¿Tengo que entregar la declaración de la Renta si me sale a pagar, pero cobro menos de 22.000 euros?

Aunque no todas las personas están obligadas a presentar la declaración de la Renta, es importante evaluar cada caso de manera individual para saber qué es lo más conveniente de cara al presente y al futuro

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La Campaña de la Renta
La Campaña de la Renta comenzará el 2 de abril y la fecha límite será el próximo 30 de junio. (Impulso 06)

Cada año, durante la campaña de la Renta, miles de contribuyentes en España se enfrentan a una situación que genera dudas: no están obligados a presentar la declaración de la Renta según los límites establecidos por la Agencia Tributaria, pero al revisar su borrador, descubren que el resultado es a pagar.

Ante este escenario, surge una pregunta clave: ¿es necesario presentar la declaración en estos casos? La respuesta depende de varios factores, y además no es igual para todas las personas, por lo que es conveniente informarse bien con el objetivo de que no haya ningún tipo de problema que pueda acarrear incluso sanciones económicas.

Límites de ingresos que determinan la obligación de declarar

Antes que nada, y de acuerdo con la normativa fiscal vigente, hay que saber que existen límites de ingresos que eximen a ciertos contribuyentes de la obligación de presentar la declaración de la Renta.

Estos límites varían según el tipo de ingresos percibidos, y aunque siempre hay que analizar el caso de cada uno, se puede decir que en términos generales, los principales umbrales son los siguientes:

  • Si el contribuyente tiene un único pagador, como una empresa o una pensión, el límite de ingresos anuales es de 22.000 euros.
  • En caso de contar con más de un pagador, el límite se reduce a 14.000 euros, siempre que los ingresos del segundo y posteriores pagadores superen los 1.500 euros.
  • Para rendimientos del capital mobiliario y ganancias patrimoniales sujetos a retención, el límite es de 1.600 euros.
  • Otros rendimientos sujetos a retención tienen un límite de 1.000 euros.

Si los ingresos de una persona no superan estos límites, no está obligada a presentar la declaración. Sin embargo, esto no significa que no pueda hacerlo ni que sea siempre lo más conveniente. Y este es el punto clave de la cuestión.

Cuánto tarda Hacienda en devolver la declaración de la Renta.

¿Qué sucede si el borrador indica un resultado a pagar?

Aunque no exista la obligación de declarar, según los parámetros económicos que se han mencionado antes, el hecho de que el borrador muestre un resultado a pagar puede generar confusión.

En este caso, el contribuyente tiene dos opciones principales: no presentar la declaración, ya que no está obligado a hacerlo, o presentarla y asumir el pago correspondiente. La decisión dependerá de varios factores, como el origen de los ingresos, las posibles deducciones aplicables y la planificación fiscal a largo plazo.

Un abogado especializado en derecho tributario, citado por EOM Equipo Jurídico, un despacho de abogados de Jaén, señala que no hay una única respuesta válida para todos los casos. Cada situación debe analizarse de manera individual para determinar cuál es la mejor opción desde el punto de vista fiscal.

No presentar la declaración puede parecer la opción más sencilla en caso de no estar obligado. Y además la menos agobiante, teniendo en cuenta que puede suponer un gran inconveniente tener que realizar un pago cuando no se esperaba. Pero esta decisión podría tener implicaciones a largo plazo. Por ejemplo, si en el futuro el contribuyente necesita justificar sus ingresos o acceder a ciertos beneficios fiscales, la ausencia de una declaración podría complicar el proceso.

Además, en algunos casos, presentar la declaración puede ser beneficioso incluso si el resultado es a pagar. Esto se debe a que podría permitir al contribuyente acceder a deducciones o beneficios fiscales que no se reflejan automáticamente en el borrador.

Ante la complejidad de la normativa fiscal y las posibles implicaciones de no presentar la declaración, lo más recomendable es consultar con un abogado o asesor fiscal.

Y es que un profesional con experiencia en derecho tributario puede analizar la situación específica del contribuyente y ofrecer orientación personalizada. Esto es especialmente importante en casos donde los ingresos provienen de múltiples fuentes o cuando existen dudas sobre la aplicación de deducciones.