Ex empleados de Cambridge Analytica aseguran que la firma envió personal para asesorar las campañas de EEUU

Por Craig Timberg y Tom Hamburger

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Christopher Wylie (Archivo)
Christopher Wylie (Archivo)

Londres – Cambridge Analytica contrató a docenas de ciudadanos no estadounidenses para que crearan estrategias de campaña para los candidatos republicanos en 2014, según tres ex trabajadores de la firma de datos, incluso cuando un abogado había advertido a los ejecutivos de la empresa que debían obedecer las leyes estadounidenses que limitaban la participación extranjera en las elecciones.

Las asignaciones se produjeron en medio de los esfuerzos por presentar a la compañía recién creada como "una marca estadounidense" que atraería a clientes políticos de Estados Unidos. Aunque su matriz, SCL Group, tenía su sede en Londres, según indicó el anterior director de investigación de Cambridge Analytica, Christopher Wylie.

Wylie, que emergió hace unos días como informante, proporcionó documentos a The Washington Post que describen un programa estratégico en varios estados de EE.UU. para ganar campañas y que los republicanos debían utilizar a través de perfiles psicológicos con el objetivo de llegar a los votantes con mensajes personalizados. Los documentos incluyen detalles no reseñados previamente sobre el programa, que se llamó "Proyecto Ripon" para la ciudad de Wisconsin donde nació el Partido Republicano en 1854.

Las regulaciones electorales de EE.UU. dicen que los ciudadanos extranjeros no deben "participar directa o indirectamente en el proceso de toma de decisiones" de una campaña política, aunque pueden jugar papeles menores.

Esas restricciones fueron explicadas en un documento de 10 páginas preparado en julio de 2014 por un abogado de Nueva York, Laurence Levy, con el apoyo de la presidenta Rebekah Mercer, al vicepresidente Stephen K. Bannon y al director ejecutivo Alexander Nix. El memorándum decía que los ciudadanos extranjeros podían desempeñar papeles menores, por ejemplo, como "funcionarios" que manejaban datos, pero que no podían involucrarse en decisiones importantes de campaña o proporcionar análisis o estrategias de alto nivel.

Cambridge Analytica y SCL Group estaba formado por una gran cantidad de ciudadanos no estadounidenses, principalmente canadienses, británicos y otros europeos. Por lo menos, en 2014, 20 de ellos se desplegaron en Estados Unidos en para trabajar en campañas legislativas y del Congreso, según contaron los tres ex trabajadores de Cambridge.

Muchos de esos empleados y contratistas participaron para ayudar a decidir a qué votantes orientar sus mensajes políticos y qué mensajes enviarles. Sus tareas abarcaron toda la gama de trabajo de campaña, incluida la "gestión de relaciones con los medios", recaudación de fondos, planificación de eventos y "estrategia de comunicación" y "puntos de discusión, discursos y preparación para el debate".

Otros dos ex trabajadores de Cambridge Analytica, que hablaron bajo condición de anonimato por temor a que pudieran haber violado la ley estadounidense en su trabajo de campaña, afirmaron que las preocupaciones sobre la legalidad del trabajo de Cambridge Analytica en Estados Unidos era un tema habitual de las conversaciones de la empleados en la compañía, especialmente después de las elecciones de 2014.

Los dos ex trabajadores, que al igual que Wylie, fueron entrevistados en Londres, señalaron que los empleados habían mostrado su preocupación por si la empresa cometía alguna irregularidad en los documentos de inmigración: no estaban allí para trabajar cuando, en realidad, llegaron con el propósito de asesorar campañas.

"Sabíamos que todo no iba bien, pero no estábamos demasiado preocupados", confesó uno de los ex trabajadores de Cambridge Analytica, que pasó varios meses en Estados Unidos trabajando en campañas republicanas. "Fue el Salvaje Oeste", añadió.

Los directivos de la compañía no respondieron a las consultas múltiples de The Washington Post. Tampoco Bannon, Mercer ni Nix.

Estas reclamaciones de los empleados son las últimas de una seire de complicaciones para Cambridge Analytica, que fue fundada en 2013 por la acaudalada familia Mercer y Bannon, el estratega conservador que fue presidente ejecutivo de Breitbart News y más tarde se convirtió en el principal asesor del presidente Trump.

