Naturaleza del decadente subdesarrollo argentino

A diario escuchamos que lo que necesita Argentina es un “plan económico”. Pero falta algo más importante

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La generación de ingreso se potencia cuando se distribuye equitativamente, y potencia el intercambio de bienes y servicios (Reuters)
La generación de ingreso se potencia cuando se distribuye equitativamente, y potencia el intercambio de bienes y servicios (Reuters)

Se observa con claridad que el error de diagnóstico de la clase política persiste en considerar que el paupérrimo estado actual argentino obedece a errores en los planes económicos instrumentados.

No es factible un buen diagnóstico, para comprender el estado actual e instrumentar la solución adecuada, si no se parte de teorías corroboradas con rigor científico. Por el contrario, a partir de teorías acertadas, que se caracterizan por su bella simplicidad, rigor y amplitud, “el plan” se resume a aplicar las leyes de ellas emanan.

El error de diagnóstico de la clase política persiste en considerar que el paupérrimo estado actual argentino obedece a errores en los planes económicos

Veamos cómo, del simple enunciado de las tres leyes económicas naturales fundamentales, surge “el plan económico”:

1) Ley de la riqueza: la utilidad marginal subjetiva, que se le asigna a los bienes económicos, es marginal decreciente;

2) Ley del intercambio o acción humana: ocurre cuando la utilidad marginal relativa de quien entrega su producto o servicio es equivalente a la utilidad marginal de lo que se recibe.

3) Ley de distribución de la riqueza: las acciones humanas distribuyen la riqueza conforme guían sus acciones económicas por la utilidad marginal subjetiva: generar y ahorrar riqueza por su orientación decreciente, y las de su intercambio y destrucción por su orientación creciente).

El subdesarrollo argentino se evidencia en tres aspectos bien nítidos de violación a las tres leyes económicas naturales:

Fomento a la destrucción de riqueza: dado que la generación de ingreso se potencia cuando se distribuye equitativamente, surge evidente que la detracción compulsiva a los que la generan hace que su evolución -determinada por la intersección de las curvas que la generan (decreciente) y la destruyen (creciente)- se logre a un nivel marginal más alto de actividad, lo cual se halla en escalones inferiores, en sintonía con mayores niveles de desocupación.

La detracción compulsiva a los que la generan riqueza hace que su evolución se hallaeen escalones inferiores, en sintonía con mayores niveles de desocupación (EFE)
La detracción compulsiva a los que la generan riqueza hace que su evolución se hallaeen escalones inferiores, en sintonía con mayores niveles de desocupación (EFE)

Dado que menor riqueza implica mayor concentración propietaria, surge con claridad lo regresivo de fomentar la destrucción de oportunidades para crecer (presión redistributiva fiscal): cada vez más cantidad de pobres.

Destrucción de la moneda. Un corolario de la Ley del intercambio dice que: si baja el valor de mi riqueza, obtendré menos en el intercambio por ella. Luego, depreciar el valor moneda (emisión “redistributiva”) implica que cada vez seré más pobre.

Obstruir el intercambio: las regulaciones (administrativas, burocráticas, sindicales, arancelarias, cambiarias) impiden que se genere riqueza para satisfacer las necesidades del prójimo.

Menor riqueza implica mayor concentración propietaria, surge con claridad lo regresivo de fomentar la destrucción de oportunidades para crecer

Estas tres leyes económicas naturales, además de ser necesarias y suficientes para lograr una teoría económica con rigor científico, explican la ciencia económica desde la bella sencillez de las teorías consistentes. Caso contrario no se podría comprender en forma tan simple y concreta por qué hay cada vez más argentinos pobres, más pobres.

El éxito económico de los pueblos no depende de planes políticos, sino del respeto a las leyes económicas naturales. Cuando se busca la solución económica en los políticos, olvidando esas enseñanzas de la ciencia, los pueblos reniegan de la libertad y el progreso que de ella deviene.

Respecto de las instituciones

Así, la responsabilidad de políticos y jueces se ciñe a hacer cumplir las leyes económicas naturales, condenando toda violación a las mismas, como se hace con el que delinque violando la ley de gravedad. Ergo, las leyes económicas se violan por su ignorancia, o por apetencias personales de dirigentes.

La responsabilidad de políticos y jueces se ciñe a hacer cumplir las leyes económicas naturales, condenando toda violación (NA)
La responsabilidad de políticos y jueces se ciñe a hacer cumplir las leyes económicas naturales, condenando toda violación (NA)

El “pacto social” del que tanto se habla, para sacar a la Argentina de su decadencia, es uno sólo: el pacto con las leyes económicas, presente en nuestra Constitución Nacional, y bastardeado con otras ajenas a la naturaleza humana. Instituciones que han dado como resultado dirigentes ricos y dirigidos pobres, lo cual está en total sintonía con menos ricos, más ricos, y más pobres, más pobres, a contramano de lo que han logrado en la mayor parte del resto del mundo.

Es esencial comprender que con plena vigencia de las leyes económicas naturales la Argentina podría iniciar rápidamente una etapa de crecimiento a tasas “chinas”. Por lo tanto, agitar la idea de que ello traerá recesión es una muestra evidente del desconocimiento de la ciencia económica.

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