Qué son las ‘terapias de conversión’ y porqué se está hablando de ello en Colombia

Carolina Giraldo, representante a la Cámara y una de las personas que está detrás del proyecto que quiere prohibir las mal llamadas ‘terapias’, asegura que estas acciones están llenas de humillaciones y torturas en contra de las víctimas

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“Mientras me ponían, en una pantalla, pornografía gay. Metían mi cabeza en una pila de agua fría mientras me gritaban que era una abominación por ser homosexual, por ser marica”, dijo
“Mientras me ponían, en una pantalla, pornografía gay. Metían mi cabeza en una pila de agua fría mientras me gritaban que era una abominación por ser homosexual, por ser marica”, dijo

Golpes, humillaciones, prohibición de comida y hasta abusos sexuales son algunas de las cosas a las que son sometidas personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+ en diferentes partes del mundo. Aquellos vejámenes en su contra hacen parte de procesos denominados como ‘terapias de conversión’, aquellas que, según quienes las ejecutan, buscan hacer que una persona que no se encuentre dentro del espectro heterosexual y cisgénero entre a él, asumiendo que cualquier otro tipo de identidad u orientación sexual es una especie de ‘enfermedad’ que necesita de una cura. El debate se abre en Colombia. ¿Qué está sucediendo?

El tema se retomó en Colombia el 11 de mayo del año en curso, lo que volvió a despertar el interés por este tema y sus peligros. Este día fue el escogido para realizar, en el Congreso de la República, una audiencia pública para hablar del Proyecto de Ley 272 de la Cámara de Representantes, aquel con el que se busca erradicar y prohibir, en Colombia, los Esfuerzos de Cambio de Orientación Sexual e Identidad y Expresión de género (ECOSIEG), también llamados, de manera errónea ‘terapias de conversión’. Si quiere que esto se apruebe, todo debe gestionarse antes del 19 de junio que se aproxima, pues, de lo contrario, la medida quedaría archivada.

De acuerdo con cifras expuestas por parte de los ponentes de este proyecto, en el país, una de cada cinco personas pertenecientes a la comunidad LGTBIQ+ ha sido forzada a someterse a estos tratamientos para ‘convertirse’ en personas heterosexuales o cisgénero. Según quienes están al frente de la propuesta, las mal llamadas terapias de conversión traen consigo actitudes humillantes y de tortura en contra de las víctimas.

“No es terapia, es tortura cuando se intenta cambiar la orientación sexual o identidad de género a través de la violencia. Los testimonios de tratos inhumanos, de sobrevivientes a supuestas ‘terapias de conversión’ muestran un mundo de crueldad, por eso ¡Vamos a prohibirlas!”, comentó Carolina Giraldo Botero, una de las personas que está detrás del proyecto para prohibir estos actos acusados de inhumanos.

Durante la sesión en la que se debatió el Proyecto de Ley 272 de la Cámara de Representantes, víctimas relataron todo tipo de vejámenes a los que fueron sometidos con el fin de dejar se sentir atracción por personas de su mismo sexo o de dejar de sentir que su cuerpo no coincidía con su identidad.

Carolina Giraldo, representante a la Cámara y una de las personas que está detrás del proyecto que quiere prohibir las mal llamadas ‘terapias’, asegura que estas acciones están llenas de humillaciones y torturas en contra de las víctimas
Carolina Giraldo, representante a la Cámara y una de las personas que está detrás del proyecto que quiere prohibir las mal llamadas ‘terapias’, asegura que estas acciones están llenas de humillaciones y torturas en contra de las víctimas

Uno de ellos reveló que fue sometido a choques eléctricos. “Mientras me ponían, en una pantalla, pornografía gay. Metían mi cabeza en una pila de agua fría mientras me gritaban que era una abominación por ser homosexual, por ser marica”, dijo en la audiencia Juan Pablo Vargas, sobreviviente a una de estas ‘terapias’. Estuvo en aquel proceso durante cuatro años y fue atendido por dos psicólogos. “Desarrollé tendencias suicidas”, añadió.

El joven le recordó a la sala que estas ‘terapias’ violan directamente el artículo 12 de la Constitución Política de Colombia, aquel en el que se establece que están prohibidos los tratos crueles e inhumanos. También viola aquel identificado con el numeral 13, en el que se habla de que toda persona nace libre e igual ante la ley.

“La tortura no es apoyo emocional. La tortura y la vulneración de los derechos humanos y sexuales no corresponde con la equidad, con la solidaridad y el respeto, y menos con el amor que nos enseñó Jesús de Nazaret”, Manuel Velandia, activista de la comunidad LGBTIQ+.

Dentro de las intervenciones también estuvo presente el abogado Jerónimo Arévalo, quien aseveró que la importancia de prohibir este tipo de prácticas es necesario para que todos puedan ser quienes realmente son.

Una de las víctimas más conocidas de este tipo de hechos es Danne Aro Belmont, una activista colombiana que terminó dentro de un centro de estos luego de que sus padres pensaran que iba a ‘curarse de la homosexualidad’. “Me echaban cenizas y me decían que mi espíritu estaba marcado y que había que limpiarlo”, relató en una entrevista con la BBC.

Ella también estuvo en la audiencia y aseguró la diversidad, orientación sexual e identidad de género de las personas ‘no son una afectación’ y que ‘no hay nada que curar’.