Voraz incendio en López de Micay, Cauca, acabó con humildes viviendas del municipio: alcalde reconoció que no tienen vehículo de Bomberos

Hay consternación en el municipio de López de Micay, en Cauca, después de que en la madrugada de este lunes festivo 11 de noviembre, las autoridades reportaran un fuerte incendio que consumió algunas viviendas del barrio La Gloria, en la cabecera municipal.

Según información entregada por la alcaldía municipal, el siniestro se desató alrededor de la 1:00 a. m., y afectó gravemente las estructuras de cuatro casas, además de consumir los techos, electrodomésticos y otros enseres.

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Según informó el alcalde de López de Micay, John Harold García Riascos, el incendio comenzó al interior de la residencia de uno de los habitantes del sector, y se propagó rápidamente a las viviendas vecinas. “El fuego se originó en la residencia del señor Isabelino Angulo, propagándose rápidamente al domicilio de Yolanda Valencia, Alejandro Angulo y Andrés Angulo; la conflagración provocó daños graves en la estructura de las viviendas, incluyendo cubiertas, electrodomésticos, enseres, camas, frazadas y demás artículos”, señaló la alcaldía.

Por fortuna, a pesar de la magnitud del desastre, las autoridades confirmaron que no se reportaron heridos ni víctimas mortales. “Hasta el momento se desconocen los motivos que originaron en incidente; afortunadamente hasta el momento no se reportan heridos”, continuó la administración.

Entretanto, también se conoció que la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres se coordinó con el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del municipio para controlar las llamas. Además, la comunidad también jugó un papel importante en la contención del fuego, utilizando baldes y ollas para combatirlo hasta la llegada de los bomberos.

“La misma gente, con baldes y ollas, ayudaron a combatir las llamas. A pesar de ser de madrugada, la comunidad se unió para atacar el fuego desde diferentes puntos porque la preocupación era que se extendiera a viviendas aledañas, entonces todos unieron esfuerzos hasta que ya llegaron los bomberos y ayudaron para detener la emergencia. Por el momento solo sabemos que son tres casas que terminaron en cenizas, pero pueden ser más porque apenas están verificando en terreno lo sucedido”, señaló un líder zonal en declaraciones recogidas por El País.

Por ahora, el alcalde John Harold García expresó su solidaridad con los afectados y aseguró que la administración municipal está trabajando para brindar ayuda a los damnificados. Actualmente, se está llevando a cabo un censo para identificar a las familias afectadas y gestionar las ayudas necesarias.

“Hará todas las gestiones correspondientes para brindar ayuda oportuna a los damnificados, ya nuestros funcionarios están sobre el terreno adelantando el censo de las familias damnificadas para poder adelantar así el trámite de las correspondientes ayudas”, comentó el mandatario local.

Asimismo, la administración reconoció que el Cuerpo de Bomberos del municipio no cuenta con implementos adecuados y básicos para la atención de emergencias, como un vehículo oficial que pueda transportar agua a los puntos de conflagración.

Entretanto, el municipio de López de Micay sigue bajo amenazas por parte de grupos armados que operan en la zona. Apenas el 8 de septiembre de 2024, en la vereda La Sagrada Familia, se registró la masacre número 47 del año, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).

En este trágico evento, siete hombres y cinco mujeres perdieron la vida, en lo que las autoridades describen como un enfrentamiento interno entre miembros de la estructura guerrillera Jaime Martínez.

El ministro de Defensa, Iván Velásquez, explicó en una rueda de prensa que el incidente fue resultado de disputas internas por el control del narcotráfico en la región. Según Velásquez, las víctimas, que incluían a miembros de la misma estructura guerrillera y mujeres que los acompañaban, fueron atacadas mientras se encontraban en un lugar público.

El ministro detalló que la violencia fue instigada por un conflicto sobre la venta de cocaína, en el que un líder conocido como Pablo Villa habría ordenado el asesinato de varios de sus hombres por presuntamente negociar con el ELN.