Cómo el confinamiento por COVID-19 alteró la morfología del pico en estas aves de ciudad

La investigación documenta que la reducción de residuos alimentarios durante la pandemia provocó cambios temporales en la anatomía de los juncos

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El junco de ojos oscuros
El junco de ojos oscuros es un gorrión de tamaño mediano, con cabeza, pecho y espalda de tonos gris o marrón y vientre blanco. (Jocelyn Anderson/Dominio Público)

Durante la pandemia de COVID-19, la drástica reducción de la actividad humana en las ciudades provocó un inesperado fenómeno en la fauna urbana; el junco de ojos oscuros, un ave común en metrópolis de Estados Unidos, experimentó cambios rápidos y reversibles en la morfología de su pico.

Un estudio publicado en la revista PNAS (Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos) documenta cómo, en apenas unos años, la llamada antropausa, periodo de confinamiento y baja presencia humana, transformó la forma y el tamaño del pico de estas aves, volviéndolos más similares a los de sus parientes silvestres.

Lo sorprendente es que, al reanudarse la vida urbana y la generación de residuos alimentarios, los juncos urbanos recuperaron rápidamente la morfología típica de la ciudad.

¿En que consistió el estudio?

El junco de ojos oscuros
El junco de ojos oscuros es una de las aves más abundantes de América del Norte, presente desde el Ártico y Canadá hasta México. (Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU./Dominio Público)

El equipo de investigación, liderado por científicas de la Universidad de California en Los Ángeles y el Santa Fe Institute, aprovechó la oportunidad que ofreció la pandemia para analizar el impacto de la actividad humana sobre la biología de los juncos urbanos, cuyo nombre científico es Junco hyemalis.

Según PNAS, desde 2018 las investigadoras marcaron y midieron a cientos de ejemplares nacidos antes, durante y después de las restricciones, comparando sus características con las de poblaciones silvestres en las montañas cercanas a Los Ángeles.

Los resultados del estudio muestran que los juncos urbanos nacidos durante y poco después del confinamiento desarrollaron picos más largos y delgados, similares a los de las aves silvestres, en contraste con los picos cortos y gruesos habituales en la ciudad.

PNAS detalla que las aves nacidas en 2021 y 2022 presentaron una relación longitud/profundidad del pico mayor que las nacidas antes de la pandemia y que las cohortes posteriores, de 2023 y 2024.

DW confirma que, tras el levantamiento de las restricciones, los picos de los juncos urbanos volvieron rápidamente a la forma prepandémica, lo que evidencia la reversibilidad del fenómeno.

En condiciones normales, los juncos urbanos aprovechan los restos de comida generados por la actividad humana, lo que favorece picos más cortos y robustos, adaptados a una dieta variada y menos natural. Durante la pandemia, el cierre de comedores y la ausencia de seres humanos redujeron drásticamente estos recursos.

El estudio descarta que la llegada de aves silvestres al entorno urbano explique el cambio observado. Según PNAS, los juncos urbanos mantuvieron respuestas de miedo similares antes y durante la pandemia, diferentes a las de las aves silvestres, lo que apoya la hipótesis de que la plasticidad fenotípica y la selección natural por recursos son las causas más probables.

Lecciones para la vida urbana

El junco de ojos oscuros
El junco de ojos oscuros pertenece a la familia Passerellidae, la de los gorriones del Nuevo Mundo. (Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU./Dominio Público)

De acuerdo con las autoras, los hallazgos de este trabajo aportan evidencia directa de cómo la actividad humana puede modificar la biología de especies urbanas en plazos muy cortos. “Nuestro trabajo destaca la necesidad de comprender las complejas interacciones entre ambos”, cita DW.

A futuro, las investigadoras planean analizar cómo varía la forma del pico en relación con la dieta, la reproducción y la genética de los juncos urbanos, según la información publicada.

Comprender estas interacciones, en palabras de las autoras, citadas por DW, será fundamental para gestionar la convivencia entre humanos y vida silvestre en las ciudades, donde los cambios en los hábitos de las personas pueden tener consecuencias inesperadas para la biodiversidad local.