Se conoce como círculo polar ártico a la región más al norte del planeta, delimitada por uno de los cinco paralelos que dividen la Tierra. Es una región que abarca tres continentes: Asia, América del Norte y Europa, y en el que hay territorio de hasta ocho países diferentes: Noruega, Suecia, Finlandia, Rusia, Estados Unidos, Canadá, Groenlandia e Islandia. Allí, la temperatura media oscila entre los menos 40 grados bajo cero en invierno y los 0 grados en verano.
Se trata, por lo tanto, de una zona con unas condiciones muy duras para la vida, lo que no evita que hasta cuatro millones de personas residan en su extensión. Además, es un territorio muy visitado por turistas, que quieren ver las auroras boreales o visitar el único punto del planeta, junto con el círculo polar antártico, en el que el sol no se pone durante 24 horas continuas una vez al año. Personas como el francés Jean Phillipe Vanier, que decidió recorrer, en una caravana, las carreteras de Noruega.
Un compañero desaparecido
Fue en esta travesía cuando el señor Vanier perdió a uno de sus acompañantes en esta larga travesía. Y es que, junto a él, iban un perro y un gato, llamado este último Moustik y desaparecido cuando, hace seis meses, salió del vehículo para dar un paseo y no volver a ser visto. “Pensé que estaba debajo de la cama y, a 50 kilómetros de distancia, me di cuenta de que ya no estaba allí”, ha explicado el hombre al canal France 3 Normandie. Al darse cuenta, volvió por donde había venido para intentar rescatar a su amigo, pero no logró encontrarlo.
Así, Vanier recorrió los fiordos sin obtener resultado alguno, motivo por el cual acabó decidiendo pedir ayuda en redes sociales. Colgó diferentes imágenes sobre su gato en su cuenta y pidió ayuda para encontrarlo, una empresa para la que, sorprendentemente, se apuntaron más de 25.000 personas, que decidieron ir hasta los fiordos en busca del felino. A pesar de esto, durante más de seis meses no hubo noticias de Moustik, motivo por el cual Vanier estaba cada vez más cerca de perder las pocas esperanzas que ya le quedaban.
Sin embargo, no hace mucho el hombre recibió una llamada sorprendente. Una familia se había encontrado con el gato extraviado en un cobertizo del jardín de su casa. Moustik estaba muy delgado y muy débil, cubierto de nieve. La familia lo llevó al veterinario, de hecho, y este aseguró que no podría haber sobrevivido ni una sola semana más. “Creo que Moustik es un milagro”, aseguró su amo a la cadena de televisión. El animal casi pierde la cola, una extremidad que sufrió mucho las condiciones climatológicas a las que estuvo expuesto el felino durante ese medio año. Al final, por suerte, también pudieron salvársela.
Finalmente, Vanier y su compañero, cada vez más recuperado, han podido volver a Normandía, región francesa en la que residen habitualmente, junto al perro que también vive con ellos.