¿Por qué la leche puede ser más hidratante que el agua? Los expertos lo explican

Esta idea ha sido impulsada por los vendedores de lácteos

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Investigaciones indican que la leche
Investigaciones indican que la leche produce menor cantidad de orina, por lo que concluyen que hidrata mejor. Crédito: Imagen ilustrativa Infobae

El debate en torno a si la leche hidrata mejor que el agua ha generado interés. Esta afirmación, popularizada en varios medios y respaldada por la industria láctea, promete rehidratación superior tras la actividad física.

Sin embargo, aunque existen algunos estudios que sugieren que la leche podría destacar en este aspecto, la interpretación de la evidencia y las críticas sobre su aplicabilidad en la vida diaria merecen un análisis cuidadoso, tal como señala un artículo publicado en Harvard Health Publishing por el doctor Robert H. Shmerling.

Algunas investigaciones han observado que el consumo de leche después de ejercicios intensos produce una menor cantidad de orina en las horas siguientes, en comparación con el agua o bebidas deportivas, lo que ha sido interpretado como una mayor retención de líquidos.

Las cantidades de leche ingeridas
Las cantidades de leche ingeridas en las pruebas son demasiado altas para una persona que no hace ejercicio en grandes cantidades. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Estos resultados se han atribuido a la composición de la leche, que proporciona electrolitos, proteínas y carbohidratos, lo que favorece una absorción y retención más prolongada en el organismo. Uno de los estudios citados, realizado en 2007, involucró a un pequeño grupo que fue expuesto a ejercicio físico hasta alcanzar la deshidratación, para después rehidratarse con distintas bebidas: tras ingerir el lácteo, se detectó que los voluntarios contuvieron más líquido que con otras opciones.

Estudios similares, aunque igualmente con grupos reducidos, han reforzado la percepción de que la leche, tanto entera como descremada, supera al agua y algunas bebidas deportivas en este parámetro específico de hidratación, especialmente luego de esfuerzos prolongados y significativa pérdida de líquidos.

No obstante, Harvard Health Publishing recuerda que estos estudios cuentan con varias limitaciones y sus resultados deben considerarse con cautela antes de extrapolarlos a la población general. Una de las principales objeciones es el reducido número de participantes: en algunos casos, los grupos de estudio incluyeron apenas siete u once personas, lo que dificulta sacar conclusiones aplicables a distintas edades, géneros y estilos de vida.

Las pruebas se hicieron a
Las pruebas se hicieron a personas que realizaron demasiado ejercicio en contextos de calor, circunstancias poco frecuentes en la mayoría de las personas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, la metodología utilizada en los estudios para medir la hidratación —principalmente la cantidad de orina producida en las horas tras el consumo de cada bebida— es solo una forma parcial de abordar el tema, ya que no necesariamente refleja el equilibrio hídrico completo a lo largo del día.

Otro punto crítico es el contexto en el que se llevaron a cabo los experimentos. Los estudios analizaron figuras que habían experimentado una deshidratación considerable tras un ejercicio intenso y prolongado en ambientes calurosos, una situación muy distinta de las condiciones en las que la mayoría de la población realiza actividad física moderada o cotidianamente.

Por otro lado, la diferencia real observada en los ensayos también fue leve: en uno de los estudios más grandes, la diferencia entre quienes bebieron leche y agua fue de apenas 280 mililitros de orina en cuatro horas, cantidad que probablemente no tiene impacto práctico para la mayoría de las personas.

Para la mayoría de las
Para la mayoría de las personas, solamente es necesaria el agua simple para mantenerse hidratadas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Adicionalmente, la cantidad de leche que se utilizó en los estudios a veces traducía a consumos calóricos muy altos, alrededor de mil calorías en una sola sesión, algo que resulta útil solo para atletas de alto rendimiento y no para personas que buscan perder peso o practicar ejercicios recreativos. El acceso a agua potable, por otro lado, es sencillo, sin calorías y de bajo costo.

La publicación de Harvard Health Publishing enfatiza que, fuera de situaciones de deshidratación clínica severa, la recomendación de elegir leche para rehidratación cotidiana carece de fundamentación robusta. Para la mayor parte de las personas sanas, la estrategia más adecuada sigue siendo beber agua en respuesta a la sed. El enfoque en la hidratación extrema parece tener más relación con tendencias y campañas comerciales que con una necesidad médica real.