La embajada de Argentina en Venezuela realizó un seminario titulado “Lo personal es político. Autonomía física y financiera de las mujeres”, en el marco de la agenda de derechos humanos y de género que lleva a cabo esa sede diplomática en Caracas desde 2015.
El embajador Eduardo Porretti abrió el encuentro al decir que es un honor para él “ternerlas aquí, tanto en forma virtual como física. Este evento para nosotros es muy importante y está alineado con otros que hemos hecho sobre derechos humanos”, comenzó.
“Estamos fuertemente mirando la autonomía de los cuerpos y de las mujeres. El género exacerba lo que se deriva de las diferencias sociales en la pobreza. Hay una serie de inequidades que exacerba la inequidad básica del ingreso”, siguió.
Luego remarcó que la Argentina “está consiguiendo logros importantes en la mirada de género” y puso como ejemplo la creación de un ministerio, el debate para la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo y los distintos programas existentes. Igualmente expresó que “falta mucho. Hay problemas presupuestarios y otros”, indicó.
“El movimiento ‘Ni Una Menos’ es un movimiento sensacional porque articula los reclamos feministas con los movimientos de bases. Es diverso y genuino este movimiento porque es un movimiento típico de la cuarta ola, es ahora un movimiento que se vincula con lo social y es de abajo hacia arriba. Es un movimiento que modifica los roles convencionales de la mujer”, resaltó Porretti.
Luego agregó: “Ya no es un feminismo de élite o de intelectuales, sino que es un feminismo que busca ganar en el territorio e involucrarse en la política”.
“‘Lo personal es político’ es el slogan porque reconocemos que hay una serie de agendas que todavía están por cumplirse. Estos debates tienen naturaleza social y política. La autonomía de los cuerpos y financiera no son problemas individuales sino que involucran a toda la sociedad”, concluyó, entes de dar paso a las oradoras.
Las ponentes fueron la escritora y antropóloga argentina Rita Segato, la doctora en filosofía Diana Maffía, la fundadora de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) Mabel Bianco, la directora de la ONG Feminismo INC Susana Reina y la coordinadora nacional de la organización venezolana Faldas R Mariana Maneiro.
Segato fue la primera en exponer. “Mi trabajo en el tema de género es teórico y la teoría se piensa en el largo plazo. No soy una especialista en políticas públicas ni en legislación. Yo pienso el género de una forma más libre, inclusive bastante libre en relación a las cuestiones de estado”, inició su intervención la escritora argentina.
“Existe un afuera del estado que es tanto o más importante que el estado mismo, que es la propia sociedad o los espacios comunales. Soy una persona que desconfía de las consignas porque se instalan en un determinado momento, tienen un gran éxito en ampliar la lucidez en las personas pero nos lleva a andar en círculos. Por eso es necesario repensarlas constantemente”, continuó la también antropóloga.
Luego manifestó que desconfía de la palabra “empoderar” porque “donde hay poder, hay despoder”; y dijo: “No debemos aspirar al formato del patriarcado. Hay que desmontar el mandato de la masculinidad. Ningún ‘patriarcón’ hará la revolución. Hacer la revolución de verdad implica necesariamente desmontar el orden patriarcal”, indicó.
También habló de la “corporación” y dijo que “la masculinidad tiene las características del orden corporativo”.
Segato hizo hincapié en otra consigna muy extendida en los últimos tiempos: “Morimos solo por ser mujeres”. Y dijo que, en realidad, “no morimos solamente por ser mujeres. En nosotros se juega una guerra. Siempre debemos revisar e intentar luchar contra el vaciamiento”.
Recordó que la consigna “Lo personal es político” es de los años ’60 y ’70, pero “también se fue distorsionando. El estado es la última etapa de la historia del patriarcado, de la historia de los hombres. La conquista también es permanente. Con el proceso colonial moderno, toda la política pasó a ser política de esfera pública y de estado”, remarcó.
Por último, dijo que “hay que entender que la gestión femenina de la vida es una gestión política y siempre lo fue. Maternar es político, es un trabajo político. Aquellas personas que queremos un mundo más benigno, formaremos en nuestros hijos, a partir de nuestra gestión política, una piel política insatisfecha que trabaja por un mundo mejor. Es desde ahí que se cambia el mundo. Desde el estado no lo veo posible”, concluyó.
