La narradora Camila Sosa Villada se mostró emocionada al recibir el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara por su novela Las malas, un reconocimiento que, según confesó, hizo “el mundo un poco más justo”, porque “parece mentira que en pleno 2020 una deba agradecer que este premio se otorgue a una escritora trans, como si una tuviera que pedir permiso y pedir perdón”.
La autora de la novela que retrata la vida de una comunidad transgénero en una localidad cordobesa aseguró durante la ceremonia virtual que la novela da cuenta de una historia contada desde el rencor y el dolor de una vida que no le fue sencillo sobrellevar “en medio de una cultura machista”, y agradeció a las personas que pasaron por su vida “para hacer el duro camino de una mujer travesti un poco más esperanzador”.
La autora del poemario La novia de Sandro mencionó a su padre como un “ejemplo de que las personas pueden cambiar” y a su madre como la encargada de que nunca le faltase un libro para leer a pesar de la pobreza en la que vivían.
“Parece mentira que en pleno 2020 una deba agradecer que este premio se otorgue a una escritora trans, como si una tuviera que pedir permiso y pedir perdón. Pero hoy el mundo es un poco más justo y por lo tanto más bello”, destacó la autora.
Con su voz entrecortada por la emoción, Sosa Villada recordó que “se sienta un precedente con esta indecente escritora travesti que recibe tamaña distinción” y se dedicó un mensaje de amor y reconocimiento a sí misma.
“Tú, Camila, te lo mereces con cada partecita, de tu anatomía con cada acontecimiento que escribiste. Lo hiciste bien muchacha, estás aquí vivita y danzando sobre la línea azul de una noche que te pertenece y grita tu nombre, escribiste y estás viva, cada mañana escribes y vives que a nadie se le olvide”, indicó la escritora y actriz.
“Qué ganas de volver atrás en el tiempo y decirle a ese niño ‘¡lo hiciste bien, muchacha!, para disgusto de los malignos estas aquí, vivita y danzando”, añadió.
Sin embargo, más allá de la alegría del momento, recordó que Las malas se escribió “con dolor y resentimiento” y desde la “venganza” de una mujer travesti que pudo superar la media de edad en la que mueren las de su condición: 35 años.
Sosa Villada recibió el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz, cuya resolución se conoció ayer, con el voto unánime del jurado formado por Ana García Bergua y Ave Barrera, de México, y Daniel Centeno Maldonado, de Venezuela, que también estuvieron presentes en la entrega.
Sosa Villada reconoció también la labor del jurado al no detenerse en su identidad trans e ir más allá:
“’Las malas’ se merece este premio por todo lo que no está escrito. No sé si los jurados habrán pensado en esto cuando lo declararon ganador, tal vez el valor sea lo que mantiene en silencio, porque en ese silencio puse una parte de mí a salvo -remarcó-. Es un libro cómplice que anestesia la culpa de una sociedad que pretendió mi cadáver y el de muchas y que aún lo pretenden, es un libro que tapa una falta de la cultura y es cómplice porque no cuenta ni el diez por ciento del horror que fue ser travesti hace 25 años”.
En respuesta a una de las preguntas de la audiencia, Sosa Villada reafirmó su vocación como escritora como “algo inevitable” y recordó, como anécdota, que el 2008 sus padres fueron a una popular especialista en esoterismo y le hicieron una promesa para que su hija dejase la prostitución. Solo un año después, en 2009, estrenó la obra de teatro Carnes tolendas, retrato escénico de un travesti.
Por su parte, la escritora Ana García Bergua, integrante del jurado, aseguró que Las malas es una novela que destacó entre los otros relatos participantes por hacer de la sordidez y maldad humana el entorno para una belleza narrada con destreza.
“Las malas destaca por su capacidad de resaltar la belleza en medio de la sordidez, el rechazo y el dolor merced de una gran destreza literaria y estilística que en su aparente sencillez nos revela grandes y complejas profundidades. Las malas nos muestra también otras maneras de vivir, gozar y padecer la condición femenina en nuestros machistas países latinoamericanos”, describió.
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