La hija de Robin Williams pide a los fans que dejen de recrear al actor con inteligencia artificial: “No es lo que él hubiese querido”

Zelda Williams ha mostrado su descontento con la ola de imágenes y vídeos que circulan por internet en torno a su padre

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El comediante de Hollywood fue protagonista en el evento que se realizó en Las Vegas en 1993

Cada vez hay más voces contra la Inteligencia Artificial, y la última de ellas ha sido Zelda Williams, hija de Robin Williams, quien ha utilizado su cuenta de Instagram para lanzar un mensaje claro: pidió que le dejen de enviar videos generados por inteligencia artificial que pretenden recrear a su emblemático padre. La cineasta calificó este tipo de contenidos como ofensivos para la memoria del fallecido actor y dañinos para quienes lo amaron. En una serie de mensajes publicados en sus historias, Zelda Williams fue directa. “Por favor, solo dejen de enviarme videos de IA de papá”, escribió ante sus más de 260 mil seguidores. Según lo publicado, Zelda señaló que lejos de ser un homenaje, estas recreaciones resultan perturbadoras y representan una falta de respeto tanto para la figura del actor como para su familia. “No crean que quiero verlos o que los voy a entender, no lo haré”, agregó.

La directora de Lisa Frankenstein insistió en que su negativa no responde a un simple malestar. “Si están intentando molestarme, he visto cosas peores. Pero si tienen algo de decencia, dejen de hacerle esto a él y a mí, dejen de hacerlo a cualquiera”, apuntó en su publicación. Williams subrayó que la práctica constituye una banalización de personas reales y su legado, reduciéndolos a simples imitaciones visuales y sonoras fabricadas para una reacción rápida en redes sociales: “No están haciendo arte, estáis haciendo repugnantes perritos calientes sobreprocesados con la vida y la historia de los seres humanos”.

Parte de la molestia de la cineasta recae en el modo en que la cultura digital transforma la memoria artística. Zelda Williams censuró la tendencia creciente de transformar la imagen y voz de personalidades conocidas en contenidos para “horribles videos de TikTok”, señalando que esas creaciones desvirtúan el sentido original de la obra y la identidad personal. “Eso no es lo que él hubiese querido”, sentenciaba.

(Captura de video)
(Captura de video)

Los actores contra la IA

La postura de Zelda Williams frente a la inteligencia artificial no es nueva. En 2023, cuando el sindicato de actores SAG-AFTRA incluyó el tema de los modelos de IA en su plataforma de negociación durante la huelga, Williams ya había denunciado públicamente la reproducción artificial de actores sin su consentimiento. Entonces, recurrió de nuevo a Instagram para advertir sobre el impacto real de recrear voces y rostros de intérpretes ausentes. “He visto durante años cuántas personas quieren entrenar estos modelos para crear/recrear actores que no pueden dar su consentimiento, como papá. Esto no es teórico, es muy real”, publicó entonces, reiterando que el problema no se limita al daño personal, sino que tiene serias repercusiones éticas en toda la industria.

A lo largo de sus publicaciones, Zelda Williams insistió en el derecho de los actores vivos a interpretar sus propios personajes, a poner su dedicación humana en la creación artística y advirtió sobre el empobrecimiento de la cultura si las recreaciones se imponen como norma. “Es, en el mejor de los casos, una mala imitación de grandes personas, y en el peor, un monstruo Frankenstein de lo más bajo de esta industria”, escribió en 2023. En su mensaje más reciente, fue todavía más contundente: “Por todo lo sagrado, dejen de llamarlo ‘el futuro’, la IA solo recicla burdamente el pasado para volver a consumirlo”, afirmó. Remarcó que consumir este tipo de contenido es tan degradante para los espectadores como lucrativo para quienes lo generan de forma despersonalizada y masiva en redes.

Las denuncias de Zelda Williams ilustran con claridad la tensión entre el avance tecnológico, las posibilidades del contenido generado por IA y el respeto a la memoria y la obra de quienes ya no están para consentir su imagen. Con sus palabras, la cineasta suma una voz personal y familiar a un debate que gana fuerza en Hollywood y el resto del mundo del entretenimiento: ¿cuáles deben ser los límites éticos en la utilización de inteligencia artificial en la representación de figuras públicas y artísticas?