La tasa de suicidios en los EEUU creció un 25 por ciento desde 1999

Por Amy Ellis Nutt

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Entre 1999 y 2016, la tasa de suicidios aumentó en todos los estados del país del norte, salvo uno. Los incrementos fueron vistos a nivel general independientemente del género, la edad, raza o etnia según un reporte compartido el jueves por los Centros para el control y prevención de enfermedades (CDC). En más de la mitad de todas las muertes registradas en 27 estados, las personas no tenían enfermedades mentales diagnosticadas cuando decidieron quitarse la vida.

En Dakota del Norte, la tasa se disparó más del 57 por ciento. Durante el período más reciente estudiado, de 2014 a 2016, la tasa más alta se registró en Montana con 29.2 suicidios cada 100.000 residentes, comparado con el promedio nacional de 13.4 por cada 100.000 norteamericanos.

Sólo Nevada registró una baja, del uno por ciento, durante el lapso mencionado anteriormente, aunque su tasa siguió siendo más elevada que el promedio nacional.

Cada vez más, el suicidio está siendo visto no solo como un problema de salud mental sino como uno vinculado a la salud pública. Casi 45.000 suicidios tuvieron lugar en los EEUU durante 2016, más del doble que la cantidad de homicidios, lo que lo posiciona como la décima causa de muerte. Entre personas de entre 15 y 34 años, el suicidio es la segunda causa de muerte.

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En general el método más utilizado son las armas de fuego. "Los datos son alarmantes" dijo Anne Schuchat, la directora general adjunta del CDC. "La naturaleza generalizada del aumento, en todos los estados salvo uno, realmente sugiere que este es un problema nacional que afecta a todas las comunidades".

El fenómeno afecta especialmente a muchos sitios diferentes. En la mitad de los estados, el suicidio entre personas de mayores de 10 años aumentó más del 30 por ciento.

"¿En qué momento el problema se convierte en una crisis?" se preguntó Nadine Kaslow, ex presidente de la Asociación Americana de Psicología. "El suicidio es una crisis de salud pública cuando se miran los números, los cuales siguen subiendo. Sucede en todos lados. Y sabemos que realmente las tasas son más altas de lo reportadas. Pero los homicidios siguen capturando más atención".

Los altos índices de suicidios en el país del norte no son un fenómeno nuevo. En 1999, el Cirujano general de los Estados Unidos, David Satcher, compartió un reporte sobre el estado de la salud mental en la nación y catalogó al suicidio como "un problema de salud pública significante". Los últimos números de esa época mostraban que había unos 30.000 suicidios por año.

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Kaslow está especialmente preocupada por el aumento de suicidios entre mujeres. "Históricamente, los hombres registraban mayores tasas que las mujeres" explicó. "Esto se está equiparando, no porque los hombres cometan menos suicidios, sino porque las mujeres lo están haciendo más. Esto es muy, muy preocupante".

Entre las alarmantes cifras compartidas en el reporte del CDC, se destaca el alto número de suicidios entre personas sin una enfermedad mental conocida. En los 27 estados que utilizan el sistema nacional de reporte de muertes violentas, el 54 por ciento de los suicidios fueron cometidos por personas sin una enfermedad mental diagnosticada.

Joshua Gordon, director del Instituto Nacional de Salud Mental, asegura que la estadística debe ser vista en contexto. "Cuando realizas una autopsia psicológica y examinas cuidadosamente los registros médicos, además de hablar con familiares y amigos, el 90 por ciento mostrará evidencias de una condición de salud mental". Esto sugiere que un alto porcentaje no ha sido diagnosticado, "lo que indicaría que no están recibiendo la ayuda que necesitan" dijo.

Los problemas más frecuentemente asociados con el suicidio: relaciones complicadas, factores estresantes a menudo vinculados con el trabajo o las finanzas, además de crisis recientes o inminentes.

Aspectos culturales pueden jugar un rol fundamental. Aquellos sin una enfermedad mental diagnosticada, según el reporte, suelen ser hombres y pertenecen en su mayoría a una minoría racial o étnica. "Los datos apoyan lo que ya sabemos sobre esta noción" explicó Gordon. "Los hombres y especialmente los hispanos, son los que menos ayuda suelen pedir".

Los problemas más frecuentemente asociados con el suicidio, según el estudio, son relaciones complicadas, factores estresantes a menudo vinculados con el trabajo o las finanzas, además de crisis recientes o inminentes. El aprendizaje más importante según los especialistas en salud mental, es que el suicidio es una problemática que afecta no solo a aquellos con una enfermedad mental sino a cualquier persona que se encuentre combatiendo problemas serios.