Las acusaciones de los antiguos trabajadores se centran en la campaña de 2014, dos años antes de que Cambridge Analytica fuera contratada para las campañas presidenciales del senador Ted Cruz, republicano por Texas, y más tarde, Trump.

Este nuevo escrutinio legal de Bannon llega en un momento turbulento para el estratega conservador. Dejó su trabajo como estratega en la Casa Blanca en agosto y en enero renunció a Breitbart News de que le atribuyeran duras citas sobre Trump y miembros de su familia en el libro de Michael Wolf, Fire and Fury. La familia Mercer, financiera de los Bannon, también se ha distanciado de él.

Cambridge Analytica suspendió a Nix la semana pasada después de una serie de acusaciones sobre prácticas poco éticas en la compañía, incluyendo videos grabados en secreto transmitidos por Channel 4 de Gran Bretaña en los que hablaba sobre los posibles sobornos con prostitutas para atrapar a rivales políticos.

La controversia entre Nix y la compañía había comenzado días antes con informes de The Observer y The New York Times donde se mostraba que funcionarios de Cambridge Analytica habían recopilado datos de decenas de millones de perfiles de Facebook bajo pretensiones supuestamente falsas y los habían compartido de forma incorrecta. Facebook, el 16 de marzo, anunció que había suspendido la cuenta de "SCL/Cambridge Analytica" y dos personas involucradas en la recopilación de datos, incluyendo a Wylie.

Cambridge Analytica, cuyas oficinas fueron allanadas durante el fin de semana por las autoridades británicas, ha negado en repetidas ocasiones cualquier irregularidad, pero no respondió a las solicitudes de comentarios de The Washington Post para este artículo.

La semana pasada, el director ejecutivo interino de Cambridge Analytica, Alexander Tayler, expresó su pesar por el manejo de la firma de los datos de Facebook. En un tweet, dijo: "Cualquiera que esté familiarizado con nuestro personal y nuestro trabajo puede testificar que, de ninguna manera, nos parecemos a la compañía políticamente motivada y poco ética que algunos han tratado de retratar. Nuestro personal es un grupo de personas talentoso, diverso y vibrante".

El proyecto Ripon fue descrito por Wylie y otros trabajadores como un ambicioso esfuerzo en el que Cambridge Analytica asesoraría a las campañas estadounidenses sobre cómo usar datos para encontrar "republicanos ocultos". Ripon también fue el nombre de una herramienta de gestión de campañas en línea diseñadas para dicho esfuerzo, y su descripción aparecía en un folleto de la compañía que decía: "Volver a ganar América".

Wylie dijo que esta iniciativa se parecía a los esfuerzos previos del Grupo SCL para dar forma a los resultados electorales en nombre de candidatos en otros países, incluyendo Kenia, Nigeria y la India, a menudo a través de compañías afiliadas.

Los documentos de la compañía obtenidos por The Washington Post muestran que el programa de Estados Unidos involucró a un personal de 41 empleados y contratistas, y gastó USD 7.5 millones entre abril y julio de 2014.

La compañía buscó agresivamente el trabajo político a partir de 2014, firmando con numerosos candidatos republicanos en lo que resultó ser un año exitoso para el partido. Ese año, los documentos de Cambridge Analytica muestran que aconsejó a un candidato al Congreso en Oregon, a candidatos legislativos estatales en Colorado y, en nombre del Partido Republicano de Carolina del Norte, se involucró en la campaña ganadora para el senador Thom Tillis.

Tillis dijo que espera que todos los servicios proporcionados en su campaña sean legales y que sería "profundamente inquietante" si su campaña fue engañada por un proveedor. Dallas H. Woodhouse, el director del Partido Republicano de Carolina del Norte, afirmó que el partido le pagó a Cambridge Analytica USD 150,000 en 2014 por los esfuerzos para obtener votos y enviar las operaciones por correo en nombre de Tillis y otros candidatos republicanos, pero que no tenía conocimiento de ningún trabajador extranjero involucrado en dicho esfuerzo. El partido no toleraría ningún comportamiento poco ético por parte de un tercero.

"Ningún trabajador extranjero trabajó para nosotros", apostilló al respecto Woodhouse.

