De la esperanza a la decepción, la historia de la draga china en el puerto de Barranquilla

Los gremios aseguran que los incumplimientos del consorcio, liderado por la firma china CCCC Shanghai Dredging Co, le han representado al departamento pérdidas por casi USD4,5 millones.

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Hace un año, en septiembre de 2019, las autoridades de Barranquilla, la capital del departamento colombiano del Atlántico, anunciaron la llegada de la draga china Hang Jun 5001.

El arribo del barco formaba parte de un convenio firmado entre la Financiera de Desarrollo Territorial, una entidad estatal encargada de aportar recursos para proyectos en las regiones, y Cormagdalena, la entidad regional encargada de recuperar la navegación y la actividad portuaria.

Con base en este convenio, se contrató al consorcio Shanghai-Ingecon, integrado por la firma china CCCC Shanghai Dredging Co (propietaria del 70%) y la colombiana Ingecon S.A. (30%)

El objetivo de los contratos, que en total sumaron unos 35.600 millones de pesos colombianos (más de nueve millones y medio de dólares), era remover 1.865.000 de metros cúbicos de sedimentos para alcanzar un calado mínimo de 10,2 metros, y así facilitar la operación de los barcos en el canal de acceso del puerto de Barranquilla.

Un mes después, la draga China parecía estar cumpliendo con su propósito. En octubre de 2019, Pedro Pablo Jurado, director de Cormagdalena, destacó los avances en el plan de trabajo y aseguró que, en las primeras semanas de operaciones, se había logrado remover un total de 213 mil metros cúbicos de sedimentos, lo que había permitido recuperar la navegabilidad en el canal de acceso al puerto.

Sin embargo, las buenas noticias duraron poco tiempo. Aduciendo problemas atmosféricos, la furia del viento y la dificultad que presentaba el oleaje, el consorcio liderado por CCCC Shanghai Dredging Co comenzó a incumplir sus compromisos, lo que llevó a la capitanía de puerto a reducir el calado operativo; en la práctica, a restringir el tamaño de los buques que podían operar en el terminal marítimo de Barranquilla, con el fin de evitar accidentes.

Para abril de este año, luego de que un barco de bandera liberiana quedó atrapado en el fondo cuando zarpaba hacia la la India, José Fernando Curvelo, jefe de la Oficina de Asuntos Portuarios del Distrito, expresó su inconformidad con los retrasos y las dilaciones en el trabajo del consorcio chino. “Prendan los motores, recuperemos el tiempo perdido. El puerto demanda mejor calado”, apuró el funcionario, según reseñó el medio digital Zona Cero.

En ese entonces, algunos representantes portuarios revelaron que los chinos habrían realizado actividades de dragado donde no se necesitaban, con el fin de justificar el contrato, mientras que, un año después de comenzar el trabajo de la draga, el calado del canal de acceso del puerto de Barranquilla no mejora, afectando gravemente la operación del terminal marítimo.

Además, según el representante a la Cámara César Lorduy, el contratista chino estaría trabajando con equipos inadecuados.

“Nosotros también nos preguntamos qué está pasando. Las respuestas que se han dado hasta el momento no son satisfactorias ni las más adecuadas. Todo indica que el equipo no es el adecuado, por lo que alguien asociado al contrato, que puede ser la interventoría, nos diga si efectivamente la draga está cumpliendo con sus obligaciones contractuales y si efectivamente la draga puede seguir funcionando o no. Los resultados que hasta ahora se dan te dice que los equipos utilizados, no son los adecuados”, aseguró el congresista, en declaraciones para el periódico barranquillero El Heraldo.

De solución a fracaso

El contrato, que había sido presentado por el director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, como la solución que le iba a dar “seguridad y tranquilidad” a la operación portuaria en Barranquilla es, según los portuarios, un verdadero fracaso. Los barcos siguen en permanente peligro de encallar en cualquier momento, por lo menos tres ya lo han hecho, desde noviembre de 2019; unos 15 más han tenido que ser desviados a Cartagena y Santa Marta ante el riesgo de la operación por el bajo calado; unos 20 han sido sometidos a largos períodos de espera, incrementando los costos de la operación, e incluso la misma draga china estuvo a punto de quedar atrapada, según se dijo, por una mala maniobra de la tripulación.

Lucas Ariza, director de la Asociación de Puertos del Atlántico, calculó que cada desvío puede representar sobrecostos en las operaciones de entre USD120 mil y USD150 mil, lo cual afecta la competitividad de la ciudad.

Según el dirigente portuario, a pesar de los recursos que se han invertido para tener una draga permanente, nunca se ha logrado el calado mínimo de 10,2 metros que se contrató.

“Aun teniendo el calado 9,8 metros, hemos tenido sobrecostos y buques que han tenido que esperar medio día o un día para ingresar a la zona portuaria o deben aligerar en otros puertos, esto es algo que golpea la competitividad de la ciudad, pues a un importador le sale más costoso, es algo demasiado grave”, afirmó el dirigente gremial, de acuerdo con el periódico El Heraldo.

Según denunció en una editorial la misma directora de El Heraldo, Érika Fontalvo, solo en octubre, más de 30 mil toneladas dejaron de ingresar al puerto y, en lo que va del 2020, las operaciones para aligerar la carga, para que los buques puedan entrar y los desvíos a otros lugares, unas 145 mil toneladas, lo cual, aseguran los gremios del departamento del Atlántico, ha significado pérdidas por casi 4 millones y medio de dólares.

Recientemente, los miembros del Comité Intergremial del Atlántico emitieron un comunicado expresando su preocupación por la situación del canal, que en la actualidad presenta un calado autorizado de 8,3 metros.

Alertaron los gremios que, a pesar de que el dragado de Shangai Dredging no ha logrado nunca los 10,2 metros a los que se había comprometido, el consorcio chino estaría a punto de completar el volumen de 1.865.000 metros cúbicos de sedimento a remover, establecidos en el contrato, por lo que, antes de finalizar el año, el canal de acceso quedaría sin dragado hasta que se adjudique el contrato del año 2021.

De acuerdo con la directora de El Heraldo, a pesar de que el director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, se comprometió a que la ciudad seguiría contando con una draga permanente, es fundamental resolver esa dificultad “porque quedó demostrado que la firma contratista no cumplió ni el modelo establecido fue el mejor”.