
Un olor penetrante y extraño en la habitación del hotel Portobelo de San Andrés fue el primer indicio de una tragedia que, según el dictamen de Medicina Legal, culminó con la muerte de Tito Nelson Martínez Hernández, Viviana Andrea Canro Zuluaga y su hijo Kevin Matías.
La causa: anoxia provocada por la inhalación de fosfina, un gas letal empleado habitualmente como plaguicida en la agricultura y el almacenamiento de granos.
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La anoxia se define como la ausencia total de oxígeno en los tejidos, órganos, sangre y cerebro, lo que conduce a una muerte rápida. De acuerdo con Medicals News Today, esta condición se distingue de la hipoxia, en la que el oxígeno está presente, pero en cantidades insuficientes.
Entre las causas de la anoxia se encuentran el paro cardíaco o respiratorio, asfixia, intoxicación por monóxido de carbono, ahogamiento, accidentes cerebrovasculares, anemia severa, exposición a grandes altitudes y enfermedades pulmonares como el asma o la neumonía.
Los síntomas iniciales pueden incluir cambios de humor, dificultades para hablar, pérdida de memoria a corto plazo, confusión, mareos, debilidad, dolor de cabeza y problemas de concentración o coordinación motora. En casos más avanzados, la anoxia puede desencadenar convulsiones, alucinaciones, pérdida de la conciencia y coma.

El informe de necropsia, difundido por Noticias RCN, confirmó que la familia bogotana falleció tras inhalar fosfina.
Este gas, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (Atsdr) de Estados Unidos, es muy tóxico e inflamable, utilizado principalmente para eliminar insectos en granos almacenados.
La Atsdr detalla que la fosfina puede tener un olor similar al ajo o al pescado en descomposición, aunque en concentraciones elevadas puede resultar inolora.
La exposición a este gas puede provocar dolor de cabeza, mareo, náuseas, vómitos, dificultad respiratoria y, en situaciones graves, daño a órganos vitales o la muerte. El documento de necropsia añade que una exposición elevada a la fosfina puede causar bronquitis, edemas pulmonares, convulsiones e incluso la muerte.
La ingeniera química e investigadora Rosalina González, en declaraciones a Noticias Caracol, explicó que la fosfina es un gas incoloro, más pesado que el aire, empleado globalmente por su eficacia letal en el control de plagas.

González subrayó que su uso requiere procedimientos estrictos y que, según la ficha técnica del producto, debe aplicarse en lugares deshabitados, ya que la liberación del gas ocurre cuando las pastillas de fosfina entran en contacto con la humedad del aire. En espacios cerrados, estas pastillas comienzan a liberar el gas, ejerciendo su efecto letal, por lo general en áreas infestadas de plagas y sin presencia humana.
“Por su letalidad, ella requiere unos procesos de utilización muy específicos y es allí donde habría que revisar toda esta situación”, dijo la experta.
Respecto al caso del hotel Portobelo, la investigadora señaló que no existe justificación para emplear fosfina en un establecimiento donde circulan personas a diario.
Explicó que, tras la aplicación del producto, el área debe permanecer aislada durante uno o dos días y someterse a una ventilación exhaustiva, ya que la fosfina se degrada con relativa rapidez, pero solo si el espacio está adecuadamente ventilado y aislado.

“No se justifica el uso de este material en lugares como un hotel, precisamente porque hay muchas personas que están circulando diariamente y para que este material se utilice, generalmente en lugares cerrados donde se deja el tóxico actuar por uno o dos días y luego viene una ventilación exhaustiva de ese material, que se degrada relativamente rápido, pero debe estar aislado, entonces allí es donde habría que revisar esta situación”, agregó la investigadora Rosalina González.
“Al estar en un lugar cerrado esta pastilla empieza a liberar el gas y allí es pues, donde empieza a ejercer su efecto letal, generalmente es en lugares que están infestados de plagas”., agregó la ingeniera.
González precisó que la letalidad de la sustancia depende tanto de su naturaleza como de la exposición, es decir, del tiempo y la dosis. Una sola pastilla puede liberar 1.000 miligramos de fosfina, y si el lugar permanece cerrado y la cantidad de gas supera ese umbral, el riesgo aumenta según el volumen de la habitación.
La experta advirtió que con concentraciones de 400 mg por litro, la exposición puede resultar letal en solo media hora. Si la concentración es menor, pero la exposición se prolonga durante varias horas, como ocurre durante el sueño, el desenlace puede ser igualmente fatal.
“Concentraciones de 400 mg por litro, qué ocurre, en media hora es letal, entonces qué pasa, de pronto las personas están durmiendo tengo una concentración menor de este material, pero van a pasar horas, o sea 6 horas, ocho horas de sueño, pues ahí sí puede ocurrir esta situación, es lo que habría que analizar, pues dependiendo de estos hallazgos que acaban de surgir”, concluyó la ingeniera química.

La Agencia de Sustancias Tóxicas de Estados Unidos describe la fosfina como un gas incoloro, inflamable y explosivo a temperatura ambiente, con olor a ajo o pescado podrido.
Aunque pequeñas cantidades pueden generarse de forma natural por la descomposición de materia orgánica, la fosfina se utiliza en las industrias de semiconductores, plásticos, en la producción de retardadores de llama y como plaguicida en granos almacenados.
En el ambiente, la fosfina existe únicamente como gas y reacciona con sustancias presentes en el aire, degradándose en aproximadamente un día.
En concentraciones elevadas, sus vapores pueden inflamarse espontáneamente. Al entrar en contacto con el agua, la fosfina se transforma en otros compuestos y, si se libera al suelo, se degrada rápidamente, sin acumularse en la cadena alimentaria.
La hipótesis principal sobre la presencia de fosfina en la habitación del hotel apunta a una fumigación reciente. Viviana Canro había solicitado el cambio de habitación debido al fuerte olor, pero la administración del hotel rechazó la petición por alta ocupación.
El hotel Portobelo emitió un comunicado en el que atribuyó la responsabilidad a la empresa de fumigación Livingston & Company E.U., señalando que la sustancia utilizada no contaba con su autorización y que la empresa reportó el uso de productos distintos a los hallados por Medicina Legal.
El establecimiento calificó estas acciones como una violación de los protocolos de seguridad y de la normativa vigente, y expresó su solidaridad con las familias afectadas.
Actualmente, la investigación judicial busca a los responsables de la empresa de fumigación para esclarecer los hechos y determinar las circunstancias exactas que llevaron a la liberación de fosfina en un entorno habitado.
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