Por qué el golpe de calor se vuelve una amenaza urgente en los días de muy altas temperaturas

El avance de las olas de calor en Argentina enciende alertas sanitarias. Especialistas advierten que la exposición prolongada a temperaturas elevadas puede desencadenar fallos orgánicos en pocos minutos y remarcan la importancia de reconocer síntomas tempranos y actuar con rapidez

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El golpe de calor ocurre
El golpe de calor ocurre cuando la temperatura corporal supera los cuarenta grados y el organismo pierde la capacidad de regularse con riesgo de fallo orgánico rápido (Freepik)

El aumento sostenido de las temperaturas dejó de ser un fenómeno ocasional para transformarse en un desafío sanitario concreto. En un escenario de olas de calor más intensas y frecuentes, el golpe de calor emergió como una de las emergencias médicas más graves asociadas al cambio climático.

No se trata solo de incomodidad o cansancio extremo, sino de un cuadro potencialmente letal que puede desarrollarse en minutos si no se toman medidas adecuadas.

El golpe de calor ocurre cuando el cuerpo pierde su capacidad de autorregular la temperatura. Cuando la temperatura corporal supera los 40 grados Celsius, los mecanismos fisiológicos que permiten disipar el calor dejan de funcionar. A partir de ese punto, el organismo entra en un proceso acelerado de daño que puede afectar el cerebro, el corazón, los riñones y el hígado.

Existen dos tipos de golpe
Existen dos tipos de golpe de calor el clásico por exposición prolongada y el asociado al esfuerzo físico intenso ambos potencialmente mortales (Freepik)

Según detallan expertos de Mayo Clinic, existen dos formas principales de este cuadro. El golpe de calor por esfuerzo aparece de manera súbita luego de una actividad física intensa, incluso en personas jóvenes y entrenadas.

El golpe de calor clásico se desarrolla de forma más lenta, generalmente por exposición prolongada a altas temperaturas, y afecta con mayor frecuencia a adultos mayores, niños pequeños y personas con enfermedades previas.

Ambos pueden resultar mortales, aunque el tipo clásico presenta tasas de mortalidad que oscilan entre el 10 y el 65 por ciento, frente al 3 al 5 por ciento del golpe de calor por esfuerzo.

El golpe de calor clásico
El golpe de calor clásico presenta tasas de mortalidad mucho más altas que el de esfuerzo y afecta sobre todo a niños pequeños y adultos mayores ( Canal RCN)

Los síntomas iniciales suelen ser inespecíficos y, por ese motivo, muchas veces se subestiman. Mareos, confusión, dolor de cabeza, náuseas y vómitos figuran entre las primeras señales.

A medida que el cuadro avanza, pueden aparecer convulsiones, taquicardia, problemas de equilibrio y daño neurológico. En las fases críticas, la piel se vuelve seca y caliente, desaparece la sudoración y el riesgo de shock y coma aumenta de manera drástica. La confusión mental suele ser uno de los primeros signos de compromiso cerebral.

Ciertos grupos presentan una vulnerabilidad especial frente al calor extremo. Los niños menores de dos años y los adultos mayores cuentan con mecanismos de enfriamiento menos eficientes y, en muchos casos, con una menor percepción de la sed. Esto incrementa el riesgo de deshidratación y dificulta una respuesta temprana ante el aumento de la temperatura corporal.

Minutos que definen la vida y la muerte

Mareos confusión vómitos y convulsiones
Mareos confusión vómitos y convulsiones figuran entre los primeros síntomas y la alteración mental suele ser la señal inicial de daño cerebral ( Jesús Avilés/Infobae)

La progresión del golpe de calor puede resultar sorprendentemente rápida. La médica Ann Nainan explicó que, a los cinco minutos de exposición a temperaturas iguales o superiores a los 35 grados, el cuerpo incrementa el ritmo cardíaco y comienza a transpirar, mientras los vasos sanguíneos cercanos a la piel se dilatan para disipar el calor. Este mecanismo funciona como una primera línea de defensa.

Entre los cinco y los diez minutos, si no se toman medidas, la sudoración aumenta y aparecen signos como dolor de cabeza y deshidratación. En esta etapa, buscar sombra y beber líquidos fríos suele aliviar los síntomas. Sin embargo, si la exposición continúa, el cuerpo entra en una fase de mayor estrés.

Entre los diez y los veinte minutos, el organismo gasta una gran cantidad de energía para enfriarse. La sudoración se vuelve profusa, aparece una sed intensa y se instala la fatiga. La piel puede arder, especialmente si no se utilizó protector solar. A los cuarenta minutos, la deshidratación puede desencadenar un agotamiento por calor leve, con calambres abdominales y espasmos musculares provocados por la pérdida de electrolitos. Náuseas, mareos y transpiración excesiva funcionan como señales de alerta.

Si la exposición continúa sin
Si la exposición continúa sin hidratación ni sombra el organismo se agota aparecen calambres náuseas fatiga intensa y riesgo de colapso - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El médico especialista en urgencias Rowley Cottingham describió esta etapa como un cansancio extremo acompañado por la necesidad imperiosa de detener toda actividad.

Si la exposición al calor se prolonga entre noventa y ciento veinte minutos sin intervención, el golpe de calor se vuelve una realidad. Cuando la temperatura central supera los 40 grados, la muerte puede sobrevenir en pocos minutos. Cottingham advirtió que “es increíblemente peligroso: mata muy rápido”.

En el contexto argentino, una nueva ola de calor intensificó estas preocupaciones. Según el Hospital de Clínicas José de San Martín, de la Universidad de Buenos Aires, los riesgos asociados al calor extremo alcanzaron una relevancia sin precedentes y obligan a reforzar estrategias de prevención y detección temprana.

