Enrique Sacco habló sobre el estado de salud previo de Débora Pérez Volpin

La defensa del endoscopista Diego Bialolenkier buscó sembrar sospechas sobre la salud de la periodista y legisladora porteña

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Enrique Sacco en la puerta de Tribunales
Enrique Sacco en la puerta de Tribunales

"Débora estaba muy bien, muy linda. Habíamos hablado mucho la noche anterior… Recuerdo que fue hasta el baño sola, con el aparato ese que sostiene el suero. Volvió haciendo como que ese aparato era una persona y se puso a bailar en la habitación". Con estas palabras, Enrique Sacco, el periodista que fue la pareja de Débora Pérez Volpin durante los últimos siete años de su vida, le contó al tribunal cómo fueron las últimas horas de la legisladora que murió inesperadamente durante una endoscopía en el sanatorio La Trinidad.

La declaración de Sacco fue la primera que abrió la ronda de medio centenar de testigos que desfilarán por los tribunales durante las próximas tres semanas. Pero obviamente sus palabras estuvieron cargadas de emoción. Se le quebró la voz varias veces y enfrentó las preguntas de la defensa del endoscopista Diego Bialolenkier que buscaron sembrar sospechas sobre el estado de salud previo.

Sacco afirmó que Débora no tenía problemas. Solo recordaba un episodio en junio de 2017, cuando renunció a Canal 13 y comenzó a la campaña para convertirse en legisladora del espacio de Martín Lousteau, que la llevó a tomar una medicación diaria para el estrés –cuyo nombre no recordaba-. El 29 de diciembre de 2017 se había sentido mal y se atendió en La Trinidad. Después se fueron de vacaciones y la última semana de enero volvió el malestar. Eso la llevó a pedir unos estudios médicos antes de comenzar su labor legislativa. Tenía programada una endoscopía para el 7 de febrero de 2018, pero los dolores estomacales aparecieron antes, el 2 de febrero, y la dejaron internada para hacerse una serie de estudios. Primero sospecharon que podía ser una hernia y después cálculos.

Sin que pudieran encontrarle los motivos a ese malestar, Sacco precisó que lo último que quedaba era la endoscopía. Luego, la pasaría a buscar y se iría a su casa. Ya lo habían arreglado por teléfono. Sin embargo, esa tarde del martes 6 de febrero, cuando salía de su trabajo, recibió el llamado de una médica que le hablaba de una complicación. Manejó como pudo, desde la zona del Sheratton hasta Palermo, temiendo lo peor. "Me temblaban las piernas. Llegué, fui a la habitación, donde estaban la mamá de Débora, los chicos, la hermana. Fuimos con Sol a buscar a la médica. Y ahí nos dijo directamente: 'Falleció'".

La familia de Débora Pérez Volpin estuvo presente en el comienzo del juicio (Adrián Escandar)
La familia de Débora Pérez Volpin estuvo presente en el comienzo del juicio (Adrián Escandar)

La hermana de Débora se descompuso, entró en una crisis de nervios y él lo vivió como "una tormenta, en donde no podía creer lo que les estaban diciendo". Lo único que se le pasaba por la cabeza era cómo decírselo a los chicos. "Nunca pude decirles la noticia… Los abracé y lloramos".

En medio de esa "incertidumbre", como él lo llamó, hubo una reunión con el director de la clínica para saber qué había pasado. Le exigieron explicaciones. Y hubo que decidir si se hacía una autopsia. "Le dije que era una decisión familiar –dijo con la voz entrecortada-. Por un lado queríamos que descanse en paz y por el otro no teníamos una respuesta para lo que había pasado para darle a los chicos. Débora hubiera buscado la verdad de todo… Eso hizo tomar la decisión de hacer la autopsia", dijo. Se lo comunicaron al sanatorio e hicieron la denuncia policial.

La defensa de la anestesista no hizo preguntas. La del defensor buscó saber si tenía patologías previas, e incluso le preguntó por internaciones anteriores. El periodista afirmó que todo estaba en su historia clínica porque siempre se atendía con su prepaga, pero insistió en que no tenía enfermedades cardíacas, ni sufría desmayos ni tenía alergias. Hasta el juez Javier Anzoategui –al que la querella denunció en el Consejo de la Magistratura- interrumpió una pregunta por entender que le estaban preguntando cosas destinadas a un profesional.

"Queremos saber la verdad", dijo Sacco, aunque se corrigió y agregó: "Supimos la verdad con el informe de la autopsia. Ahora necesitamos justicia para estar más tranquilos todos, para que haya justicia también para los médicos que intervinieron. Queremos continuar con nuestra vida, procesando este duelo".