El papel de Salvatore Mancuso para la paz: ministro de Defensa señaló la importancia de su regreso a Colombia

La llegada de Salvatore Mancuso Gómez al aeropuerto El Dorado de Bogotá el 27 de febrero fue noticia tanto en Colombia como en el exterior. Después de casi 16 años de su extradición a Estados Unidos por cargos relacionados con el tráfico de drogas, su regreso planteó una nueva perspectiva sobre el proceso de paz en el país.

Como ex jefe paramilitar y uno de los principales responsables de los crímenes cometidos por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), su presencia suscita tanto expectativas como interrogantes sobre su papel futuro en la reconciliación nacional.

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El respaldo del ministro de Defensa, Iván Velásquez, a esta decisión es un indicio del potencial que se vislumbra en Mancuso para contribuir al proceso de desmovilización de bandas criminales y a la reparación de las víctimas. Sin embargo, este respaldo no está exento de controversia y debate en la sociedad colombiana. Algunos sectores expresan cautela y escepticismo ante la posibilidad de que su testimonio sea genuino y contribuya de manera efectiva a esclarecer la verdad sobre los crímenes cometidos durante el conflicto armado.

La expectativa generada en torno al aporte de Mancuso a la verdad es comprensible dada su relevancia durante el período de violencia de los años 90 y principios de los 2000. Sus declaraciones podrían abrir nuevas líneas de investigación y proporcionar claridad sobre los eventos que marcaron esa época oscura de la historia colombiana, de acuerdo con lo comunicado por el jefe de cartera.

“Además, de la oportunidad para que, a partir de estas declaraciones de Mancuso volvamos en el país a profundizar en torno a la verdad, que es tan indispensable precisamente para la construcción”, señaló el ministro.

No obstante, la llegada de Mancuso también plantea desafíos en términos de seguridad y protección tanto para él como para aquellos que se ven afectados por sus revelaciones. Las autoridades colombianas, en coordinación con el Poder Judicial, tomaron medidas para garantizar su integridad física y su seguridad mientras se encuentra bajo custodia del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), señaló Velásquez.

“Yo confío, que esas medidas de seguridad son realmente lo suficientemente robustas como para garantizar la vida de Mancuso”, agregó el jefe de cartera.

Según el coronel Daniel Gutiérrez, director del Inpec, el ex jefe paramilitar recluido en el pabellón de extraditables en La Picota estará en una celda de tres por cuatro metros, sin contacto con otros reclusos, y será custodiado por guardias capacitados por Estados Unidos.

El director del Inpec destacó que se establecieron cinco filtros de seguridad para el acceso a Mancuso, y solo el oficial de servicio tendrá acceso directo a él. Además, se tomaron medidas especiales en cuanto a su alimentación para garantizar su seguridad. Desde la institución penitenciaria manifestaron que estarán atentos para prevenir cualquier intento de envenenamiento, y consideraron la posibilidad de que Mancuso pueda renunciar a la alimentación proporcionada por la institución y opte por un servicio de alimentación propio, que le permita ingresar alimentos crudos y prepararlos al interior del penal.

El coronel Gutiérrez también señaló que el exparamiliar tendrá todas las facilidades para acceder a audiencias de manera virtual durante su reclusión en La Picota. Hasta el momento, su defensa no ha hecho solicitudes de cuidados especiales más allá de los ya anunciados, y se espera que pueda recibir visitas de familiares, amigos y personas cercanas.

Cabe señalar que la llegada de Mancuso a Colombia reavivó el debate sobre su papel durante el conflicto armado, con antecedentes que lo vinculan a numerosos crímenes atroces, incluidas masacres como las de Mapiripán, El Salado o La Gabarra, de allí que el ministro de Defensa señale que él es importante para conocer la verdad.