Luego llegó el turno de Diana Maffía, quien inició su intervención diciendo que -como Rita- confían “como feministas en los modos de auto organización comunitaria. Estamos atravesades por muchísimas relaciones de poder y opresión. Producir igualdad donde hay diferencias es el gran desafío del estado”.
“A diferencia de Rita, me gusta mucho la consigna ‘lo personal es político’. Decirlo de esta manera es decir que la política no es solo lo que se hace en las calles, sino también cómo gestionamos esos conceptos de poder, el valor de les otres en la vida familiar, de pareja y en la comunidad”, prosiguió.
Posteriormente reflexionó sobre lo que los organizadores la invitaron a pensar: la autonomía física vinculada con la corporalidad. Dijo que “esta cuestión de la autonomía tiene aspectos que tienen que ver con el estado y aspectos que tienen que ver con la subjetividad. La autonomía ha sido pensada como un valor liberal. Ahora está pensada de manera individual pero no es solamente personal, sino una autonomía relacional. Me quiero referir a esta autonomía desde un punto de vista feminista”, manifestó.
“Si solo es individual, los otros sujetos son competidores, o bien son obstáculos, o bien son instrumentos para que uno logre esos objetivos. Quiero que revisemos esto para ver de qué modo de autonomía nos queremos apropiar. Propongo revisar el concepto de autonomía y pensarlo de manera relacional”, resaltó.
Por último, expresó que “los ideales perfeccionistas son patriarcales. Vale para la religión y para muchas opciones políticas que obligan elegir ciertos ideales. Por eso es muy importante que la política sea plural, no solo que a la sociedad se le reconozca la pluralidad”.
Otra de las expositoras fue Mabel Bianco, quien en un mensaje grabado felicitó a la Embajada Argentina en Venezuela y al embajador Porretti por la iniciativa. “Es muy importante que se hagan estos encuentros”, resaltó.
Ella hizo referencia a los femicidios y dijo que siempre existieron. “No es algo que se creó ahora. Ahora los llamamos por su nombre, pero antes existieron y quedaban en el ámbito de lo privado, que parecía que nadie debía meterse”.
Recordó el femicidio de Alicia Múñiz, quien murió a manos del ex campeón mundial de boxeo Carlos Monzón. “Todos, todas y todes, en un primer momento, se pusieron del lado del campeón y en contra del testimonio del linyera, que fue el único que presenció el asesinato”, recordó.
“La justicia en general dice no hay evidencias, en este caso estaba la evidencia. Lo que costó llegar al juicio y que fuera castigado... Fue la primera demostración que nos dio el pie para empezar a trabajar. Creo que ahí empezó a nacer el ‘Ni Una Menos’, que no tuvo su nombre hasta después. Nosotras decimos basta, todo lo privado es público y creemos que debe intervenir el estado. Este no es un problema de las mujeres, sino que es de toda la sociedad”, remarcó.
Por su parte, Susana Reina, directora de la ONG venezolana Feminismo INC, alertó sobre los problemas que tienen las mujeres para insertarse en el ámbito laboral del país caribeño.
“Lograr autonomía financiera en Venezuela es muy difícil”, expresó al relatar los problemas políticos y económicos del país; y alertó: “Si es mujer, es el triple de difícil. Solo cuatro de cada 10 mujeres se encuentra trabajando en Venezuela y solo tres de cada 10 empleadores son mujeres”, detalló.
Luego dijo que “la mayor responsabilidad del cuidado de los hijos y adultos mayores recae sobre las mujeres” en Venezuela. “Todo este contexto, unido a los mecanismos de exclusión institucionalizado, se conjugan para que muy pocas sean dueñas de empresas y para que el acoso sexual laboral se ensañe contra las mujeres”.
“Son múltiples las barreras. La mayoría de las empresas del país están lejos de plantearse la igualdad de género como prioridad”, concluyó.
En tanto, Mariana Maneiro, coordinadora nacional de la organización venezolana Faldas R, celebró que la Embajada Argentina en Caracas hable de estos temas y brindó estadísticas sobre el aborto en Venezuela. “El aborto es una realidad”, expresó.
Respecto al acceso a métodos anticonceptivos, estableció que “más de un 28% los utilizó y fallaron”. Además, entre las razones para abortar, “el 44% expresó que tomó la decisión por motivos económicos”, manifestó.
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