Los archivos secretos del Vaticano y la Comunidad Judía de Roma

Documentos inéditos hallados en el Pontificio Instituto Bíblico revelan la identidad de aproximadamente 4.300 personas, en su mayoría judíos, que encontraron refugio en conventos e iglesias durante la ocupación nazi de 1943-1944

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Retrato del papa Pío XII el 26 de noviembre de 1955 en Castel Gandolfo. (AFP)
Retrato del papa Pío XII el 26 de noviembre de 1955 en Castel Gandolfo. (AFP)

En los archivos del Pontificio Instituto Bíblico de Roma se ha encontrado documentación inédita que enumera las personas, unas 4.300, y en su mayoría judíos, escondidas para escapar de las persecuciones nazifascistas en Roma gracias al refugio que se les ofreció en los conventos e Iglesias de la capital italiana entre 1943 y 1944.

La lista de las congregaciones religiosas, 100 congregaciones femeninas y 55 masculinas, que escondieron a las personas perseguidas, junto con el número respectivo de personas acogidas por ellas, ya había sido publicada por el historiador Renzo De Felice en 1961, pero la documentación completa se dio por perdida. Con las nuevas aportaciones, se ha podido reconstruir que en Roma, por orden del Papa Pio XII, la Iglesia dio cobijo a 4.300 personas, de las cuales 3.600 están identificadas por su nombre y tras la comparación con los documentos conservados en los archivos de la Comunidad Judía de Roma, alrededor de 3.200 pertenecían a dicha comunidad, informó en un comunicado el Pontificio Instituto Bíblico de Roma.

Comentaba el Vaticanista Jesús Colina, para el Diario El Debate: “Durante décadas, historiadores, exponentes políticos y religiosos habían pedido la apertura del Archivo Secreto Vaticano para poder ofrecer un juicio definitivo sobre la acción del Papa en la Segunda Guerra Mundial. La documentación ahora se ha puesto a disposición y ha surgido una sorpresa. La relación entre Pío XII y los judíos constituye todavía hoy uno de los argumentos más polémicos ligados a la Segunda Guerra Mundial.

Algunas voces, como la del periodista británico John Cornwell, han llegado a acusar a Eugenio Pacelli, obispo de Roma de 1939 a 1958, de ser “el Papa de Hitler” (título de su libro), por su falta de denuncia abierta de las barbaridades del nazismo. Otros, como Gray Krupp, judío y fundador de la Pave the Way Foundation, consideran que el Papa Pío XII decidió no levantar la voz abiertamente contra Hitler para evitar represalias contra las víctimas, emprendiendo la obra humanitaria de ayuda a judíos más importante de la guerra.

Durante la Segunda Guerra Mundial y, después, al fallecer Pío XII, exponentes judíos agradecieron tanto la palabra como la obra humanitaria del pontífice a favor de los judíos, en particular Albert Einstein y Golda Meir.

Isaia Levi, un Empresario judío Turines que se había convertido al catolicismo, legó en 1949 su residencia romana al Papa Pío XII, “Villa Giorgina”

El complejo está situado en la calle Po 27 de Roma y ocupa un espacio inmenso en uno de los barrios más caros de Roma. La legó en señal de gratitud por la ayuda que había recibido durante los años de persecución racial y la ocupación nazi de la capital. Diez años más tarde, en 1959, el nuevo Papa Juan XXIII decidió trasladar a este lugar la Nunciatura de la Santa Sede en Italia,

El gran debate, a nivel mundial, se abrió años después, en 1963, con la publicación de la obra de teatro El Vicario, del dramaturgo alemán Rolf Hochhuth, que en sus cinco horas de duración acusaba a Pío XII de no haberse opuesto al Holocausto.

Siguieron después décadas de debate entre historiadores, exponentes de una y otra posición, en las que con frecuencia se implicaban exponentes del judaísmo o del catolicismo, así como del Estado de Israel o la Santa Sede.

El último gran episodio de este debate tuvo lugar tras el 19 de diciembre de 2009, cuando el Papa Benedicto aprobó el decreto que reconocía como probadas las “virtudes heroicas” de Eugenio Pacelli, un paso decisivo hacia su beatificación, para la que solo faltaría ahora el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión

Al ser nombrado sucesor de Pedro, el Papa Francisco, decidió abreviar los tiempos y destinar recursos para que se puedan abrir los archivos vaticanos a todos los historiadores.

“La Iglesia no tiene miedo de la historia”, afirmó el 4 de marzo de 2019 para anunciar que el 2 de marzo de 2020 se abriría el Archivo Secreto Vaticano con los documentos relativos al pontificado de Pío XII (1939-1958)”.

Estos archivos que se encontraban perdidos arrojan luz sobre personas concretas con nombre y apellido. “De estos últimos sabemos dónde estaban escondidos y, en determinadas circunstancias, sus lugares de residencia antes de la persecución. La documentación aumenta así significativamente la información sobre la historia del rescate de los judíos en el contexto de los institutos religiosos de Roma”, se lee en una nota conjunta del Pontificio Instituto Bíblico, la Comunidad Judía de Roma y Yad Vashem.

El documento fue presentado durante la conferencia “Salvados. Los judíos escondidos en los institutos religiosos de Roma (1943-1944)”, que se celebró este jueves en el Museo de la Shoah de Roma. La documentación encontrada fue recopilada por el padre jesuita italiano Gozzolino Birolo entre junio de 1944 y la primavera de 1945, inmediatamente después de la liberación de Roma. La investigación fue coordinada por Dominik Markl (Pontificio Instituto Bíblico y Universidad de Innsbruck) junto con el rector del Pontificio Instituto Bíblico, el jesuita canadiense Michael Kolarcik.

Roma estuvo ocupada por los nazis durante nueve meses, desde el 10 de septiembre de 1943 hasta que las fuerzas aliadas liberaron la ciudad el 4 de junio de 1944. Durante ese tiempo, la persecución de los judíos provocó, entre otras cosas, la deportación y el asesinato de casi 2.000 judíos romanos, incluidos cientos de niños y adolescentes, de una comunidad de aproximadamente 10.000 a 15.000 personas.