Cortylandia, el espectáculo que superó a su propósito inicial: cómo una estrategia comercial de 1979 se convirtió en una de las tradiciones navideñas más queridas de Madrid

Cada diciembre, la capital se llena de ilusión gracias a un espectáculo que combina música, muñecos mecánicos y creatividad artesanal, convirtiendo la calle en un punto de encuentro para grandes y pequeños que celebran la Navidad

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Entrevistas a los visitantes de Cortilandia, en Madrid.

Si hay un espectáculo en Madrid que consigue que tanto niños como adultos disfruten con la misma ilusión, ese es Cortylandia. La canción de “Cortylandia, Cortylandia, vamos todos a cantar, alegría en estas fiestas porque ya es Navidad” es prácticamente un villancico más en el imaginario de los madrileños. Por eso, hasta el 6 de enero, la calle Maestro Victoria de la capital se transforma cada año y congrega a mayores y pequeños que ven con la misma emoción cómo los personajes cobran vida en un escenario de luces, movimiento y villancicos. Y, aunque hoy lo asociamos con el espíritu y la magia de la Navidad, la cruda realidad es que Cortylandia nació con un objetivo muy comercial.

En 1979, El Corte Inglés buscaba promocionar la ampliación de su céntrica tienda de la calle Preciados, y se le ocurrió que no habría nada mejor para atraer al público que un espectáculo que combinara animación y música navideña. La idea, como puede verse a día de hoy, funcionó de maravilla. Así lo confirma a Infobae España un hombre que espera en la calle el comienzo de la función, explicando que “es toda una tradición”: “De pequeño, siempre mis padres me traían, y por eso sigo viniendo”. Al lado, una mujer de Granada contaba que subía hasta Madrid todos los años porque “a mi padre le encantaba venir en Navidades”, y que, como siempre, este año “se respira un ambiente con muchísima ilusión”.

Casi medio siglo después, sigue siendo un clásico que inaugura oficialmente la temporada navideña para muchos madrileños. Este año, la propuesta se llama “Cortylandia Express”, y recrea el escenario de una estación de tren que ya había protagonizado la primera edición. En 1979, el Parque de Atracciones de Madrid cedió una de sus locomotoras con el propósito de conseguir una ambientación similar a las de los parques de Walt Disney.

La compleja creación detrás del espectáculo navideño

Pero Cortylandia no se improvisa en un par de semanas. Todo empieza mucho antes de que los escaparates empiecen a anunciar que comienza la temporada navideña. Ya desde enero, 10 meses antes, se trabaja en el diseño de maquetas y bocetos, seleccionando la historia que, finalmente, se convertirá en la versión que se disfrutará en diciembre. Y en agosto, según afirman desde El Corte Inglés, los creativos comienzan a modelar a los personajes, estudiar sus movimientos, articulaciones e iluminación, mientras que los músicos componen las melodías que acompañarán la historia.

Inauguración de Cortylandia en Madrid.
Inauguración de Cortylandia en Madrid. (Mateo Lanzuela / Europa Press)

El montaje se realiza entre octubre y noviembre, dura aproximadamente dos semanas y requiere de un equipo de unas 40 personas que cuidan hasta el último detalle. Porque el espectáculo es más que unas figuras mecánicas bailando: Cortylandia mide unos 40 metros de ancho por 14 de alto y está construido con madera, escayola, poliéster, poliestireno expandido, cables, tubos y un montón de pequeñas piezas que, combinadas, logran que cada muñeco cobre vida.

Los primeros títeres mecánicos fueron encargados a especialistas alemanes, pero, desde hace décadas, El Corte Inglés mantiene un equipo propio que programa, mantiene y renueva los personajes año tras año. Cada edición se convierte en un pequeño milagro de ingeniería y creatividad que transforma un simple escaparate en un mundo lleno de fantasía.

La melodía que marca a generaciones y la tradición que nunca se apaga

Y, cómo no, está la música. La banda sonora de Cortylandia es tan icónica como los propios muñecos. El responsable es el compositor Álvaro Nieto, autor también del famoso villancico publicitario de “Vuelve, a casa vuelve, por Navidad” de El Almendro. Nieto creó la melodía que todos hemos tarareado alguna vez, una canción pegadiza, con estribillo fácil y un mensaje que invita al espíritu navideño.

Sin embargo, aunque Cortylandia desprenda alegría, no todos los años han sido fáciles, y en 2020 la pandemia obligó a interrumpir el espectáculo. Ese año, Cortylandia no pudo recibir a los espectadores frente al escaparate, pero la fachada se decoró y se proyectó un cuento navideño en pantalla, manteniendo el espíritu vivo, aunque la magia fuera en formato digital.

Pero lo cierto es que, en estas casi cinco décadas, Cortylandia ha sabido renovarse sin perder su esencia. Cada edición trae nuevos mundos, nuevos personajes y nuevas historias, pero siempre respetando la tradición que lo hizo popular, y es ser un punto de encuentro en Navidad, un espacio de ilusión donde lo infantil se mezcla con la nostalgia de los adultos.