La orden de no presionar a ERC y el hermetismo envuelven las negociaciones en Cataluña en plena campaña de las europeas

Tras las elecciones del pasado 12 de mayo en Cataluña, el líder del PSC y ganador de los comicios, Salvador Illa, y el candidato de Junts, Carles Puigdemont, buscan el apoyo de ERC para una investidura. Aunque el escenario quedó totalmente abierto, ya que el bloque independentista (Junts, ERC y la CUP) no alcanza la mayoría absoluta por sí solo, los socialistas tienen más posibilidades de llegar a la Generalitat. En este sentido, fuentes del PSC confirman a Infobae España que la estrategia decretada por Illa pasa por “guardar la máxima discreción y no presionar a ERC”.

Además de los comunes, Salvador Illa necesitaría atraer el difícil, pero no imposible apoyo de ERC (aliado de los socialistas en el Congreso), mientras que a Carles Puigdemont le haría falta una abstención del PSC, algo que el partido socialista catalán ha rechazado tajantemente. No obstante, antes del debate de la investidura hay una parada importante que marcará las negociaciones posteriores: la elección de los nuevos miembros de la Mesa del Parlament, que debe constituirse el próximo 10 de junio.

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Se da la circunstancia de que las conversaciones de cara a esta cita se producen en plena campaña de las elecciones europeas del 9 de junio, lo que explica que estén cubiertas por el manto del silencio. “Es un pacto tácito hasta que pasen las elecciones”, comentan fuentes de la parte socialista del Ejecutivo, que dejan la pelota de las negociaciones en el tejado de Salvador Illa.

Tanto es así que desde el Gobierno descartan realizar acciones que “interfieran” en dichas negociaciones, como podría ser un eventual encuentro entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont una vez se apruebe la amnistía este jueves. Como colofón a la norma, el presidente del Gobierno anunció su intención de reunirse con el expresidente de la Generalitat y candidato de Junts, pero ante las intenciones de este último de presentarse a una investidura, en Moncloa no aseguran que esa foto llegue a producirse antes de que se resuelva la situación política en este territorio.

Lo cierto es que las conversaciones para la investidura se han visto influidas por un calendario endiablado, que contempla la importante cita con las urnas del próximo 9 de junio. Varias fuentes conocedoras aseguran que se están produciendo ya contactos para la configuración de la Mesa del Parlament (presidencia del Parlament, dos vicepresidencias y cuatro secretarías), pero estas quedan en segundo plano ante la prioridad de la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo.

Todos los partidos implicados en la formación del próximo Govern (PSOE, Junts, ERC y los comunes, en coalición con Sumar) se la vuelven a jugar en menos de dos semanas, por lo que sus máximos dirigentes evitan dar detalles o hablar sobre las negociaciones en Cataluña. Más allá de las conversaciones de cara la investidura, cuya primera fecha tendrá que ser antes del 25 de junio, las negociaciones para la Mesa están abocadas a seguir envueltas en el máximo hermetismo.

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Solo unas horas después del cierre de los colegios, los grupos políticos catalanes decidirán, ni más ni menos, sobre la Presidencia del Parlament, un premio que podría caer en manos de ERC. Por ello, en el PSC asumen que deberán llegar a esa fecha con los deberes hechos, pues esa primera negociación, en plena campaña electoral, marcará el devenir de la siguiente etapa: la elección del candidato a la investidura. Y, en este punto, Illa y Puigdemont mostraron su intención de luchar por este puesto.

En todo caso, los republicanos, conscientes de su importancia para decantar la balanza hacia un lado u otro, quieren separar una negociación de la otra. Asimismo, en ERC descartan que puedan llegar a un acuerdo de investidura con Junts o PSC antes del 10 de junio. Y, en cualquier caso, fuentes republicanas inciden en que será la militancia la que decida la posición del partido ante el debate de investidura.