
Hay un famoso refrán español que dice que dos personas no se pelean si una no quiere. Si una gran parte de tus conversaciones acaban en una discusión o sueles pelearte con frecuencia con la gente que te rodea, a lo mejor no se trata únicamente del resto.
En una época en la que la polarización está ganando protagonismo en la mayoría de sectores, es importante tener en cuentas que una conversación no tiene que acabar en una discusión. Una de las premisas iniciales para que la conversación pase a la confrontación es hacer un ejercicio de empatía.
Según explica el filósofo José Carlos Ruiz para el medio SFP Versilia, “la gente no quiere conversar, quiere convencer al otro”. En muchos casos se va con una idea predeterminada y no se escucha la opinión ajena, lo que supone un detonante para que la conversación derive en una discusión.
“Cuando contradecimos a alguien, no es por lo que dice, sino por el tono que usa”
Muchos expertos en diferentes materias han hablado acerca de este problema. Uno de los que más huella ha dejado es el famoso filósofo Friedrich Nietzsche. “Cuando contradecimos a alguien, no es por lo que dice, sino por el tono que usa”, explicó el alemán.
Y es que a la hora de tener una conversación no solo importan las palabras que se utilizan. El tono con el que se habla y la comunicación no verbal que se emplean son igual de influyentes. Por este motivo es esencial entender que una conversación sirve para que ambas partes se entiendan o lleguen a un punto en común.
Para la filósofa Agnes Callard, que tiene 49 años y se ha especializado en las interacciones sociales actuales, tiene que haber un interés genuino. “Quien pregunta debe tener un interés real en escuchar la respuesta, y quien responde debe tener un interés real en responder la pregunta”, comenta para el medio SFP Versilia.
Consejos para afrontar una conversación con un buen enfoque
Si eres una de esas personas que no es capaz de tener una conversación sin enfadarse, hay algunos consejos que te pueden ayudar a cambiar este enfoque. Una de las cosas que debes tener claras es que no todo el mundo va a estar de acuerdo con tu opinión. Aunque te parezca que estás argumentando la opinión más lógica que existe, no todas las personas van coincidir contigo. Si ves que te empieza a molestar la actitud de la otra persona, cambia de tema.
Es fundamental saber escuchar. No intentes adivinar lo que te va a decir, espera a que se explique antes de formular una respuesta. También es importante que no corrijas al resto. Interrumpir a alguien para señalar un fallo suele ser un acto que está mal visto y que puede conducir al enfado.
Tienes que ser modesto. Pese a que sepas más que la otra persona, no tienes que intentar dejarle en ridículo ni humillarle intelectualmente. Por último, no mires tu móvil. Cuando se mantiene una conversación, tu contraparte debe sentirse escuchada y apreciada.
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