Ni aguacate ni piña: cuál es la fruta tropical que protege el corazón, regula el colesterol y es un antioxidante natural

Esta fruta es una aliada del bienestar gracias a sus múltiples propiedades nutricionales

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Bol de frutas (Shutterstock)
Bol de frutas (Shutterstock)

Entre las frutas tropicales más apreciadas del mundo, hay una que destaca por su sabor, hasta el punto de haber conquistado los paladares en todo el mundo. El mango es fuente de propiedades nutricionales y terapéuticas que aportan importantes beneficios al organismo, siendo ideal para quienes buscan mejorar su salud de forma natural.

La nutricionista Tatiana Zanin ha recogido todos los beneficios que el consumo del mango puede aportar a la salud, también reseñados por la Fundación Española de Nutrición (FEN). Desde proteger el sistema digestivo hasta cuidar la piel, esta fruta es una aliada del bienestar.

Mango (AdobeStock)
Mango (AdobeStock)

Un aliado para el sistema digestivo

Uno de los principales aportes del mango a la salud es su capacidad para mejorar el funcionamiento del sistema digestivo. Gracias a su contenido en fibra dietética, especialmente la pectina, esta fruta estimula el tránsito intestinal y ayuda a combatir el estreñimiento de forma eficaz.

Además, el mango contiene enzimas digestivas como la amilasa, que facilitan la descomposición de los alimentos y mejoran la absorción de nutrientes. Su consumo regular puede ser especialmente útil para personas con digestión lenta o trastornos intestinales leves.

Combate la gastritis

La gastritis, una afección que afecta a millones de personas en el mundo, puede encontrar alivio en el consumo moderado de mango. Diversos estudios han señalado que los compuestos bioactivos de esta fruta, como los polifenoles y ciertos flavonoides, poseen propiedades antiinflamatorias que ayudan a proteger la mucosa gástrica.

Esto puede reducir la irritación del estómago y contribuir a una recuperación más rápida en quienes padecen de inflamación gástrica leve o moderada. A diferencia de otros alimentos ácidos o irritantes, el mango, en su punto justo de madurez, es bien tolerado por muchas personas con estómago sensible.

Antiinflamatorio y antioxidante natural

Más allá de su efecto digestivo, el mango es una fuente poderosa de antioxidantes naturales. La vitamina C, la vitamina E, los betacarotenos y diversos compuestos fenólicos presentes en su pulpa ayudan a neutralizar los radicales libres, responsables del envejecimiento celular y de múltiples enfermedades crónicas. Esta acción antioxidante también contribuye a reducir los procesos inflamatorios en el cuerpo, lo que lo convierte en un aliado en la prevención de enfermedades degenerativas, inflamatorias y autoinmunes.

Protege el corazón

La salud cardiovascular también se beneficia del consumo frecuente de mango. Esta fruta contiene nutrientes que ayudan a regular la presión arterial, como el potasio, y compuestos que disminuyen los niveles de colesterol LDL (conocido como colesterol “malo”).

Al reducir la inflamación y mejorar el perfil lipídico, esta fruta tropical puede desempeñar un papel importante en la prevención de enfermedades como la hipertensión, la arteriosclerosis y el infarto de miocardio. Incorporarlo en la dieta, acompañado de otros hábitos saludables, contribuye a mantener el corazón en buen estado.

Fortalecimiento del sistema inmunológico

En tiempos donde la prevención de enfermedades se vuelve cada vez más importante, el mango destaca por su capacidad de reforzar el sistema inmune. Su alta concentración de vitamina C ayuda al cuerpo a defenderse mejor frente a virus, bacterias y otros agentes patógenos.

Además, contiene vitamina A, fundamental para el buen funcionamiento del sistema inmunológico y para mantener en buen estado las mucosas que actúan como primera barrera defensiva frente a infecciones.

Romina Pereiro habla de la importancia de una alimentación equilibrada para fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Beneficios visibles en la piel

No solo el interior del cuerpo se ve beneficiado por el mango. La piel también refleja sus efectos positivos. El consumo regular de esta fruta puede mejorar la apariencia de la piel, aportando luminosidad y reduciendo imperfecciones.

Sus antioxidantes y vitaminas ayudan a combatir el envejecimiento prematuro, estimulan la producción de colágeno y favorecen la cicatrización de heridas. Algunos tratamientos naturales incluso utilizan la pulpa de mango como mascarilla para revitalizar la piel de forma externa.