Una soltera de ‘First Dates’ saca unas esposas para decirle a su acompañante nudista si quiere una segunda cita: “Se siente mucho placer, es muy intenso”

Los dos solteros tenían claro que no soportan la convivencia ni los compromisos

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Pedro y Daniela en su
Pedro y Daniela en su cita de First Dates (Montaje Infobae, Cuatro)

Pedro es un hombre de 54 años, simpático y alegre, que se presentó en First Dates con un perfil poco convencional. “Me encanta España por su gastronomía, su tiempo, su naturaleza y porque siempre hay una zona cruising”, comentó al conocer a Carlos Sobera, el presentador del programa. Durante su cita, el soltero reveló su estilo de vida naturista, algo que practica tanto en casa como en sus escapadas a campings naturistas, aunque, “si llama el cartero, me tapo un poco”, bromeó. Además, confesó su pasión por el mundo del motor, los tatuajes y los piercings, mencionando que cuando le practican sexo oral con el piercing del Príncipe Alberto, “se siente mucho placer, es un placer muy intenso”.

En cuanto a su sexualidad, Pedro se definió como bisexual y expresó su atracción por las ladyboys trans con pene, afirmando que “son más sensuales”. Aunque ha tenido relaciones con hombres, su preferencia para una relación estable es con una mujer. También compartió su amplio historial sexual, mencionando haber probado “intercambio de parejas, tríos, orgías… todo”. Su objetivo en First Dates era encontrar una mujer cariñosa y pasional, que aceptara las relaciones abiertas, ya que, según él, “puede ser que no sea fiel”.

Su cita, Daniela, también tiene una visión flexible de las relaciones. Le gustaron las relaciones abiertas porque no soporta la convivencia ni los compromisos. Al conocer a Pedro, le confesó que se esperaba a alguien “más alto, un poco más delgadito”, pero rápidamente comenzó a sentirse atraída por él. Pedro, por su parte, no dudó en elogiarla: “Es alta, maja, un físico muy bonito”. “Se te ve muy simpática”, le dijo.

“Me gusta, me pone, me excita la mala hostia”

"First Dates" es un programa de Cuatro en el que personas desconocidas comparten una cena en un restaurante y, tras conocerse, deciden si quieren tener una segunda cita fuera del programa.

La conversación entre ambos fue fluida. Pedro le preguntó directamente si había tenido pareja, y Daniela le contó que había estado con el padre de sus hijos y luego, con una pareja durante seis años en España. Pedro, que es conductor de autobuses y ha vivido siempre viajando, confesó que nunca había tenido pareja debido a su trabajo. En ese momento, el soltero le explicó que buscaba una relación abierta porque se sentía “muy mayor, son 54, camino de 55”, y Daniela se mostró de acuerdo, ya que también prefería evitar las relaciones convencionales y las comunicaciones excesivas como “buenos días, buenas noches, ¿Qué vas a comer hoy?”.

En cuanto a cómo debe ser su pareja ideal, Pedro expresó que buscaba a alguien simpático, sin mal carácter. Sin embargo, al notar que Daniela tenía “mucha personalidad”, lo que él interpretó como “mala hostia”, comentó: “Me gusta, me pone, me excita la mala hostia”. Daniela, por su parte, le confesó que no era muy sexual, pero le gustaba experimentar y ver cosas nuevas. Pedro, quien es un entusiasta de la experimentación sexual, mencionó que había ido a locales liberales, algo que le agradó mucho a Daniela, quien se mostró dispuesta a que la acompañara a esos sitios.

La cita continuó con una anécdota graciosa de Pedro, quien había mencionado previamente su afición al naturismo. Daniela le dijo que ella también vivía en el campo, pero Pedro no entendió que se refería a ser nudista, lo que provocó en él un ataque de risa. “Yo que he pensado ‘voy a tener cuidado para no salir en TikTok y me ha salido la perla esa”, comentó entre risas, mientras intentaba evitar comentarios que pudieran volverse virales.

Pedro y Daniela en su
Pedro y Daniela en su cita de First Dates (Cuatro)

Pedro, al ver a Daniela, no pudo evitar imaginarla sin ropa. “Buen culo, buenas tetas…”, pensó para sí mismo. La conversación siguió fluyendo, y cuando ambos compartieron su deseo de hacer un crucero, Daniela le propuso la idea de hacerlo juntos. Su cita tenía claro que quería repetir la cita, pero Daniela no estaba dispuesta a hacerlo fácil. En un giro sorprendente, durante la decisión final, sacó unas esposas de su bolso y, con una sonrisa traviesa, le dijo que si se ponía el otro extremo en la muñeca sería un si, pero si lo anclaba a la mesa sería un no. Pedro, divertido, no dudó en decir que esperaba que ella fuera la que se la pusiera, y no se equivocó.