Murió Kenya, la elefanta que había sido trasladada desde Mendoza a un santuario en Brasil

Tenía 44 años y era la última ejemplar que tenía la Argentina. La muerte se produjo esta mañana y se le realizará una autopsia para determinar las causas del fallecimiento

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Según comunicó el propio santuario, Kenya murió durante la mañana de este 16 de diciembre, tras varios días bajo un seguimiento veterinario intensivo

La noticia sobre la muerte de Kenya, la elefanta africana que había llegado al Santuario de Elefantes de Brasil luego de décadas en Mendoza, entristeció esta mañana a quienes acompañaron de cerca su proceso de traslado y readaptación.

Según comunicó el propio santuario, Kenya murió en las primeras horas de este martes, tras varios días bajo un seguimiento veterinario intensivo. Se trataba del último ejemplar de su especie en cautiverio en la Argentina, y su historia había generado expectativa y atención en ambos países.

El Santuario de Elefantes de Brasil (SEB) informó que Kenya falleció mientras permanecía acompañada por sus cuidadores, quienes la atendieron durante toda la noche previa. La entidad relató también que, “después de varios días sin mostrar señales de que ella estuviera acostada, Kenya finalmente se acostó anoche. Parecía haberse instalado, y su respiración se volvió más fácil”.

Al amanecer, su respiración se alteró y lanzó “una suave trompeta de cachorro” antes de partir rápido y en silencio. describieron.

Los últimos días de Kenya

El santuario brasileño acogió a
El santuario brasileño acogió a Kenya como parte de su programa de recuperación y socialización para elefantes procedentes de zoológicos (Crédito: Prensa gobierno de Mendoza)

La secuencia final en la vida de Kenya incluyó horas de vigilancia y cuidado por parte del equipo veterinario y de cuidadores del santuario. El sábado, los expertos detectaron una modificación en su respiración, un hecho preocupante en la fisiología de un elefante. Así lo comunicó el refugio: “Los elefantes generalmente enmascaran enfermedades, iniciamos inmediatamente inyecciones de antibióticos”. Además, se sumaron tratamientos para dolores articulares, con el objetivo de aliviar molestias provocadas por su historial previo en cautiverio.

Mientras tanto, las jornadas transcurrían entre evaluaciones clínicas, muestras de sangre y sesiones de terapia adicional. Según el propio refugio, Kenya aceptaba las inyecciones e incluso facilitaba el trabajo de los veterinarios, inclinándose para recibir el medicamento en los músculos de sus patas. No obstante, hubo síntomas que preocupaban al equipo: la falta de interés en ciertos alimentos, cansancio y la reticencia a acostarse, hecho habitual en aquellos elefantes que enfrentan dolor y temor a no poder levantarse nuevamente. “Cuando un elefante deja de acostarse, puede ser por miedo a no poder levantarse de nuevo”, detalló la entidad.

Durante sus últimos días, Kenya
Durante sus últimos días, Kenya evidenció dificultades respiratorias y dolor en las articulaciones, recibiendo varias terapias y cuidados personalizados

Durante toda la jornada del lunes, el equipo médico reforzó el tratamiento con un nuevo antibiótico de amplio espectro y se decidió instalar un catéter intravenoso, siempre buscando no añadir estrés innecesario. Para mejorar su estado general, se habilitó terapia de líquidos, administración de medicamentos de difícil suministro y mecanismos de ventilación para refrescarla. “Kenia pasó la tarde allí, recibiendo todas las otras terapias también: nebulización por problemas respiratorios y terapia de láser para las patas”, informaron.

Ese mismo día, tras una última ronda de tratamientos, el equipo retiró el catéter e inclusive permitió que Kenya eligiera entre permanecer en el cobertizo o salir. “Sus ojos mostraban cansancio, aunque parecían más vivos luego de la tarde de terapias”, reportó la institución.

Finalmente, este martes llegó el desenlace. Los responsables del santuario explicaron que tanto la cuidadora Michele como Scott se mantuvieron a su lado, acompañándola hasta el final. Según lo planificado por el Santuario de Elefantes de Brasil, se realizará una necropsia cuyos resultados demorarán meses y se prepara un lugar de descanso para Kenya, junto a Pupy, otro elefante con el que había desarrollado un lazo tras su arribo.

Cómo había sido su traslado desde Mendoza a Brasil

La elefanta Kenya ya llegó al Santuario de Brasil

Kenya había llegado en julio de 2025 al Santuario de Elefantes de Brasil luego de un meticuloso proceso de preparación. El operativo incluyó siete años de acondicionamiento y requirió innumerables evaluaciones sanitarias, permisos internacionales y un sistema de entrenamiento basado en el refuerzo positivo, que permitió ajustar el traslado a los tiempos y necesidades de la elefanta.

La salida desde Mendoza se concretó el 9 de julio, una fecha elegida por coincidir con el Día de la Independencia argentina. El viaje abarcó 3.600 kilómetros, atravesando la frontera entre Misiones y Brasil, y se completó en cinco días con acompañamiento permanente de su cuidador y dos veterinarios del santuario de destino. El trayecto se realizó en un contenedor especialmente diseñado, respetando los estándares CITES y con acceso limitado para preservar su bienestar.

“Kenya va a poder estar con otros de su especie, oler pasto húmedo y fresco, rascarse contra un árbol y moverse con libertad”, indicó el director de Biodiversidad y Ecoparque, Ignacio Haudet, quien formó parte del convoy. Leandro Fruitos, de la Fundación Franz Weber, señaló además que la reubicación puso fin a “136 años de cautiverio de elefantes en la Argentina”.

En el santuario enclavado cerca de la ciudad de Cuiabá, estado de Mato Grosso, Kenya pasó sus últimos meses en un ambiente de recintos abiertos, atención veterinaria permanente y la oportunidad de socializar con otros elefantes.

El equipo del SEB detalló que “Kenya tocó miles de corazones solo por ser quien era”, mientras recuerdan el impacto de su historia. El fallecimiento de la elefanta marca el cierre de una etapa para los proyectos de rehabilitación animal tanto en Argentina como en Brasil, quedando abierta la tarea de análisis de necropsia cuyo resultado se difundirá en los próximos meses.

Según reiteró el Santuario de Elefantes de Brasil, “puede que nos haya dejado físicamente, pero Kenya siempre estará en nuestros corazones”.