
Nadie podía imaginarse que cuando Pablo Iglesias anunció su salida de la política, se reinventaría para convertirse en empresario, pero así fue. Hace un año, en marzo de 2024, el que fuera líder de Podemos anunciaba la inauguración de su primer local, Taberna Garibaldi, un bar ubicado en uno de los barrios más icónicos de Madrid, Lavapiés.
Para este nuevo proyecto empresarial, el exsecretario general de la formación morada se unió al poeta Sebastián Fiorilli y al cantautor Carlos Ávila, con los que puede celebrar el primer año de vida de este local que no deja de ganar popularidad.
Uno de sus principales atractivos es justamente que sea propiedad de Iglesias, pues muchos curiosos se acercaron a él —especialmente en los primeros meses— para ver si le veían. Pero poco a poco el negocio se estableció para demostrar que podía tener proyección. 12 meses después, la taberna ha mantenido su espíritu y sigue siendo un espacio de comida y bebida que también es escenario de encuentros culturales, presentaciones de libros, lecturas de poesía y conciertos en acústico.

La combinación de gastronomía y cultura sigue en pie y gusta mucho a sus clientes. Esto es al menos es lo que aseguran ellos mismos en Google, donde Taberna Garibaldi cuenta con más de 500 reseñas y una puntuación media de 3,9 sobre 5. Lo que destacan es el buen trato por parte del personal, en contraposición al precio. “2,50 el botellón. El precio no ayuda”, escribe una persona que acudió a tomar algo, a lo que otra añade que la “comida es en general cara, rica pero poca cantidad”.
Pese a ello, la opinión más común es positiva. El ambiente, la comida casera, el trato y la decoración son de las cosas que más gustan. Por supuesto, son muchos los que quieren dejar claro que acudieron por ser el bar de Pablo Iglesias y que finalmente salieron contentos con la visita.
Los empleados, contentos
El público no es el único que hace un balance de la Taberna Garibaldi, y es que sus empleados también están contentos. Así lo refleja el portal de empleo Infojobs, en el que los trabajadores pueden opinar y votar a sus empresas. Este bar cuenta con una puntuación de 4,4 sobre 5 y más de 20 opiniones que refutan que se trata de “un buen lugar de trabajo”.

Buena parte señala que tanto los empleadores como los compañeros son “excelentes”, si bien podría mejorarse el salario.
Nombres con mensaje
Una de las cosas que más llaman la atención del bar de Pablo Iglesias es el nombre de sus platos y bebidas. Tanto él como sus socios han querido dejar claros sus ideales políticos en todo momento, de ahí que haya platos como el ‘Salmorejo Partisano’, en referencia a las organizaciones clandestinas de resistencia en la Segunda Guerra Mundial; las ‘Enchiladas Viva Zapata’, dedicadas al guerrillero de la revolución mexicana Emiliano Zapata; o el cóctel ‘Durruti Dry Martini’, en recuerdo a Buenaventura Durruti, sindicalista y anarquista español.
Sobre el nombre de esta bebida, cabe recordar que a unas horas de la apertura, la fachada del establecimiento apareció llena de pintadas en las que se pedía la retirada del cóctel por hacer referencia al revolucionario leonés.
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