La compañía, que afirmó que los candidatos republicanos ganaron la mayoría de las campañas en las que trabajó en 2014, también brindó apoyo independiente para los candidatos en Arkansas, New Hampshire y Carolina del Norte a través de un super PAC (un comité) controlado por el ex embajador de Estados Unidos en las Naciones Unidas, John Bolton, que fue nombrado la semana pasado por Trump como asesor de seguridad nacional.

El portavoz de Bolton, Garrett Marquis, comentó que Bolton, no personas de Cambridge Analytica, tomó todas las decisiones estratégicas relacionadas con el trabajo del súper PAC. Marquis agregó que el contrato con la compañía establecía que el uso de datos de Cambridge Analytica "cumplía con las leyes", que el grupo de Bolton no había trabajado con la compañía desde 2016, y que Bolton no conocía ninguna supuesta incorrección de Cambridge Analytica hasta los últimos días. El grupo ya no usa ninguno de los datos.

Wylie, que dejó Cambridge Analytica a finales de 2014 debido a la creciente inquietud sobre su política y el liderazgo de Nix, dijo en entrevistas con The Washington Post que formó parte de múltiples reuniones en 2014 con Bannon y Nix, un británico, donde se discutieron varios asuntos de campaña.

El hombre subrayó que estas conversaciones también, a menudo, presentaban discusiones sobre los problemas legales planteados en el memo de Levy dado a conocer en julio de 2014, y que se hizo público en los últimos días por Wylie. La nota fue previamente reportada por The Guardian, un periódico británico, y The New York Times.

Levy no respondió a las solicitudes de comentarios. Anteriormente, Cambridge Analytica había dicho al The New York Times que "el personal en roles estratégicos eran ciudadanos estadounidenses o titulares de una green card (permiso permanente en Estados Unidos)" y que Nix "nunca tuvo ningún rol estratégico u operativo" en campañas electorales en Estados Unidos.

Wylie se negó a comentar si creía que podría haber violado la ley electoral estadounidense mientras trabajaba para Cambridge Analytica.

Las restricciones a los extranjeros que trabajan en las elecciones de Estados Unidos son amplias, según los abogados electorales, con distinciones clave centradas en la participación en las decisiones de campaña.

Levy escribió en su memorando de julio de 2014: "Los ciudadanos extranjeros pueden trabajar en una campaña política de Estados Unidos, pero no pueden desempeñar funciones estratégicas, incluida la entrega de asesoramiento estratégico a candidatos, campañas, partidos políticos o comités de gastos independientes. Por otro lado, los ciudadanos extranjeros pueden actuar como funcionarios que recopilan y procesan datos, pero el análisis final de dichos datos debe ser realizado por ciudadanos de Estados Unidos y transmitidos a cualquier cliente de ese país por dichos ciudadanos".

Brett Kappel, un abogado de finanzas de campaña en Akerman LLP, advirtió que las cuentas de Wylie y otros ex empleados de Cambridge Analytica plantean preocupaciones legales. "Si las alegaciones del Sr. Wylie son ciertas, el Departamento de Justicia podría enjuiciar a Cambridge Analytica y sus gerentes por conocer y por cometer infracciones dolosas en la prohibición de las contribuciones de extranjeros".

Trevor Potter, un abogado de finanzas de campaña que asesoró la campaña presidencial de 2008 del senador John McCain, republicano por Arizona, dijo que "es permisible para las campañas contratar extranjeros" siempre y cuando estén involucrados en actividades de menor nivel en una campaña.

"Sería un problema para un súper PAC de Estados Unidos, o cualquier otro actor político nacional, involucrar a ciudadanos extranjeros en la conducción de una operación política, incluida la toma de decisiones sobre estrategia, focalización y gastos para esa entidad política". "Si los extranjeros participaran en los niveles superiores de toma de decisiones de una organización política, eso sería una violación de la ley federal", apunta.

Un informe post electoral de Cambridge Analytica de 2014 que describe su trabajo en las contiendas legislativas explicó que la compañía jugó un papel central en las elecciones del Congreso de Oregón para el republicano Arthur B. Robinson. El informe también indicó que había desempeñado este papel dentro de los límites de la ley. Robinson perdió esas elecciones.

