Homeschooling: cuando la familia marca el rumbo de la educación de los hijos

Se estima que más de 5000 familias en la Argentina ya han incursionado en esta alternativa que poco tiene que ver con la educación virtual que se impuso en la pandemia

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El homeschooling es una alternativa a la educación tradicional. (REUTERS/Andrew Couldridge)
El homeschooling es una alternativa a la educación tradicional. (REUTERS/Andrew Couldridge)

En el último tiempo se ha despertado un gran interés en las madres y los padres por descubrir sistemas educativos alternativos que satisfagan las necesidades de aprendizaje de sus hijos. En esta búsqueda de la diversificación de la educación, las pedagogías innovadoras vienen a romper el paradigma tradicional educativo que tiene su origen en la escuela prusiana, para crear el concepto de una nueva escuela que ofrezca novedosas y mejores alternativas a sus estudiantes.

El amplio abanico de posibilidades al que hoy se puede acceder contempla los espacios de educación autodirigida, la pedagogía Waldorf, el método Montessori, la pedagogía Reggio Emilia, la pedagogía 3000, las escuelas en la naturaleza, los bachilleratos populares, entre otros. Estas alternativas educativas no convencionales, bien sea por sus prácticas pedagógicas o por su modelo de gestión, han venido tomando mucha fuerza en la Argentina. Algunas de ellas funcionan en el sistema formal (es decir, que fueron reconocidas por el Estado) y otras no.

Pero hay una alternativa educativa que se gestó a finales de la década de los 60 y que cada vez toma más fuerza alrededor del mundo. Se trata del Homeschooling, que, por cierto, poco tiene que ver con la escuela bajo su modalidad virtual que se ha experimentado durante lo corrido de esta pandemia. Es un modelo bajo el cual, las familias enseñan en sus hogares con un formato, en ocasiones, similar al de la escuela, respetando el ritmo y los intereses de cada estudiante, siguiendo una currícula más o menos flexible y con una carga horaria variada.

Más de 5000 familias en la Argetina adoptaron la modalidad del homeschooling. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)
Más de 5000 familias en la Argetina adoptaron la modalidad del homeschooling. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)

En la actualidad, desde la organización Homeschooling Argentina estiman que son aproximadamente 5000 las familias que llevan a cabo homeschooling hoy en el país. No es un número menor, teniendo en cuenta que se trata de una alternativa relativamente reciente. Lo que tampoco es menor, es la cantidad de obstáculos que se presentan para una familia que decide optar por esta alternativa para la educación de sus hijos. La cantidad de trabas es inmensa, abarca desde lo legal, que es en el mayor de los casos lo más complejo, hasta lo social, que implica la multiplicidad de opiniones del círculo que rodea a la familia que puede o no comulgar con la decisión.

Si bien, el homeschooling se da en la práctica, la realidad es que en materia legal pende de un hilo: el de la interpretación. No está expresamente prohibido, de manera que, quienes lo practican se amparan en el artículo 14 de la Constitución Nacional, que consagra el derecho a “enseñar y aprender”. Así mismo, la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 26, inciso 3, dice que “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”. En este sentido, las familias homeschoolers sostienen que está en cabeza de los padres la elección de la educación de los hijos, no del Estado. El problema radica en que la figura no está regulada, generando un tipo de vacío legal que trae a posteriori algunas complicaciones.

El momento de acreditar los aprendizajes suele ser en muchos casos el talón de aquiles de las familias homeschoolers. En nuestro país, únicamente las jurisdicciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Córdoba permiten que los niños, niñas y adolescentes rindan libre a partir de quinto grado. Lo que complica la situación de las familias que viven en cualquiera de las otras provincias del país. Algunas familias deciden, en la medida de sus posibilidades, certificar a distancia. Esto se lleva a cabo principalmente con escuelas de Estados Unidos a fin de revalidar su educación primaria y secundaria para poder acceder a la universidad.

La resistencia al homeschooling es política a la vez que social
La resistencia al homeschooling es política a la vez que social

Hay una gran parte de la sociedad y de la comunidad educativa que se opone a la práctica del homeschooling, sustentando que para los niños, niñas y adolescentes es indispensable la interacción social que se da en las escuelas. En su defensa, las familias homeschooler sostienen que el hecho de no asistir a un aula de clases no quiere decir que sus hijos no socialicen con otros niños, niñas y adolescentes de diferentes edades, simplemente que dicha interacción se puede dar en otros ámbitos, como una práctica extracurricular (si se puede aplicar el término). Lo anterior compone definitivamente una discusión de gran riqueza de índole interdisciplinar.

Otros de los argumentos en contra de esta práctica tienen que ver con la idoneidad de los padres y madres como docentes de sus hijos e hijas en los casos en que no cuentan con una formación pedagógica propiamente, aunado a la posibilidad de transmitir un aprendizaje sesgado por el punto de vista del adulto como único referente. Por otra parte, en cuanto a la elección de contenidos, quienes se oponen sostienen que en muchas ocasiones se priva a los niños, niñas y adolescentes de contenidos indispensables por incluir únicamente contenido a elección de la familia.

Todas estas posturas y discusiones nos llevan a comprender que la educación es un área en constante evolución. Las alternativas educativas la enriquecen e intentan satisfacer las diversas demandas educativas de las familias de hoy en día. Por otro lado, la falencia del Estado en cuanto a la regulación de varias de estas modalidades dilata los procesos de legalización de un aprendizaje que ya está desde hace tiempo puesto en marcha en nuestro país.

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