Luis de Alba hizo macabra apuesta ‘a ver quién se muere al último’ con estos siete comediantes, cuatro ya murieron

En medio de una emotiva entrevista, el legendario comediante Luis de Alba celebró su regreso a los escenarios con la puesta en escena Perfume de Gardenia.

De Alba, conocido por sus icónicos personajes como “El Pirruris” y “Juan Camaney”, y su larga trayectoria en el mundo del entretenimiento, no sólo se mostró entusiasmado por volver a actuar, sino que también hizo una reflexión sobre el teatro en México y comparó la actual obra con el teatro de revista que se realizaba en el antiguo teatro Blanquita, un referente cultural en la ciudad.

A sus 79 años, Luis de Alba continúa entregando su corazón en cada función, algo que ha caracterizado su carrera desde sus primeros pasos en el espectáculo hace 71 años.

“Sigo teniendo los mismos nervios que en aquellos tiempos, eso nunca cambia”, confesó de Alba ante los medios, en una declaración en la que se puede sentir la emoción y la pasión que aún lo motivan a subir al escenario.

Además, expresó su alegría de compartir escena con colegas y amigos de toda la vida como Rafael Inclán y Alejandro Suárez, quienes, al igual que él, son considerados leyendas del género de la comedia en México.

El tono de la entrevista se tornó ligero cuando Luis de Alba hizo una broma sobre las medidas de precaución tomadas por la producción debido a la edad avanzada de algunos de sus miembros.

“Ya entre los miembros de la producción sabemos que debe de haber una ambulancia disponible, por cualquier cosa que se nos ofrezca”, comentó con su característico humor, provocando risas entre los integrantes de la prensa.

En una parte más seria de la conversación, de Alba reveló una peculiar y macabra apuesta que ha compartido con sus amigos y colegas más cercanos.

A raíz de una fractura de cadera y otras lesiones que ha sufrido a lo largo de su carrera, además de los estragos del alcoholismo que padeció, el actor mencionó que él y sus compañeros han aprendido a adaptarse y a moverse con cuidado en escena para cumplir con las exigencias del guion.

Sin embargo, también son conscientes del paso del tiempo y de los estragos que este hace en el cuerpo.

Es así que, en un acto que mezcla el humor con la realidad de la vida, Luis de Alba y sus amigos, como Alfonso Zayas, Benito Castro, y Alberto Rojas “El Caballo”, ya fallecidos, decidieron crear una apuesta: cada vez que uno de ellos muere, los demás deben depositar 50 mil pesos en una cuenta.

El último sobreviviente tendrá acceso a ese dinero y podrá disfrutarlo. La esposa de Luis de Alba es la encargada de gestionar esta curiosa apuesta y asegurarse de que se cumpla cada vez que uno de los participantes deja este mundo.

“Como tenemos una apuesta, ya la teníamos con otros que ya se fueron. Es de que a ver quién se va a morir al último. Ya nomás quedamos tres de los siete. No sé la cantidad total, pero ahí está ya en el banco. Estaban El Caballo, Zayas, Benito, Chatanuga. Ahí van ganando, ya le dije a Inclán ‘ya te fregaste, compadre’”.

De Alba comenta sobre esto sin temor ni supersticiones, abordando la apuesta como una manera de aceptar la inevitable naturaleza del ciclo de la vida.

“No sé si yo llegaré hasta el final, tal vez sea Sancho quien lo disfrute, no lo sabemos”, dijo con serenidad, mostrando una actitud filosófica ante la vida y la muerte.

“El que gane seguramente se irá a festejar. Todo se hace a través de mi esposa, de su empresa y están en una cuenta. A ver si no se va mi vieja antes”, dijo entre risas el comediante.

El actor reconoció que su vida no siempre fue fácil y que su cuerpo le pasa factura por los excesos del pasado. Luis de Alba recuerda las noches de juerga con sus amigos, ahora todos fallecidos.

“Fuimos vagos y lo seguimos siendo, pero ahora con más reservas”, añadió con nostalgia y resignación.