En una actuación respaldada por el Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma), una fiscal de la Seccional Boyacá presentó cargos contra Luis Guillermo Villate Pérez por el presunto delito de maltrato animal agravado. La acusación se basa en un video que muestra a Villate Pérez estrangulando a un perro que pertenecía a su pareja sentimental.

El cruel acto tuvo lugar el sábado 30 de marzo, en una residencia en el municipio de Paipa (Boyacá), en medio de un episodio de intolerancia por parte del acusado. Se determinó que las agresiones contra el animal eran recurrentes y que el crimen se llevó a cabo en presencia de la dueña del perro y de sus dos hijos, a quienes los obligó a estar en ese momento.

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El individuo supuestamente “argumentaba” su maltrato en que el animal era muy inquieto; por eso trato de estrangular a la mascota con su mismo collar.

Infobae Colombia conoció que la compañera sentimental del hombre cuenta con una medida de protección debido a la agresividad del individuo, que no solo había estado maltratando al perrito en reiteradas ocasiones, sino que también arremete de forma violenta contra su pareja.

Las pruebas presentadas por la entidad de investigación llevaron a que el procesado aceptara los cargos en su contra. A pesar de su confesión, el juez impuso a Villate Pérez una medida no privativa de la libertad; esto quiere decir que podrá seguir afrontando el proceso desde su casa, aunque deberá presentarse periódicamente ante la Fiscalía y comprometerse a mantener un comportamiento familiar y social adecuado.

Este caso destaca la importancia de tomar medidas firmes contra el maltrato animal y la colaboración entre las autoridades para garantizar el respeto y la protección de los derechos de los animales.

Cabe recordar que la pena por maltrato animal en Colombia varía según la gravedad del delito está contemplada en la Ley 1774 de 2016, conocida como “Ley de Maltrato Animal”. Esta establece sanciones que van desde multas hasta penas privativas de libertad, dependiendo de factores como el tipo de maltrato, la severidad del daño infligido al animal y si el maltrato resultó en la muerte. Por ejemplo, la ley contempla multas y prisión de hasta 36 meses para casos de maltrato animal simple, mientras que para casos de maltrato animal agravado, la pena puede ser de prisión de hasta 60 meses.

Según el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (Idpyba), con el apoyo del proyecto Redes de Apoyo, el análisis de varios casos relacionados con violencias contra las mujeres mostró la necesidad de crear espacios especiales para su protección.

La evidencia muestra que hay un vínculo entre el maltrato animal y las violencias de género. Esto se debe a la práctica común de amenazar con dañar a los seres más queridos, incluidos los animales, para dañar a las mujeres.

Según explicó Daniela Bernal, bióloga de la entidad de protección animal, una persona que daña o intimida a un animal podría repetir dicha conducta contra una mujer o cualquier otra persona. Esta perspectiva se enmarca en el concepto de violencias interrelacionadas, que establece que estas deben analizarse en conjunto debido a la relación que a menudo existe entre ellas.

En países como Estados Unidos, España y México, se han implementado refugios seguros que ofrecen alojamiento tanto a mujeres como a sus animales de compañía, reconociendo la necesidad de proteger a ambos de situaciones de intimidación o manifestación de “poder” desde tácticas machistas.

Sin embargo, en Colombia aún no existen espacios que reconozcan esta relación y la necesidad mutua de protección sin separación entre mujeres y sus animales. Según el documento del proyecto Redes de Apoyo, establecer la conexión entre las violencias de género y contra los animales podría contribuir a reducir estas conductas.

En este mismo sentido se ha tipificado la violencia vicaria, que es una forma de violencia de género afecta a los hijos de mujeres víctimas de violencia de género. Este método incluye amenazas, insultos, violencia física y manipulación emocional hacia los niños y niñas con el objetivo de causar dolor a sus madres.

Amnistía Internacional señala que la violencia vicaria es extremadamente cruel, ya que el agresor conoce el sufrimiento que causará y afecta no solo a la madre, sino también atentará contra los derechos de los niños. Es fundamental abordar estas formas de violencia de manera integral para garantizar la protección de todas las víctimas involucradas.