El narcocorrido de Natanael Cano dedicado a “La Chapiza” que causa revuelo en nuevas generaciones

Dentro de los múltiples subgéneros que han surgido del regional mexicano con el paso de los años, los corridos se han consolidado como uno de los favoritos del público, adquiriendo gran popularidad tanto en estados del norte de México como al otro lado de la frontera con Estados Unidos.

Si bien personalidades como Chalino Sánchez o Beto Quintanilla fueron los encargados de relatar las más grandes hazañas de algunos de los capos del narcotráfico de la época, nuevas promesas del género se han encargado de extender la llamada “narcocultura” a las generaciones más jóvenes, tal y como lo ha hecho Natanael Cano.

Aunque el intérprete de éxitos como Amor Tumbado destacó en un principio como uno de los precursores de los “corridos tumbados”, más allá de las composiciones románticas o de desamor, ahora busca incursionar en el narcocorrido junto a la agrupación Fuerza Regida con un tema dedicado a “La Chapiza”, uno de los remanentes del legado de Joaquín “El Chapo” Guzmán, cofundador del Cártel de Sinaloa.

Al grito de “Fierro pues” y “Márquele sección” el narcocorrido que interpretan Natanael Cano y Fuerza Regida comienza narrando algunas de las cualidades que caracterizan a aquellos miembros del crimen organizado que están -o han estado- al servicio tanto de Joaquín Guzmán Loera como de sus hijos, que ahora han tomado el mando de una facción del Cártel del Pacífico: Los Chapitos.

“Pura mafia de la calle”, se escucha mencionar antes de que la composición detalle cómo la santería se ha convertido en una creencia relevante de “La Chapiza”, a quienes a modo de metáfora se refieren como “la CH y la pizza”.

Del mismo modo, en el polémico narcocorrido se detalla que “en el gabacho se parte el queso”, haciendo referencia a que es precisamente en Estados Unidos en donde las ganancias del narcotráfico -o el presunto trasiego de drogas- se realiza.

A las personas que forman parte de dicha célula delictiva se les describe en el tema como “puro belicón, que huev*s trae”.

La Ch y la pizza retrata también parte del estilo de vida de aquellos miembros del crimen organizado, asegurando que se pasean por antros con “las plebes” haciendo “verdes”, en referencia a los dólares que sus actividades ilícitas les generan.

En los 2 minutos y 16 segundos que dura el controversial narcocorrido, en al menos dos ocasiones tanto al vocalista de Fuerza Regida como a Natanael Cano se les escucha mencionar “JGL” siglas alusivas al nombre del cofundador del Cártel de Sinaloa: Joaquín Guzmán Loera.

“Póngase bien verg*s, que cargo el cuernón. Traiciones no aguantan, pa’ los buenos santos”, menciona el tema respecto al uso de armas de fuego y la postura de los miembros de “La Chapiza” con sus aliados o rivales.

Adicionalmente se relata que así como dichos integrantes del grupo delictivo disfrutan de la fiesta y los excesos, cuando toca acudir a “el jale” -como ellos mismos denominan su “trabajo”- utilizan botas y un pasesón.

“En las duras se ve gente del 19. Un antro fresón, el que puede, puede. JGL, haciendo verdes”, se escucha mencionar a Natanael Cano rumbo al final del tema.

Aunque el intérprete originario de Sonora ha acaparado la atención de las generaciones más jóvenes, su proyecto musical ha sido severamente criticado en múltiples ocasiones por realizar una supuesta apología al narcotráfico. Y es que en sus temas es común escuchar referencias no solo a miembros del crimen organizado, sino también al consumo de drogas o el uso de armas de fuego.

Pese a ello, el singular estilo de Natanael Cano continúa conquistando ya no sólo a las generaciones más jóvenes sino también a aquellos que durante décadas han disfrutado del regional mexicano y todos sus subgéneros.