, porque para ellos es más difícil avanzar”.

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