España consiguió durante la noche del miércoles una gesta histórica que hacía 12 años que no se producía: subir al podio. Tras años preparándose para una hazaña de tales magnitudes, siete exactamente, los mismos que lleva su actual entrenadora Mayuko Fujiki, más conocida como Mayu, lo consiguieron. España consiguió colgarse el bronce al cuello. A su lado, en lo alto del podio, otra española, Anna Tarrés, actual entrenadora de equipo chino y vieja conocida para las españolas. Hace unos años, Tarrés lideró al equipo español a lo alto de la natación artística, pero una polémica interna la hizo salir y buscar fortuna en otros países. Las palabras que le ha dedicado Andrea Fuentes, entrenadora del equipo estadounidense, a Tarrés no han pasado inadvertidas.
Fue justo antes de subir al podio. China, con Tarrés como entrenadora, se coronaba como campeona de la competición gracias a la ausencia de Rusia, quienes se habían colgado el oro durante las últimas ediciones. El segundo puesto lo ha ostentado Estados Unidos, con otra española como entrenadora, Andrea Fuentes. El tercer puesto lo ha ocupado España, tras 12 años sin coger un metal. Las dos entrenadoras españolas que cosechaban lo alto del podio se fundieron en un gran abrazo antes de la entrega de medallas. Un momento que Fuentes aprovechó para asegurar delante de las cámaras: “The best coach in the world” (”la mejor entrenadora del mundo”), refiriéndose a Anna Tarrés.
Una situación que no pasó inadvertida, y más después del pasado de Tarrés con el equipo español. En el año 1997, Anna Tarrés asumió las riendas del equipo español de natación artística, un cargo que ostentó hasta el año 2012. Un periodo de tiempo en el que acumuló hasta cuatro medallas olímpicas y un total de 52 títulos europeos y mundiales. Fue ella quien elevó la natación artística española a lo más alto y la puso en el radar internacional. Nadie puede cuestionar esta hazaña pero sí las prácticas y métodos que empleó para conseguirlo que le costaron el puesto de trabajo cuando las nadadoras españolas dijeron basta y su persona pasó a estar bajo la mira pública.
El despido de Anna Tarrés
El día 22 de septiembre de 2012, se hizo pública una carta firmada por quince nadadoras denunciando las prácticas de Anna Tarrés. Tras ello, la Federación Española de Natación decidió hacer caso a las deportistas, quienes, como detallan en la carta, llevaban muchos tiempo denunciando los abusos que sufrían por parte de la entrenadora. Fue entonces cuando, a falta de unos meses para que concluyera su contrato, decidieron despedirla. Sin embargo, Tarrés alegó que se trataba de una estrategia falsa para despedirla y decidió denunciar a la federación y ganó.
Con una indemnización de casi 400.000 euros, la entrenadora se marchó y comenzó a buscar nuevos proyectos. México, Francia, Ucrania o Israel fueron algunos de los trabajos que fue encadenando. Finalmente ha sido en China donde se ha asentado hasta llegar a los Juegos Olímpicos de París, donde ha conseguido el oro en natación artística por equipos.