
¿Por qué algunas personas no se contagian del SARS-CoV-2 pese a estar en contacto con otras que han dado positivo? En estos más de dos años de pandemia los científicos han visto muchísimos casos de personas que, a pesar de estar en contacto con convivientes positivos de COVID-19, no llegaron a infectarse y dar positivo en las pruebas, mientras que otras se contagian muy fácilmente.
La ciencia sigue en busca de la respuesta. Para ello, por ejemplo, se está llevando adelante un estudio por la Universidad Rockefeller de Nueva York (EEUU) con la participación de investigadores de una decena de países, que busca analizar las características genéticas de estas personas superresistentes al COVID-19 para tratar de descifrar el mecanismo celular que los protege y poder replicarlo en fármacos para combatir el coronavirus. Para ello, los expertos están secuenciando el genoma de los voluntarios así analizar si hay cambios en el ADN de algunos genes que participan en la fusión y entrada del virus en las células humanas.
El mes pasado, el Imperial College de Londres publicó una investigación en la que se sugería que las personas con niveles más altos de células T, que son un tipo de célula del sistema inmunitario, de los coronavirus del resfriado común tenían menos probabilidades de infectarse con el coronavirus que causa el COVID-19. Alrededor del 20% de las infecciones por resfriado común se deben a una especie de coronavirus.

“Descubrimos que los altos niveles de células T preexistentes, creadas por el organismo cuando se infecta con otros coronavirus humanos como el del resfriado común, pueden proteger contra la infección por COVID-19″, dijo Rhia Kundu, primera autora del estudio, del Instituto Nacional del Corazón y el Pulmón del Imperial.
Sin embargo, Kundu también advirtió que, “aunque se trata de un descubrimiento importante, es sólo una forma de protección, y me gustaría subrayar que nadie debería confiar sólo en esto. En cambio, la mejor manera de protegerse contra el Covid-19 es estar completamente vacunado, incluida la dosis de refuerzo”. Es decir, nadie debería pensar que por haber tenido antes resfriados ya puede estar protegido contra el coronavirus. Es mejor vacunarse contra el COVID-19.
“La pregunta sobre por qué algunas personas adquieren el coronavirus y otras no es parte de varios estudios y ya hay algunas hipótesis”, dijo a Infobae el doctor Gabriel Rabinovich, investigador superior del Conicet en el Instituto de Biología y Medicina Experimental, profesor titular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y miembro asociado extranjero de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

“El coronavirus necesita de una interacción con un receptor de las células humanas para poder infectar y co-receptores. Ese receptor se llama ACE2. Hay otras interacciones en las células que se están investigando y que jugarían un rol en que el virus se pegue o no y luego ingrese para usar la maquinaria celular y replicarse. Se sospecha que hay personas que pueden tener mayores niveles de esos receptores y co-receptores y eso podría ser una barrera para que algunas personas adquieran la infección y otras no. Se había observado con respecto a la infección por el VIH y ahora se investiga con respecto al coronavirus”, explicó a Infobae el doctor Rabinovich, quien desarrolló la plataforma para monitorear los niveles de linfocitos T como una respuesta ante la pandemia en Argentina.
Los infectólogos destacan que, en principio, ocurriría lo mismo que sucede con el VIH, por ejemplo: un poco influye la carga viral del caso índice, otro poco, qué tan sintomática es esa persona (alguien con tos en principio transmitiría más que alguien sin tos), y el tiempo y las características de la exposición (no es lo mismo dormir en la misma habitación que almorzar a un par de mesas de distancia).
Por último, es posible que haya factores del huésped que están poco explorados; se especuló por ejemplo, con que los hipertensos o los que toman fármacos que aumentan el número de receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE-2), que son los que usa el virus para entrar a las células, podrían tener más riesgo de infectarse, aunque por ahora es todo teórico.

La doctora Yvelise Barrios, vocal de la Sociedad Española de Inmunología, explicó a Infosalus que, según publicaciones científicas recientes de finales de 2021, se ha estudiado a trabajadores sanitarios que conviven con personas positivas en COVID, pero que nunca ellos se positivizan, para ver cuándo se contagiaban y cuándo no.
“Esto se conoce como ‘infecciones abortivas’, porque sabemos que han estado conviviendo con positivos, pero ellos nunca tienen esta positividad en las pruebas diagnósticas y nunca vemos los anticuerpos para saber que han pasado ese contacto de forma asintomática”, afirma.
“En estos grupos de personas, llamados como ‘controladores rápidos de la infeccion’, hay células T dirigidas contra una parte del virus que es la polimerasa, ‘su maquinaria de replicación’. Es una de las teorías que hay, y que hay que comprobar porque está publicada hace poco, pero se piensa que estas células T especificas contra esta polimerasa se habrían desarrollado frente a otros coronavirus, como los catarrales, y esto les permitiría esta ventaja desde el punto de vista del sistema inmune”.

El catedrático de Inmunología de la Universidad de Valladolid, Alfredo Corell, explica que esto podría ser porque hay personas que pueden tener un grado de inmunidad quizá “más esterilizante”, y el virus no les hace ningún efecto. También esto podría ser en su opinión porque presentan una evolución asintomática de la enfermedad y no se dan cuenta de que pasan la infección, o bien esto podría ser así por el nivel de protección que han adquirido frente al SARS-CoV-2 gracias a las vacunas, más la inmunidad natural del individuo.
Otra de las razones sobre las que apunta este experto es que se haya pasado otro coronavirus de catarro, frecuente en los meses de invierno, que de alguna forma produce un grado de protección frente a la infección por SARS-CoV-2. Igualmente, Corell mantiene que la genética de una persona puede ‘funcionar’ mejor en este sentido en unas personas que en otras. Al mismo tiempo, menciona que también hay personas más o menos contagiadoras, y por ejemplo si el padre de familia y el hijo pequeño no son contagiadores, a pesar de dar positivo en las pruebas de diagnóstico, lo más probable es que la madre y el hijo mayor no se hayan contagiado.
“Se cree que más o menos el 10% de quienes tienen el virus son los responsables del 80% de contagios; en cambio, un 90% son muy poco contagiadores. Hay una persona que igual contagia a 20 y otros a nadie o a uno. No todo el mundo que tiene la COVID-19 es contagiadora. Depende de la genética del conviviente, del nivel de protección ganado con la inmunidad natural y con las vacunas. Estas situaciones domésticas donde no todos los convivientes se contagian a la vez son muy comunes”, concluyó el catedrático de Inmunología.
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