A los pocos minutos de
A los pocos minutos de exposición al calor extremo el cuerpo acelera el pulso y aumenta la sudoración para intentar disipar la temperatura

El médico clínico Diego Sánchez Gelós explicó que el agotamiento por calor aparece antes de que fallen los mecanismos de regulación térmica. “El agotamiento por calor aparece antes de que se alteren los mecanismos para regular su temperatura. Este se manifiesta con sudoración excesiva, cansancio, debilidad, calambres, náuseas, cefaleas, mareos y en los niños se puede manifestar también con irritabilidad, llanto excesivo, inapetencia y piel irritada por sudor excesivo (cuello, axilas y zona del pañal)”.

Reconocer esta etapa resulta clave para evitar la progresión hacia un cuadro más grave. Cuando los mecanismos de regulación fallan, pueden aparecer fiebre mayor a 39 grados, piel roja, caliente y seca, falta de lágrimas, confusión, desorientación, pérdida de conciencia y convulsiones.

La especialista Stella Maris Cuevas remarcó a Infobae la necesidad de una adaptación progresiva al calor y de una respuesta rápida ante los primeros signos. “Es importante poder reconocer los signos y síntomas tempranos: de esta manera, se puede realizar un diagnóstico precoz y evitar llegar a una situación extrema, donde los signos y síntomas son ya de gravedad”.

Cuevas definió el golpe de calor como “un golpe térmico que produce una disfunción orgánica”, una descripción que resume la gravedad del cuadro.

El tratamiento inicial incluye enfriar
El tratamiento inicial incluye enfriar el cuerpo hidratar si hay conciencia y trasladar a un ambiente fresco para evitar complicaciones graves

Ante los primeros síntomas, el manejo inicial incluye descanso en ambientes frescos, uso de ventiladores o aire acondicionado, aflojar o retirar la ropa y aplicar paños húmedos o agua fresca sobre el cuerpo.

En el inicio de los síntomas el manejo implica garantizar descanso en ambientes frescos y secos (usar ventilador o aire acondicionado), aflojar o sacarle la ropa y usar paños húmedos o agua fresca para enfriar el cuerpo. Darle de tomar agua si la persona está consciente, ofrecer líquidos frescos, preferentemente agua o pecho en lactantes y evitar bebidas azucaradas o calientes”, detalló Sánchez Gelós.

En el ámbito hospitalario, el tratamiento apunta a reducir la temperatura corporal de forma controlada. Se utilizan compresas de hielo en arterias principales, mantas refrescantes, oxígeno y líquidos fríos por vía intravenosa. En casos extremos, se recurre al lavado interno con agua fría mediante catéteres. El enfriamiento se detiene cuando la temperatura corporal desciende a 38,9 grados.

Las olas de calor en
Las olas de calor en Argentina elevaron el riesgo sanitario y obligaron a reforzar la prevención del agotamiento y del golpe de calor - Andina

La recuperación completa puede llevar meses. Durante ese período, la temperatura corporal puede fluctuar y se requiere seguimiento de la función renal y hepática. Además, quienes padecieron un golpe de calor presentan un mayor riesgo de recurrencia, por lo que los especialistas recomiendan una adaptación gradual al calor, hidratación constante y evitar la exposición durante las horas más calurosas.

La prevención aparece como la herramienta más eficaz. Cuevas aconsejó restringir la actividad física, utilizar ropa clara y holgada, sombreros de ala ancha, gafas con filtro UV y protector solar, permanecer en lugares frescos y regular el aire acondicionado a 24 grados. En bebés y adultos mayores, el cuidado debe ser aún más estricto.

“En el caso de los bebés, se debe aumentar el amamantamiento, y al adulto mayor, al tener inhibido el centro de la sed, se le debe ofrecer agua cada media hora aproximadamente, aunque no haya sed. Nunca dejarlos solos”, sostuvo la experta.

Y recordó que los animales de compañía también sufren el calor extremo. Por ello hay que ofrecerles agua y nunca dejarlos dentro de los vehículos.

“Los días de calor se deben usar ventiladores o el aire acondicionado, pues de esta manera el cuerpo se refresca y se cumple el objetivo de que la temperatura corporal se mantenga entre los 36,5 y 37°C", afirmó Cuevas.

En un escenario de temperaturas en ascenso, el golpe de calor dejó de ser un riesgo excepcional para convertirse en una amenaza concreta. Comprender cómo se desarrolla, identificar los síntomas tempranos y actuar con rapidez puede marcar la diferencia entre la recuperación y un desenlace fatal.

Cuando la temperatura central supera
Cuando la temperatura central supera los cuarenta grados el golpe de calor puede provocar la muerte en minutos según especialistas en urgencias. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Desde el Hospital de Clínicas destacaron los pasos a seguir para prevenir un golpe de calor:

  • Hidratación: beber líquidos fríos de forma regular. Los adultos deben ingerir al menos 2 litros diarios, y los lactantes tomar pecho más frecuentemente.
  • Ambientes: permanecer en espacios ventilados, frescos y secos. Evitar exponerse al sol entre las 10hs y las 17hs, al aire libre buscar zonas de sombra.
  • Ropa: usar prendas sueltas, claras, ligeras y de algodón, también se recomiendan los sombreros o gorras para protegerse del sol.
  • Alimentación: priorizar frutas y verduras ricas en agua y evitar comidas abundantes y pesadas.
  • Actividad física: realizar ejercicio preferentemente en espacios abiertos, por la mañana o al atardecer, y mantenerse hidratado antes, durante y después de la actividad.
  • Cuidado de adultos mayores y niños: asegurar que tengan acceso permanente a líquidos y que permanezcan en lugares frescos, secos y ventilados.