Un hombre intenta robar un huevo Fabergé inspirado en James Bond y valorado en 18.300 euros comiéndoselo: se encuentra bajo supervisión médica y custodia policial

El colgante sustraído en Auckland destaca por su elaboración en oro de 18 quilates, esmalte verde, decenas de diamantes, zafiros y una figura de pulpo miniatura rematada con ojos de diamante negro

Guardar
Uno de los 50 huevos
Uno de los 50 huevos Faberge (REUTERS/Peter Nicholls)

El robo de un colgante Fabergé en una joyería de Auckland ha despertado una curiosa atención internacional. El presunto ladrón no lo sacó en un bolsillo ni debajo de la ropa: optó por tragarse la joya justo antes de ser detenido.

El suceso, ocurrido en pleno centro de la ciudad, acabó con un arresto inmediato y una joya de gran valor atrapada en un lugar inusual. La policía tuvo que actuar rápido ante el riesgo y las complicaciones asociadas a la peculiar “táctica” del sospechoso.

El hombre, de 32 años, permanece bajo vigilancia médica y custodia policial mientras la historia sigue su curso judicial y la joya su curso digestivo.

Un huevo Fabergé y una maniobra insólita

El incidente se registró el viernes pasado en torno a las 15:30. Según el relato oficial, el personal de la joyería detectó la desaparición del colgante y avisó a la policía, que en minutos intervino y localizó al sospechoso dentro del mismo establecimiento. Durante la intervención, comprobaron que la joya no estaba oculta entre las pertenencias del detenido, sino que había sido ingerida intencionadamente.

Un insólito robo en Auckland:
Un insólito robo en Auckland: un hombre se traga un colgante Fabergé inspirado en James Bond (Credit: Faberge)

El objeto en cuestión, un colgante Fabergé de edición especial conocido como “James Bond Octopussy Egg”, está tasado en 33.585 dólares neozelandeses, cerca de 18.300 euros. Su diseño incluye oro amarillo de 18 quilates, esmalte verde guilloché, 60 diamantes blancos y 15 zafiros azules, además de una miniatura de pulpo de oro en el interior, adornada con dos ojos de diamante negro. Tanto la denominación como la decoración hacen un guiño directo a la película de 1983 protagonizada por James Bond, centrada en el tráfico de huevos Fabergé.

Tras la detención, el acusado fue trasladado para una evaluación médica y se mantiene desde entonces bajo estricta supervisión de un agente, a la espera de que los sanitarios determinen cómo proceder para recuperar la pieza. El colgante permanece en el aparato digestivo del sospechoso, lo que complica tanto el proceso policial como la recuperación física de la joya, debido a la delicadeza de la misma y al valor económico que representa.

La causa judicial no se limita a este episodio. Según consta en los documentos y la comunicación de las autoridades, el mismo hombre también está imputado por el robo de un iPad a mediados de noviembre y por la sustracción de diversos productos domésticos y arena para gatos valorados en unos 55 euros. El acusado ha sido puesto en prisión preventiva y tiene pendiente una nueva vista con el tribunal el próximo 8 de diciembre.

Este caso ha vuelto a poner en el centro de la actualidad la marca Fabergé, sinónimo de lujo y exclusividad desde su fundación en San Petersburgo en 1842. Los huevos y joyas de este taller histórico mantienen cotizaciones récord en subastas internacionales: días antes del robo de Auckland, uno de los 50 Huevos Imperiales creados para los zares Alejandro III y Nicolás II alcanzó las 22,9 millones de libras (unos 26.205.615 euros), consolidándose como la pieza de Fabergé más valiosa jamás vendida. Solo siete de estos tesoros permanecen en manos privadas; el resto están en museos o se encuentran en paradero desconocido.

Mientras se determina el desenlace judicial y médico del caso, el colgante robado sigue fuera de circulación. El suceso ha trascendido por la peculiaridad de la maniobra, la referencia al universo de James Bond y el interés que, más de un siglo después de su creación, aún generan los diseños de Fabergé alrededor del mundo.