El museo al aire libre más grande de Europa está en Sevilla: las altas temperaturas, el coste asequible y la oferta cultural anual atraen a los jubilados europeos

El medio francés ‘Aufeminin’ señala la gran popularidad que despierta la capital andaluza entre las personas de mediana edad en Europa

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La capital andaluza destaca por
La capital andaluza destaca por su variedad cultural y sus altas temperaturas, principal atractivo para la población europea. / Freepick

Cuando las bajas temperaturas y el cielo gris se instalan en buena parte de Europa, cada vez más personas optan por buscar refugio en destinos donde el invierno se vive de otra manera. Entre las ciudades que han ganado popularidad como alternativa para quienes desean disfrutar de un clima suave y una calidad de vida elevada, Sevilla ha destacado como un auténtico imán para los jubilados europeos. Además, según ha publicado el medio francés Aufeminin, la ciudad es conocida como “el mayor museo al aire libre de Europa”, una denominación que responde tanto a la variedad de estilos arquitectónicos como a la huella de las civilizaciones que han dejado su impronta en cada rincón.

Por ello, el atractivo de Sevilla no se limita únicamente a su clima, sino que reside también en su riqueza patrimonial y su ambiente vibrante. Aufeminin ha subrayado que la capital andaluza se ha consolidado como una de las opciones preferidas para quienes desean pasar los meses más fríos en un entorno luminoso y acogedor. Pasear por sus calles equivale a recorrer un libro de historia ilustrado por la luz del sur, donde el pasado y el presente se entrelazan en un escenario único.

El patrimonio monumental de Sevilla resulta inigualable en el contexto europeo. El Real Alcázar, palacio que fusiona elementos árabes y cristianos, constituye uno de los ejemplos más sobresalientes del arte mudéjar, con jardines exuberantes y azulejos minuciosamente decorados que reflejan la esencia andaluza. A escasa distancia se encuentra la catedral de la ciudad, la mayor de España, que impresiona tanto por sus dimensiones como por la riqueza de su ornamentación. Su emblemático campanario, la Giralda, se alza sobre la ciudad y ofrece unas vistas panorámicas excepcionales, según subraya el medio francés.

La vida cotidiana en Sevilla

Más allá de sus monumentos, el corazón histórico de la ciudad invita a perderse por barrios como Santa Cruz, donde los patios llenos de flores y las calles estrechas y sombreadas evocan el encanto de épocas pasadas. Sin embargo, la vitalidad de la ciudad andaluza se percibe en su ambiente diario: la música, los colores y la hospitalidad de sus habitantes conforman una atmósfera singular. El flamenco, lejos de ser solo un espectáculo, se vive como una emoción compartida.

El clima benigno es uno de los factores determinantes que han impulsado la llegada de jubilados europeos a Sevilla. Según ha detallado Aufeminin, la ciudad disfruta de 300 días de sol al año y mantiene temperaturas agradables incluso en enero, lo que permite aprovechar la vida al aire libre sin restricciones. Pasear junto al Guadalquivir, comer en terrazas o visitar parques y jardines forman parte de la rutina diaria para quienes residen o pasan largas temporadas en la ciudad. Aunque, ya lo menciona Eliza en My Fair Lady, “la lluvia en Sevilla, [también] es una maravilla”.

A diferencia de otras grandes urbes europeas, el coste de la vida en la ciudad sigue siendo moderado. Los precios de la vivienda, la alimentación, el ocio y el transporte resultan accesibles, lo que explica el creciente interés de los jubilados extranjeros por establecerse en la capital andaluza. Además, el tamaño manejable de la ciudad y la amabilidad de sus habitantes facilitan la integración, haciendo que quienes llegan se sientan rápidamente acogidos, casi como en casa.

Servicios, conexiones y entorno

La calidad de vida en Sevilla se ve reforzada por la presencia de infraestructuras modernas y un sistema sanitario de alto nivel, dos aspectos especialmente valorados por las personas mayores. La ciudad cuenta con un aeropuerto internacional que permite conexiones rápidas con París, Bruselas o Ginebra, lo que convierte las estancias prolongadas en una opción aún más atractiva.

La oferta cultural se mantiene activa durante todo el año, incluso en invierno, señalan desde el medio francés. Exposiciones, conciertos, fiestas locales y mercados artesanales garantizan que siempre haya actividades disponibles, sin que exista una temporada baja en la vida cultural de la ciudad. Para quienes desean explorar más allá, la región andaluza ofrece múltiples posibilidades: desde los pueblos blancos de la sierra hasta Córdoba y su famosa mezquita-catedral, o la costa atlántica con sus extensas playas de arena.

Esta localidad destaca por su amplio patrimonio histórico y por su rico conjunto monumental, lo que la convierte en una de las localidades más bonitas de la provincia

El fenómeno de los jubilados que eligen pasar el invierno en el sur de España, donde el sol es protagonista y la convivencia resulta especialmente cálida, ha ido en aumento. En palabras de Aufeminin, en esta “ciudad-museo” el tiempo parece transcurrir con mayor lentitud, permitiendo a cada visitante disfrutar de la vida bajo la luz dorada de Andalucía.