El mirador de Portugal que es de los más impresionantes del mundo: a más de 1.000 metros de altura y se llega por una bonita ruta

Se trata de uno de los emblemas de Madeira y permite disfrutar de un paisaje que deja con la boca abierta

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Mirador de Eira do Serrado, en
Mirador de Eira do Serrado, en Madeira (Adobe Stock).

Situada en el corazón del Atlántico, la isla de Madeira se erige como un refugio de belleza natural y rica biodiversidad. Conocida por sus majestuosos paisajes de montañas escarpadas, bosques, laurisilva y pintorescas costas, este archipiélago portugués atrae a excursionistas y amantes de la naturaleza de todo el mundo. De este modo se puede disfrutar de increíbles rutas de senderismo a lo largo de antiguas “levadas” o canales de riego que descubren todos sus rincones y secretos.

Uno de los más maravillosos es el mirador de Eira do Serrado, el cual se ha consolidado como uno de los destinos imprescindibles para quienes desean conocer los paisajes más sobrecogedores de la isla. Situado a nada menos que 1.095 metros de altitud, este punto panorámico regala al visitante una de las vistas más espectaculares sobre el valle y el pintoresco pueblo de Curral das Freiras, rodeado por la majestuosidad de un macizo montañoso que define la identidad insular.

Acceso al mirador: naturaleza y aventura

El recorrido hasta el mirador arranca en las inmediaciones de la Estalagem da Eira do Serrado, un pequeño hotel-restaurante que da la bienvenida a los viajeros antes de comenzar la ascensión. El sendero, perfectamente señalizado, se abre paso entre vegetación autóctona, permitiendo al caminante familiarizarse con la flora característica de Madeira. Alcanzar la cima requiere un breve, pero constante esfuerzo, que se ve recompensado nada más llegar al final del camino, donde el horizonte se despliega en una panorámica imposible de olvidar.

Mirador de Eira do Serrado, en
Mirador de Eira do Serrado, en Madeira (Adobe Stock).

Quienes se animan a esta caminata disfrutan no solo de aire puro y tranquilidad, sino también de la posibilidad de sentir la inmensidad del entorno natural. El sendero se convierte así en un preludio del espectáculo paisajístico que aguarda en la cima, permitiendo al visitante conectar con la esencia de la isla. De hecho, el relieve escarpado que rodea Eira do Serrado es el resultado de un prolongado proceso de erosión natural que ha ido modelando la topografía durante milenios.

Este fenómeno geológico se aprecia especialmente en los abruptos perfiles y en la profunda hondonada donde se sitúa la parroquia de Curral das Freiras. Su silueta pintoresca, con tejados rojos y casas blancas dispuestas en terrazas, añade un inconfundible encanto al paisaje. Pero Curral das Freiras no solo destaca por su localización, sino también por el ambiente apacible que se respira en sus calles. Este rincón ha desarrollado una cultura muy ligada a las peculiaridades de su geografía, con tradiciones agrícolas y gastronómicas que aún perviven. La visión desde el mirador permite captar la simbiosis entre el entorno natural y el modo de vida de sus habitantes.

Un emblema turístico de Madeira

La estratégica ubicación y el impacto visual de Eira do Serrado lo han convertido en uno de los puntos turísticos más emblemáticos de la isla. Desde este privilegiado balcón natural, el visitante puede maravillarse ante la exuberancia del verde que tapiza el macizo central, así como con las formas caprichosas de la orografía característica de Madeira.

El impresionante mirador de Portugal que descubre uno de los mejores paisajes del país: acantilados escarpados y vistas al Atlántico.

El mirador constituye, además, un lugar excelente para los amantes de la fotografía y la contemplación paisajística. En jornadas despejadas, la luz matinal y vespertina acentúan los contrastes cromáticos, intensificando el dramatismo de las montañas y la serenidad del pueblo encajado en el valle. No es casualidad que la mayoría de las postales que representan la Madeira más auténtica incluyan esta panorámica, donde naturaleza y cultura convergen en perfecta armonía.