"Para la campaña de Art Robinson para el Congreso, Cambridge Analytica SCL asumió un conjuntó integral de responsabilidades y administró la campaña de manera efectiva en su totalidad, con asesoramiento estratégico canalizado a través de nacionales estadounidenses en el equipo de CA-SCL", exponía el documento.

Según el texto, el plan consistía en centrarse en "rehabilitar la imagen del Dr. Robinson con los votantes presentándolo como un hombre de familia comprensivo y un científico serio, más que como la caricatura extremamente derechista e inestable del científico loco creado por la oposición en las dos campañas anteriores".

Robinson, a quién contacto The Washington Post, remarcó que en 2014 contrató a la compañía, y que esta brindó servicios útiles a su experimentado equipo de campaña. Dijo que, una vez, conoció a Nix y que no sabía de qué nacionalidades eran los otros empleados con los que se reunió.

"Cambridge fue muy útil" declaró al tiempo que afirmaba que la compañía y su equipo "se fusionaron y trabajaron codo con codo".

Los ex trabajadores de Cambridge Analytica dijeron que había pocos ciudadanos de Estados Unidos entre sus filas. Sin embargo, trabajaron rutinariamente en campañas de Estados Unidos, desarrollando mensajes, creando materiales de campaña como anuncios y videos, y ayudando a las campañas a decidir a quién dirigirse con esos mensajes.

"La naturaleza de la focalización es fundamentalmente influyente en la dirección de una campaña porque estás decidiendo qué mensajes van a quién y cuándo", dijo Wylie. "No existe la administración de la orientación de una manera no influyente", agrega.

Las preguntas sobre la legalidad de las acciones de Cambridge Analytica se formularon después de la votación de 2014, durante la cual los candidatos republicanos, incluidos los que contaron con la ayuda de Cambridge Analytica, obtuvieron ganancias significativas.

En una videoconferencia con Levy, el abogado sacó a relucir la restricción sobre los extranjeros que trabajan en campañas estadounidenses, según cuenta un ex trabajador de Cambridge Analytica que escuchó la llamada y habló bajo la condición de anonimato.

Para algunos trabajadores de la empresa en la oficina de Londres, fue el primer indicio de una posible violación de la ley de Estados Unidos, causando malestar en un momento de celebración.

Un ex ex empleado de Cambrige Analytica trabajador agregó que la compañía "no manejó solo datos, sino que habían decidido la estrategia de focalización y los mensajes". Los empleados de campaña de la compañía incluían a un "pequeño grupo de ciudadanos de Estados Unidos y docenas de trabajadores extranjeros".

Los ex empleados de Cambridge Analytica no proporcionaron información sobre lo que ocurrió en 2016, cuando la empresa trabajó para Cruz y Trump.

Los funcionarios de esas dos campañas presidenciales dijeron que sus organizaciones se esforzaron por cumplir con las restricciones federales a los extranjeros en las elecciones de Estados Unidos.

Catherine Frazier, portavoz del equipo de Cruz, dijo que los científicos de datos de otros países "informaron a sus supervisores estadounidenses, que luego informaron a nuestro personal superior, para asegurarse de que no formaran parte de la toma de decisiones final de la campaña".

Un funcionario de la campaña de Trump, que habló bajo la condición de anonimato porque el funcionario no estaba autorizado para hacer declaraciones a la prensa, dijo que el equipo de Cambridge era administrado por un ciudadano estadounidense para garantizar el cumplimiento.

Nix, el director ejecutivo, ha retratado su papel como central para el esfuerzo ganador de Trump, aunque otros involucrados en la campaña han expresado dudas sobre esto.

Le dijo a TechCrunch en 2016 que Cambridge Analytica, que según los registros federales recibió al menos USD 6 millones por la campaña de Trump, fue clave para las decisiones de campaña sobre el análisis de datos, investigación, publicidad digital, anuncios televisivos y recaudación de donaciones.

Nix hizo afirmaciones similares en videos grabados en secreto en los últimos días en Channel 4 en Gran Bretaña, diciendo que la compañía "investigó, recopiló todos los datos, todos los análisis, todos los objetivos, ejecutó toda la campaña digital, la campaña de televisión y nuestros datos formó parte de toda la estrategia".