Guillermo Francella fue ovacionado en Mar del Plata: el sorpresivo video en el teatro y la promesa a Martín Bossi

El actor de Homo Argentum irrumpió en el estreno de La cena de los tontos, obra de la que fue protagonista y actualmente produce. Sus palabras en el escenario y el aplauso del público

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Guillermo Francella sorprendió a Martín Bossi, Laurita Fernández y Gustavo Bermúdez en Mar del Plata

El Teatro Neptuno de Mar del Plata estalló de risas y ovaciones cuando, en una noche imborrable, La cena de los tontos —la comedia francesa de Francis Veber— debutó ante una sala colmada y colgó el cartel de localidades agotadas. Desde su exitosa temporada en el Teatro El Nacional de la Avenida Corrientes, donde de marzo a noviembre de 2025 no quedó ni una butaca vacía, el fenómeno teatral desembarcó en la costa con la promesa, cumplida al instante, de repetir la hazaña.

Frente a la boletería, las filas serpenteaban por la vereda: decenas aguardaban la oportunidad de conseguir un ticket para las próximas funciones. Soñaban con ver en acción a ese elenco estelar, encabezado por Martín Bossi, Laurita Fernández y Gustavo Bermúdez, junto a Esteban Prol, Guillermo Arengo y Robertino Benemio? Todos, bajo la dirección de Marcos Carnevale, ensayaban sonrisas contenidas. ¿Quién se resignaría a perderse semejante acontecimiento?

Adentro, cada gag arrancaba carcajadas. Pero, de pronto, algo cambió el aire. Una presencia inesperada capturó la atención del público. Durante los saludos, Bossi se detuvo y, con voz tomada por la emoción, empezó a soltar pistas: “Inglaterra tiene a Charles Chaplin, Estados Unidos, a Jerry Lewis, a Jim Carrey. Nosotros tenemos al más grande, para mí, de la historia de la actuación en Argentina”. El murmullo creció. “Nos emociona mucho, lo queremos, es demasiado talentoso para ser argentino”, agregó con ironía. Y el teatro vibró.

La ovación a Guillermo Francella en el estreno de La cena de los tontos en Mar del Plata

El misterio duró segundos. Una frase se impuso sobre el silencio expectante y no necesitó más presentación que esa: “¿Y qué hermosa noche, verdad?”. Entonces, el público explotó en aplausos: Guillermo Francella irrumpió en el escenario. El responsable del suceso cinematográfico Homo argentum, quien hace más de veinte años encarnó este mismo papel junto a Adrián Suar, y hoy productor de la obra, cumplía así una promesa hecha a Bossi en su cumpleaños. Para el comediante, a dos décadas de su debut con Match Humor, ese instante se volvió una película: junto al actor que más admira, las lágrimas no tardaron en aparecer.

El aplauso fue unánime. Más de mil personas de pie. Francella tomó el micrófono y compartió su historia: “Tengo un recuerdo imborrable, y siempre conservamos los derechos de esta obra porque la amamos. Cuando la representaron, me sentí muy orgulloso y recordaba cada instante que había ocurrido en esta pieza y me emocionó mucho. Y cuando decidimos traerla a Mar del Plata quise acompañarlos en el estreno. Me da mucho placer estar acá y disfruto como han disfrutado todos ustedes”.

No solo Bossi tenía motivos para conmoverse. Gustavo Bermúdez volvió a actuar en Mar del Plata, justamente en la misma sala donde en el verano de 1995 fue protagonista de Romeo y Julieta. Laurita Fernández, por su parte, sumó un recuerdo reciente: el verano de 2019, cuando brilló en el musical Sugar que arrasó con los premios Estrella de Mar.

La salida fue un espectáculo aparte. Bossi, Laurita, Bermúdez y Francella debieron abrirse paso entre la multitud que bloqueó la calle Santa Fe. Gente de todas las edades buscaba un saludo, una foto, un instante con ellos. ¿Quién no querría llevarse un recuerdo de esa noche?

Antes de perderse en la marea popular, los cuatro habían registrado un video privado en el teatro vacío. Martín, Laurita y Gustavo repasaban su debut, la adrenalina todavía vibraba en el aire, hasta que Francella irrumpió con su icónica frase. Esa muletilla —convertida en meme, en leyenda sencilla— encapsuló el espíritu de la velada: cada uno de los protagonistas resignificó el estreno con una huella de su historia personal.

Después fueron a cenar a uno de los restaurantes que marcan tendencia este año en la Feliz y optaron por un plato acorde a la ciudad. Paella, abadejo al roquefort, gambas al ajillo coronados con una torta acorde a la obra. Entre charlas y anécdotas se colaban las emociones de una sala llena. Y los aplausos de un público entregado, un homenaje en vida y la certeza de que el teatro, cuando se llena de memoria y emoción, puede detener el tiempo.