
El avance de la tecnología de las telecomunicaciones en los últimos años se ha dado de una manera vertiginosa y casi sin pausa. Este fenómeno no solo ha ocurrido en el Perú, sino en el resto del mundo.
Pero como todo en esta vida, el caso de nuestro país también tuvo un inicio y este se da gracias a la aparición de Empresa Nacional de Telecomunicaciones del Perú (Entel Perú), que desde 1969 desempeñó un papel fundamental en el progreso y el desarrollo de las telecomunicaciones en Perú a lo largo de los años.
Los inicios: una nueva era de telecomunicaciones

El 7 de noviembre de 1969 es una fecha que figura en los anales de la historia de las telecomunicaciones peruanas. Y es que ese que el día en que se creó la Empresa Nacional de Telecomunicaciones, conocida como ENTEL PERU, mediante el Decreto Ley n.º 17881.
Esta empresa se estableció con el propósito de asumir la responsabilidad de los servicios públicos de telecomunicaciones en el país. En poco tiempo se convirtió en un pilar fundamental de la conectividad en Perú y en un actor clave en el desarrollo tecnológico del país.
Revolución Tecnológica

Desde el momento de su fundación en ENTEL PERU entendió que la mejor de manera de hacer que más peruanos estén comunicados entre ellos sería gracias a la tecnología.
Para el año siguiente, se puso en operación una central automática en Piura, y en los meses siguientes, otras ciudades se fueron sumando como Chiclayo, Trujillo, Huacho y Chimbote, que también disfrutaron de la modernización de sus sistemas telefónicos.
Esta rápida expansión de la infraestructura de ENTEL PERU permitió que más peruanos tuvieran acceso a servicios de comunicación de calidad. El país se acercó aún más gracias a las centrales automáticas en Huancayo e Iquitos en 1978, seguidas por Arequipa en 1980, que se unió al sistema de discado directo nacional e internacional. Todo un logro.
Más conectados

Pero eso no es todo, pues en mayo de 1982, Tumbes se sumó a la lista al inaugurar una central telefónica automática. Nada se detuvo allí: en 1983, ENTEL PERU implementó centrales telefónicas móviles en Chimbote (Buenos Aires) y Huaraz, seguidas por centrales automáticas en Tacna y Cusco.
Las centrales automáticas en Cajamarca, Tarapoto, Cerro de Pasco y Abancay entraron en operación en 1986, seguidas por las centrales AGF en Huánuco y Mollendo en 1987. En agosto del mismo año, Lambayeque se unió a la era de la telefonía automática con la instalación de una central de 1,500 líneas.
Ese mismo año, Puno y Juliaca también se beneficiaron con la implementación de centrales telefónicas automáticas, lo que acortó las distancias y mejoró la calidad de vida de sus habitantes. Para 1988, las ciudades de Ilo, Chincha y Talara también contaban con centrales telefónicas automáticas.
Desarrollo y transformación

La expansión constante de la infraestructura de telecomunicaciones de ENTEL PERU hizo posible que más peruanos tuvieran acceso a servicios de telecomunicaciones, contribuyendo al desarrollo económico y social de diversas regiones del país. Pero al llegar 1994, el panorama de las telecomunicaciones peruanas experimentó un cambio importante con la privatización de ENTEL PERU.
En ese sentido, fue el Consorcio Telefónica Perú, bajo las órdenes de Telefónica Internacional S.A. (TISA) de España, el que adquirió las acciones de propiedad del Estado en ENTEL PERU y CPTSA (Compañía Peruana de Teléfonos S.A.). Este proceso de privatización marcó un hito en la historia de ENTEL PERU, ya que abrió un nuevo capítulo en el desarrollo de las telecomunicaciones en el país.
Además, en noviembre de ese mismo 1994, las juntas generales extraordinarias de accionistas de CPTSA y ENTEL PERU S.A. acordaron la fusión de ambas empresas, y el 31 de diciembre de 1994, ENTEL PERU S.A. fue absorbida por CPTSA. Posteriormente, se cambió la denominación de la compañía a Telefónica del Perú S.A.
Nuevo siglo, nuevos aires

Ya bajo el nombre de Telefónica del Perú S.A., la empresa continuó desempeñando un papel fundamental en la transformación de las telecomunicaciones en Perú. Comprometida con mantener los estándares de calidad y expansión de servicios, Telefónica del Perú amplió aún más su oferta.
En ese sentido, el Perú se benefició de la constante inversión en tecnología y la expansión de la infraestructura de telecomunicaciones. La conectividad se convirtió en un motor de desarrollo y progreso en todo el país. En un mundo cada vez más digital, Telefónica del Perú siguió innovando y mejorando sus servicios para satisfacer las necesidades de una sociedad cada vez más conectada.
La empresa continuó siendo una fuerza impulsora en la revolución digital de Perú que generó que otras empresas de telefonía pongan sus ojos en nuestro país para generar competencia.
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