
Bruno Gómez-Acebo, primo del rey Felipe VI, y Bárbara Cano de la Plaza han puesto fin a su matrimonio tras 23 años juntos. Aunque la ruptura se produjo hace algo más de un año, no ha sido hasta ahora cuando ambos han confirmado la noticia.
Pese a que hacen vidas por separado, los dos tienen claro que su situación legal no va a cambiar, al menos de momento. “No habrá divorcio”, han asegurado a la revista ¡HOLA!, medio que adelanta la noticia, dejando claro que no planean formalizar su nueva situación.
El hijo de la infanta Pilar de Borbón, la hermana mayor del rey Juan Carlos I, fallecida en 2020, y de Luis Gómez-Acebo, tiene 54 años y atraviesa una etapa marcada por importantes pérdidas familiares. En 2024, con apenas cinco meses de diferencia, fallecieron sus hermanos Fernando y Juan, el primero a los 49 años debido a una insuficiencia respiratoria y el segundo, a los 54, víctima de un cáncer.

En declaraciones a la citada publicación, el aristócrata reconoce que ha vivido meses muy complicados: “El comienzo fue muy doloroso y difícil, pero ha pasado un año y ahora lo veo todo con perspectiva”. Pese a los obstáculos, mantiene una relación cordial con Bárbara, con quien compartió más de dos décadas de vida y tres hijos: Alejandro, nacido en 2004; Guillermo, en 2005; y Álvaro, en 2011.
Unidos en lo laboral y en lo profesional
Bruno y Bárbara se conocieron en los años noventa y se casaron en 2002. Siempre alejados del foco mediático, formaron una de las parejas más discretas del entorno Borbón-Gómez-Acebo. A lo largo de su matrimonio, compaginaron sus trayectorias profesionales con su faceta más solidaria, especialmente a través de la fundación ATIENDE, dedicada a la inclusión de niños con trastornos del espectro autista. Sin embargo, el proyecto, el cual Bárbara presidió durante más de una década, echó el cierre hace un año, coincidiendo con su ruptura.
Actualmente, Bruno Gómez-Acebo ejerce como vicepresidente de la consultora financiera Boreal Capital, con sede en Miami, aunque viaja con frecuencia a Madrid para estar cerca de sus hijos. Ha desarrollado una sólida carrera en el ámbito financiero y empresarial, participando en la gestión del patrimonio familiar y en distintos proyectos inmobiliarios.

Por su parte, Bárbara Cano, licenciada en Dirección de Empresas y Marketing, ha decidido emprender un nuevo camino profesional. Ha fundado su propio estudio de paisajismo, centrado en el diseño de jardines privados, una pasión que, según ha explicado, la llena de energía y le aporta serenidad. “Lo vivo como un regalo y una oportunidad”, afirmó recientemente.
El matrimonio compartía una vivienda en el madrileño barrio de Aravaca, que continuará siendo el hogar familiar. Aunque sus vidas han tomado rumbos diferentes, ambos insisten en que su vínculo seguirá basado en el “respeto” y el “compromiso común”. Dos palabras que, según sus allegados, resumen la manera en la que Bruno y Bárbara han decidido afrontar esta nueva etapa tras más de veinte años de historia en común.
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