
En el inmenso universo de las redes sociales, siempre hay algo que llama la atención y se convierte en el tema de moda. Esta vez, los protagonistas son los famosos “estados” de WhatsApp, esas efímeras publicaciones que permiten asomarse a la vida de los contactos agendados. Y aunque muchos intentan resistirse, la curiosidad suele ganarles la partida.
El publicista Diego Andrés, afincado en Madrid, inició una reflexión en su perfil que rápidamente se volvió viral. Se cuestionaba por qué se encontraba mirando las fotos de graduación de la hija del señor que, hace cuatro años, fue a arreglar su heladera. Un pensamiento que resonó en la mente de muchos usuarios, quienes visualizaron el posteo más de 800 mil veces, y le dieron 35 mil “me gusta”.
La fascinación por ‘chusmear’ la vida de personas totalmente irrelevantes es un fenómeno que intriga. Nadie sabe a ciencia cierta por qué uno se siente atraído a observar las vidas de otros, pero lo cierto es que sucede a diario, analizando la cotidianidad de personas que apenas son conocidas.

La idea de Diego no fue única, ya que muchos usuarios se sumaron al hilo de conversación para compartir sus propias experiencias y anécdotas. Desde los que publican diariamente fotos de sus hijos y mascotas, hasta aquellos que comparten letras melancólicas de canciones en busca de atención, todos encuentran un lugar en esta red de historias.
Pero, ¿por qué se sigue manteniendo a estos contactos en la lista si no aportan nada e incluso no se sabe nada de ellos hace años? Es un misterio sin resolver de WhatsApp. Aunque sería sencillo eliminarlos, siguen ahí, firmes “por lo que pueda pasar”, y, por ende, sus estados también.
La lucha por la atención en las redes sociales no parece tener fin. Los estados de WhatsApp buscan hacer frente al dominio que Instagram ha ejercido en los últimos años. Sin embargo, aunque se evita, a veces, mirar estas publicaciones, en algún momento todos caen tarde o temprano en la tentación de observar la vida de desconocidos.

“Tengo una vecina que cada que se pelea con el papá de su hijito, le dedica varios estados de wp, dónde me entero de hasta la pensión que no pasa o el fin de semana que se va de fiesta y no cuida al bebé. Al menos el chisme está bueno”, compartió otro usuario de la red social.
La conclusión es que, por alguna razón desconocida, atrae ese pequeño vistazo al día a día de personas que apenas se recuerda su nombre o que simplemente no interesan. La fascinación por lo ajeno es parte de esa naturaleza curiosa.
“Eso se llama ser chismoso y querer estar enterado de la vida de los demás, de los que conoces y de los que no por rebote”, “Las de los plomeros también son las mejores”, “Qué nunca mueran los estados de WhatsApp”, “Casi me ahogó de la risa leyendo esto jajajaja”, “El que sube historias de muertos todo el tiempo”, fueron algunos de los comentarios del tuit viral.





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