El Barcelona se hace con La Liga tras ganar al Espanyol: un título en medio de la tormenta

El equipo azulgrana cumple en el derbi en Cornellá y se convierte en campeón de la máxima competición española tres temporadas después

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Los jugadores del Barça celebran el título de Liga.
Los jugadores del Barça celebran el título de Liga.

El Barça vuelve a reinar en España. El conjunto catalán venció al Espanyol en Cornellá por 2-4 y conquistó su Liga número 27, la primera de Xavi como entrenador culé y la primera también desde el adiós de Leo Messi. Un ansiado trofeo que pone fin a la sequía de tres años sin poseer el cetro del fútbol español. El doblete de Lewandowski y los goles de Balde y Koundé decantaron el derbi, restituyeron al Barça en la cima nacional y hundieron al Espanyol, que ve como se le complica la salvación.

Un año y medio después de llegar al banquillo culé, Xavi Hernández ya ha conseguido una Liga que califica como “extraordinaria”. Su equipo ha demostrado poseer la mayor regularidad de todo el campeonato y ha sabido mantenerse en pie en los momentos más complicados. “Aquí hay muchísima crítica. No se valora suficiente el trabajo que se hace. Esto es el Barça y sé cómo es. Ya me pasó de jugador, pero este triunfo nos da seguridad para creer en el proyecto”, afirmó Xavi tras ganar el título liguero.

El caso Negreira de fondo

El éxito y tranquilidad sobre el terreno de juego contrasta con la polémica e inestabilidad que han rodeado a la directiva culé desde que se destapara el caso Negreira. El FC Barcelona pagó 7,5 millones durante más de una década al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, Enríquez Negreira, a cambio de unos presuntos informes de asesoramiento arbitral. Con la reputación internacional bajo mínimos, está por ver qué decide la justicia y los máximos organismos europeos, como la UEFA, que podría dejar al club un año fuera de la Champions.

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Pero los vaivenes en los que se vio envuelta la directiva azulgrana nunca llegaron a traspasar la frontera del terreno de juego. Xavi unió al grupo y blindó al vestuario para que sus jugadores se centraran en lo estrictamente deportivo. Y en medio de toda esa tormenta, el Barça encontró la calma. Tras una gran primera vuelta en la que cosechó 50 puntos, el club catalán encadenó siete triunfos consecutivos que lo dejaron como líder destacado. Lo consiguió sin seguir el ‘ADN Barça’, desplegando un tipo de fútbol en ocasiones criticado por el técnico azulgrana, pero cuya solvencia les ha permitido ganar el campeonato con catorce puntos de distancia respecto al Real Madrid y cuatro jornadas de antelación.

La Liga del ‘unocerismo’

“El Barça es el club más difícil del mundo porque no vale con ganar, sino hacerlo con una forma determinada de juego. A nosotros no nos vale con ganar 1-0 ”. Así de contundente resumió Xavi Hernández la filosofía del club catalán. Una idea de juego que durante su etapa como jugador se encargó de llevar a lo más alto, pero que como entrenador ha tenido que modificar para conseguir lo que marca el prestigio de un equipo: los títulos.

Marcar un gol y replegarse para defender la renta. Una idea de juego tan criticada como realizada por Xavi. Su equipo ha ganado 1-0 hasta en once jornadas distintas, récord de la competición. Así, convirtiéndose en lo que un día más criticó, ha gestado el técnico su primer gran éxito en el banquillo culé.

El dominio de las áreas, fundamental

El último mercado veraniego de fichajes del Barcelona estuvo marcado por las famosas palancas: desprenderse de activos del club para poder fichar. Con estas maniobras financieras, Alemany y Laporta consiguieron cuadrar el límite salarial para poder inscribir a Raphinha, Koundé, Kessié, Marcos Alonso, Christensen y Lewandowski. El delantero polaco llegó al Camp Nou como segundo máximo goleador de la historia del Bayern y decidido a poner fin a la sequía goleadora que asolaba al Barça desde la salida de Leo Messi.

Los futbolistas del Barça celebran el título de Liga (REUTERS/Albert Gea).
Los futbolistas del Barça celebran el título de Liga (REUTERS/Albert Gea).

A sus 34 años, y a falta de cuatro jornadas, Lewandowski acumula 21 goles en el campeonato doméstico, cifras que ningún futbolista culé ha logrado alcanzar desde la marcha de Leo Messi. El ariete polaco se convirtió en el hombre gol que tanto necesita un equipo para pelear por un título liguero. En más de una ocasión decantó del lado azulgrana partidos igualados y abocados al empate. “Es un ejemplo de implicación y compromiso”, llegó a decir Xavi sobre el atacante.

Aunque tan importante es marcar goles como no recibirlos. El dominio de las áreas es lo que convierte a un equipo en campeón. A la eficacia goleadora de Lewandowski se ha sumado durante toda la temporada una extrema solidez defensiva. Lo que en ocasiones ha criticado Xavi de otros equipos, lo hizo suyo para echar el cerrojo a su meta. Con una figura que emerge por encima de las demás, Ter Stegen. El meta alemán ha logrado el récord histórico del campeonato de imbatibilidades tras no encajar gol en 25 de las 34 jornadas disputadas.

Únicamente ha encajado trece goles y tiene a tiro el récord histórico liguero de menos goles encajados en una misma temporada. Lo comparten Liaño y Oblak, con 18 tantos. Esta superioridad en las áreas no hubiera sido efectiva sin la creatividad de Pedri, la competitividad de Gavi y el poderío de Araujo. Individualidades conducidas por un Xavi que han potenciado el colectivo. El resultado, un Barça campeón de Liga tres temporadas después.