Lo que parecía una posada navideña común terminó convirtiéndose en un episodio inesperado que rápidamente captó la atención en redes sociales. En el municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, un oso negro irrumpió en una celebración decembrina y se adueñó, por varios minutos, de la mesa principal donde se encontraban las botanas y los postres preparados para los invitados.
El momento quedó grabado en video y no tardó en viralizarse. En las imágenes se aprecia cómo el animal entra con total tranquilidad a un salón rodeado de grandes ventanales. Sin mostrar signos de agresividad, el oso se acerca a la mesa central y comienza a comer diversos alimentos, entre ellos sándwiches, canapés, cupcakes y otros platillos característicos de las reuniones navideñas.
La celebración transcurría con normalidad cuando el visitante apareció sin previo aviso. En el video se escuchan las voces de los asistentes, quienes reaccionan con sorpresa y evidente nerviosismo ante la presencia del animal. A pesar del asombro, algunos de ellos comentan que no hay inconveniente en que el oso se coma todo, mientras observan la escena a distancia.
El avistamiento se registró en una zona cercana al Parque Ecológico Chipinque, un área natural donde la presencia de osos negros no resulta extraña, especialmente durante determinadas temporadas del año. En los últimos años, este tipo de encuentros se ha vuelto cada vez más frecuente en zonas urbanas colindantes con la sierra de Nuevo León.
De acuerdo con la información disponible hasta el momento, el incidente no dejó personas lesionadas ni daños materiales relevantes. El video únicamente muestra al oso alimentándose de la botana dispuesta en la mesa y posteriormente retirándose del lugar sin que se produjera alguna situación de riesgo mayor.
El suceso generó múltiples reacciones en redes sociales, donde usuarios destacaron tanto lo insólito del momento como la calma con la que se desarrolló la escena. Sin embargo, también abrió nuevamente el debate sobre la convivencia entre zonas urbanas y fauna silvestre en el área metropolitana de Monterrey.
Ante este tipo de situaciones, autoridades y especialistas han reiterado la importancia de no dejar alimentos al alcance de animales salvajes, así como de mantener una distancia prudente y evitar cualquier intento de interacción. Estos encuentros, aunque llamativos, pueden representar un peligro tanto para las personas como para los propios animales, al alterar sus hábitos naturales.
El caso del oso que se coló en una posada navideña se suma a una larga lista de avistamientos recientes en Nuevo León, recordando que la cercanía con áreas naturales exige mayor precaución y responsabilidad por parte de la población.
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