Echar sal a las plantas: beneficios y cómo usar este truco correctamente

Aplica los pasos correctamente para no dañar la planta

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Una imagen de recurso en la que se añade esta solución

La sal es uno de los condimentos más habituales en los hogares españoles. Esta se suele usar para preparar diferentes recetas, sin embargo tiene otra utilidad que mucha gente desconoce.

Se trata de su uso como fertilizante para las plantas. Este es un método más económico y natural en comparativa con otros. De acuerdo con la revista especializada AD 25, este mineral, presente en casi todas las cocinas, puede aportar diferentes beneficios para las plantas.

Beneficios de la sal para tus plantas

El primer aporte de la sal en la jardinería se vincula con la provisión de dos elementos: sodio y cloruro. Añadir pequeñas cantidades de este mineral suministra dos elementos que, aunque presentes en menor cantidad que otros nutrientes como el potasio o el nitrógeno, cumplen funciones esenciales.

El sodio resulta especialmente útil en suelos pobres en potasio, ya que puede sustituir a este último en ciertos procesos fisiológicos de la planta, como la regulación de la humedad y el intercambio de nutrientes.

De estas formas, nuestras plantas estarán más saludables

Por otra parte, el cloruro posee propiedades antimicrobianas que favorecen la prevención de enfermedades en las raíces y contribuyen a mantener el equilibrio osmótico en las células vegetales. Esto mejora la capacidad de la planta para absorber agua y nutrientes, lo que revierte en un desarrollo más vigoroso.

Esta solución también puede reforzar la resistencia de las plantas a ciertas plagas y estimular la cicatrización de tejidos dañados. “El uso de sal como fertilizante puede potenciar la absorción de nutrientes y hacer a las plantas más resistentes frente a enfermedades”, detalla la revista.

Cómo preparar la mezcla

La elaboración de fertilizante de sal casero es sencilla y asequible. AD 25 recomienda emplear sal marina no refinada, ya que es la que mejor se adapta. Basta con disolver una cucharada de sal en cuatro litros de agua.

Es fundamental asegurarse de que la sal se integre por completo antes de usar la mezcla. El preparado puede almacenarse en un recipiente cerrado, guardado en un lugar fresco y oscuro para conservar su efectividad.

Aplicación y frecuencia

Esta solución debe aplicarse una vez al mes. Puede utilizarse un pulverizador para rociar directamente sobre las hojas o bien regar la base de la planta, evitando empapar el sustrato en exceso. Antes de aplicar a todas las plantas, es recomendable probar en una de ellas para ver como reacciona.

Precauciones y advertencias

El uso de sal como fertilizante requiere especial atención para evitar daños en las plantas y el suelo. La acumulación de sal en el sustrato puede provocar efectos negativos como deshidratación, quemaduras en las raíces y deterioro general del crecimiento vegetal.

Si después de la aplicación se observan hojas amarillentas, bordes secos o caída prematura de hojas, es fundamental suspender el uso de la solución de inmediato y regar con abundante agua limpia para ayudar a eliminar residuos. Se aconseja emplear este método con moderación y siempre evaluar la cantidad de sal que se emplea para no excederse.