
Durante años, Deland McCullough mantuvo una relación cercana con Sherman Smith, a quien consideró su mentor y una figura paterna clave en su desarrollo dentro del fútbol americano.
Lo que ni McCullough ni Smith imaginaron fue que, décadas después de trabajar juntos y construir un vínculo profundo, descubrirían un lazo de sangre invisible hasta entonces: Smith era el padre biológico de McCullough.
Esta revelación, que conmovió tanto a la familia como al mundo deportivo, representó un punto de inflexión en sus vidas y generó fuerte interés público, según compartió People.
Un lazo forjado en el campo de juego

La conexión entre ambos comenzó cuando McCullough, entonces de diecisiete años y criado por su madre adoptiva Adele, fue elegido por Smith para ingresar a la Miami University de Ohio.
Smith, entrenador de corredores en ese momento, tenía una filosofía clara al tratar a sus jugadores: “Puede que no busques un padre, pero yo te trataré como a un hijo”, expresó según declaraciones recogidas por People.
McCullough encontró en Smith un referente y guía estable, especialmente tras una dura lesión de rodilla sufrida en la pretemporada, un momento importante que consolidó el vínculo entre ambos. Los años siguientes, la relación se mantuvo y creció no solo en el ámbito profesional, sino también a nivel personal.
McCullough siempre sintió que Smith ofrecía una presencia incondicional, algo que había anhelado desde su infancia. Compartieron experiencias, victorias y reveses, cultivando una relación fuera de lo común en el competitivo mundo del deporte universitario. Sin saberlo, el destino tejía una historia mucho más profunda para ambos.
El descubrimiento que cambió todo

El verdadero giro llegó en 2017, cuando McCullough, ya convertido en padre, se propuso conocer su origen. La búsqueda de sus padres biológicos no lo llevó lejos: su madre biológica vivía a sólo diez minutos y le confió un nombre revelador.
El impacto fue inmediato cuando descubrió que ese hombre era Smith, su mentor. El primer encuentro tras el hallazgo fue sumamente emotivo. McCullough recordó que Smith lo recibió cálidamente, reconociendo el lazo que siempre había existido entre ambos: “mi hijo”.
Smith confesó que ignoraba ser padre de McCullough y, emocionado, describió el acontecimiento como “divino”, afirmando que solo podía atribuirlo a una intervención mayor: “No hay forma de escribir esto… simplemente tienes que creer que es obra de Dios”.
Ambos coincidieron en la fuerza del destino y la trascendencia de la verdad revelada. La conversación resultante permitió cicatrizar viejas heridas e iniciar una nueva etapa en la relación, ahora cimentada en un lazo de sangre, además de la afinidad forjada en el deporte. El reencuentro trajo consigo un sinfín de emociones y abrió la puerta al entendimiento profundo de sus respectivas trayectorias.
Historias paralelas y coincidencias en la carrera

Tan impactante como el descubrimiento fue identificar las similitudes entre sus vidas. McCullough y Smith no solo construyeron carreras exitosas en el fútbol americano, sino que también enfrentaron obstáculos casi idénticos.
Ambos ingresaron al Salón de la Fama de la Miami University, participaron como jugadores profesionales y lidian con carreras afectadas por lesiones recurrentes de rodilla. A pesar de los desafíos, siguieron vinculados al deporte, orientando a nuevas generaciones como entrenadores.
Las paralelas no terminan allí. La influencia de Smith en la formación de McCullough como padre, mentor y profesional adquirió una dimensión especial tras conocer el verdadero vínculo que los unía.
Juntos vivieron experiencias significativas en la NFL, llegando a formar parte de equipos que disputaron varias ediciones del Super Bowl. McCullough no dudó en bromear acerca de su destino compartido: “desafortunadamente ambos perdimos contra Tom Brady”, una anécdota que exhibe el espíritu deportivo y la complicidad entre ambos.
Del testimonio personal al cine

La extraordinaria historia de padre e hijo ha trascendido el ámbito del deporte y encontró eco en el público general.
McCullough decidió compartir su experiencia en el libro Runs In The Family: An Incredible True Story of Football, Fatherhood, and Belonging, obra que explora la complejidad de los lazos familiares, la identidad y el reconocimiento de orígenes. De acuerdo con People, existen negociaciones para llevar este relato a la pantalla grande, lo que multiplicaría aún más su alcance.
En medio del revuelo generado en la comunidad deportiva, Smith no ha perdido el buen humor. Cuando se le preguntó sobre una posible adaptación cinematográfica, señaló quién le gustaría que lo interpretara en el cine: Denzel Washington.
Así, la historia de Deland McCullough y Sherman Smith no solo desafió las probabilidades dentro del terreno de juego, sino que demostró la fuerza de los lazos invisibles y el poder sanador de la verdad, inspirando a innumerables personas dentro y fuera del fútbol americano.
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