Un multimillonario aterriza directamente en una pista de esquí con su helicóptero privado: “Tenía prisa, me apetecía mucho el plan”

El magnate, reincidente, ya había aterrizado sin permiso en otra estación de esquí y fue sancionado con una multa idéntica

Guardar
Un helicóptero aterrizando en una
Un helicóptero aterrizando en una pista de esquí, como hizo Giorgio Oliva (Montaje Infobae)

Un empresario italiano de 66 años, figura destacada de la industria siderúrgica del norte del país, volvió a desafiar las normas aeronáuticas y de seguridad al aterrizar con su helicóptero privado directamente en una pista de esquí. El incidente tuvo lugar el pasado 13 de diciembre en la estación de Maniva Ski, en los Alpes italianos, dentro de la provincia de Brescia, y obligó a intervenir a los carabinieri y a las autoridades de aviación civil.

El protagonista es Giorgio Oliva, multimillonario, nacido en Odolo y presidente de Industrie Riuniti Odolesi (IRO), además de propietario de Olifer, una empresa con décadas de implantación en la Valsabbia, especializada en la producción de laminados y trefilados metálicos. Según ha informado Corriere della Sera, Oliva optó por evitar la carretera de acceso a la estación, con sus curvas y posibles retenciones, y decidió llegar en helicóptero hasta las inmediaciones de las pistas para practicar su afición favorita: el esquí.

La maniobra, sin embargo, se realizó sin el permiso necesario y en una zona no habilitada para aterrizajes, lo que generó sorpresa entre los esquiadores presentes y encendió las alarmas de las autoridades.

Los hechos se produjeron en torno a las 10.30 de la mañana. Un helicóptero azul fue visto sobrevolando el área esquiable de Maniva antes de descender y posarse junto a una de las bajadas, en una zona fuera de pista pero claramente visible.

Según relatan los testigos, Oliva apagó el motor, descendió del aparato con total calma, se colocó las botas, los esquís, el casco y los guantes, y se lanzó a realizar una bajada como cualquier otro esquiador. La normalidad de la escena contrastaba con la irregularidad de la maniobra aérea que acababa de protagonizar.

Al final del descenso, los carabinieri lo esperaban a pie de pista. Tras identificarlo, comprobaron que toda la documentación del helicóptero y de su licencia de piloto estaba en regla. El problema no era el aparato ni la habilitación personal, sino la ausencia de autorización para volar y aterrizar en ese punto concreto del dominio esquiable. En Maniva existe una zona habilitada para helicópteros, pero no coincide con el lugar elegido por el empresario.

Sierra Nevada, en Granada (Adobe
Sierra Nevada, en Granada (Adobe Stock).

“No tenía tiempo, iba con prisa y me apetecía mucho el plan”

La explicación de Oliva ante los agentes fue tan escueta como llamativa. “No tenía tiempo, iba con prisa y me apetecía mucho el plan”, afirmó, una versión que posteriormente confirmó al diario Corriere della Sera. Tras la intervención policial, el empresario volvió a subir al helicóptero y regresó a su domicilio.

El expediente ha sido trasladado a la ENAC, la autoridad nacional de aviación civil italiana, que tramita una sanción administrativa. La multa prevista asciende a 2.000 euros, una cantidad que, según subrayan medios locales, resulta poco disuasoria para una fortuna de su calibre. Además, la autoridad aeronáutica estudia la posible suspensión de la licencia de vuelo, una medida que no se descarta debido a la reincidencia.

En la localidad de Odolo, un pequeño municipio industrial de poco más de 2.000 habitantes, el episodio ha sido recibido con una mezcla de sorpresa y resignación. Antiguos empleados de Olifer describen a Oliva como una figura muy conocida y respetada en el pueblo. “Ha dado trabajo a mucha gente, forma parte de una gran dinastía industrial”, explican en declaraciones recogidas por Corriere Brescia.

El aterrizaje en Maniva no es un hecho aislado. En abril de este mismo año, Oliva protagonizó un episodio prácticamente idéntico en la estación de Madonna di Campiglio, en los Dolomitas. También entonces aterrizó ilegalmente junto a una pista, sin autorización, y fue sancionado con una multa de 2.000 euros. En aquella ocasión reconoció abiertamente que no disponía del permiso necesario para volar a más de 1.600 metros de altitud.

Este alojamiento no es solo espectacular durante los meses de invierno, sino que en los de verano se puede disfrutar de su piscina, a la vez que se contemplan una de las mejores vistas del Valle de Arán

Más grave fue lo ocurrido en 2020. El 25 de octubre de ese año, Oliva pilotaba su helicóptero Robinson R44 de regreso de una jornada de esquí en Cervinia, en el Valle de Aosta. A su lado viajaba Alfredo Buda, directivo de IRO y amigo personal. El aparato se estrelló contra el macizo del Monte Rosa en condiciones meteorológicas adversas, con fuerte niebla. Buda, de 59 años, falleció en el accidente. Oliva sobrevivió, pero resultó gravemente herido y fue trasladado a un hospital de Berna, donde permaneció ingresado en cuidados intensivos.

La investigación judicial concluyó que el vuelo se realizó sin las condiciones de seguridad necesarias. En febrero de 2023, el empresario fue condenado por homicidio imprudente a ocho meses de prisión, pena que quedó suspendida. Quienes le rodean aseguran que aquel suceso le marcó profundamente, aunque no le apartó definitivamente de los vuelos en helicóptero para desplazarse a la montaña.

A este historial se suma una investigación reciente por presuntas irregularidades en unas obras vinculadas a Olifer. Los carabinieri forestales han precintado una superficie de unos 4.500 metros cuadrados y han denunciado a seis personas, entre ellas el propio Oliva, por una supuesta gestión no autorizada de residuos.