El hombre que se llenó la cara de tatuajes de webs porno

Por Allie Conti; traducido por Mario Abad

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Los lectores de VICE donaron miles de dólares a este hombre de Alaska, que ahora se siente feliz.

Hace dos años, escribí un artículo sobre Billy Gibby, un hombre de Alaska que se hizo bastante popular por haber vendido más de veinte partes de su cara a empresas de porno. Pese a su aspecto de villano cachondo de Batman que ha asustado a más de una ancianita en el supermercado, Hostgator M. Dotcom (el nombre oficial por el que se le conoce desde 2010) me hace saber que es un buen tío, y que antes de convertirse en un cartel viviente, incluso donó su riñón a un desconocido con el que mantenía contacto por internet.

Durante nuestra charla, Gibby me contó que la falta de recursos y una enfermedad mental lo llevaron a grabarse la piel de la cara con los nombres de páginas como "Dr.FR3AK.COM" y "PORNFIDELITY.COM".

Los lectores de VICE, conmovidos por la historia, donaron en total más de 6.600 dólares (casi 6.000 euros) a Gibby para que pudiera costearse los tratamientos de eliminación de tatuajes por láser y encontrar un trabajo normal con el que mantener a su familia.

La semana pasada, recibí un correo inesperado de Gibby en el que me informaba del éxito de la campaña de recaudación. Al parecer, ha podido retirarse todos los tatuajes de la cara que no podía cubrir con una gorra. Su nombre jurídico sigue siendo Hostgator y aún no ha podido borrarse los tatuajes de las manos y el brazo, pero parecía infinitamente más feliz y saludable que la última vez que hablamos.

VICE: ¿Cuántas sesiones te han hecho falta y cuántas más te quedan?
Hostgator: Pues estoy pensando… Probablemente habrán sido entre 20 y 30, creo. No sé cuántas me quedan para la cara porque nunca me dicen un número exacto. Cada piel es distinta y no se sabe cómo va a reaccionar al láser. Pero bueno, no creo que queden muchas más.

Entonces, supongo que la gente ya no te mira raro, ¿no?
Ya no tanto. Es un alivio. Antes era muy violento entrar en una tienda y que te miraran todos como si fueras a robar algo o a matarlos, mientras piensas que lo último que quieres es hacer daño a alguien. Ahora salir a comprar o a cualquier otro sitio ya no es tan estresante.

Recuerdo que a tu hija no le gustaba la idea de que te quitaran los tatuajes porque era la única forma que tenía de reconocerte la cara. ¿Qué piensa ahora que ya no los tienes?
Le parece bien, pero es verdad que al principio no quería que me los quitara y se enfadó mucho. La acompaño a todas las excursiones y habría sido bastante complicado con todos esos tatuajes. Los otros padres me habrían mirado como si quisiera asesinar a sus hijos o algo.

Hemos ido al zoo, al centro de artes escénicas a ver El cascanueces, y al Anchorage Museum. Hemos ido a parques, picnics y a unos cuantos sitios parecidos a museos. Mi hija tiene ocho años y está a punto de empezar tercero.

Has comentado que ahora trabajas. Háblame de eso.

Después de hacerme unos cuantos de los tatuajes, me entró una depresión bastante fuerte, por el estrés de saber que tenía la cara horrible y por las reacciones de la gente.

Llegó un punto en que tenía pensamientos suicidas y me asusté, así que fui a pedir ayuda a un centro especializado, donde me diagnosticaron trastorno bipolar. Me recetaron medicamentos y fui a terapia, y la verdad es que mejoré mucho de lo de la depresión.

No tengo antecedentes penales ni nada; me ofrecieron un trabajo para entregar historias médicas a los distintos centros que tenían, y lo estuve haciendo hasta que me promocionaron a especialista de apoyo. En este puesto pude aprovechar mi experiencia con el trastorno bipolar para ayudar a otras personas con sus problemas. Estuve un tiempo haciendo eso hasta hace poco, cuando me ascendieron a gerente de casos.

¿Qué significa eso? ¿Cómo es tu día a día ahora?
Trabajo con personas con enfermedades mentales y les ayudo a encontrar vivienda, porque muchos de ellos viven en la calle. Les consigo comida en los bancos de alimentos, los acompaño a las citas con el médico, les pido hora para otras citas y hablo en su nombre cuando hace falta. Les ayudo a conseguir la medicación.

A veces tengo que ir a buscarlos al psiquiátrico o a la cárcel e intentar que los admitan en algún hogar de acogida.

¿Qué planes tienes para el futuro?
Quiero quitarme los tatuajes de las manos, el cuello y la cabeza. Eso será lo siguiente. De esa forma podré seguir ascendiendo en la empresa. Además, me gustaría volver a estudiar pronto para ser asesor de salud o para personas con adicciones. Estaría bien tener un aspecto más profesional, sin todos estos tatuajes.

Tengo curiosidad por saber qué opinas ahora de los tatuajes. ¿Te enfadarías si tus hijos decidieran hacerse uno?
Es gracioso, pero aunque no me gusten en mí, sí me parecen chulos cuando se los hacen los demás. Obviamente, si quisieran hacérselos en la cara, les diría que se lo pensaran bien, que yo lo hice y fue un grave error. Pero no me importaría que se lo hicieran en cualquier otra parte, siempre y cuando estén seguros de que es lo que quieren.

Sigue a Allie Conti en Twitter.

Publicado originalmente en VICE.com